En una pelea de bandas ejecutaron a un albañil
La víctima fue identificada como Diego Ávila, tenía 31 años y era padre de tres niños; el presunto homicida todavía no fue detenido. Ávila no habría estado involucrado en la pelea familiar que derivó en su asesinato. Liberaron a dos aprehendidos.
Foto de La Gaceta
El consumo de drogas y una pelea entre dos familias provocó una tragedia en un barrio de la zona sur de la capital.
La familia de Diego Ramón Ávila sostiene que éste albañil que tenía 31 años estaba inconsciente cuando le dispararon en el cuello para asesinarlo. La bala que lo mató destrozó la piel del lado derecho de su garganta y le salió por la nuca. Pero él, según explicó ayer su suegra, Cecilia del Carmen Toledo, no tenía vinculación alguna con la pelea vecinal que derivó en su muerte.
El homicidio fue cometido el viernes alrededor de las 22 en Entre Ríos al 4.100, en el barrio Ampliación Federal. La Policía, que según los vecinos llegó casi dos horas después al lugar donde se perpetró el asesinato, fue agredida por familiares de Ávila quienes les reclamaban por haber demorado. “Llamamos al 911 y al 107 para que nos manden una ambulancia pero los dos demoraron y no querían entrar hasta donde estaba mi cuñado”, dijo Mónica Santili.
El barrio Ampliación Federal esta formado mayormente por casas precarias y módulos habitacionales construidos por el Gobierno. Pero en sus calles de tierra hay poca iluminación motivo por el cual, la ambulancia y las autoridades estaban reticentes a ingresar al lugar donde Ávila fue asesinado.
“Él había vuelto de trabajar de la construcción y se había acostado a descansar. Pero a él no lo buscaban. A los que querían agarrar era a uno de mis hijos y a mi otro yerno. Porque es cierto: ellos consumen drogas y cuando se cruzan en la calle se dicen cosas y terminan peleando”, relató a su vez Cecilia Toledo al explicar como se cometió el crimen de su yerno.
Toledo sostiene que uno de sus hijos, un joven de 24 años, había peleado el viernes por la tarde con uno de los integrantes de una familia que vive a dos cuadras de Entre Ríos al 4.100, calle en la que viven ellos. Y ésa fue la trifulca que desencadenó la tragedia.
Huyó con sus nietos
“Cuando mi hija vio que venían. Me dijo que me llevara a los chicos”, continuó Toledo. De acuerdo con la versión de la mujer, el grupo que atacó a Ávila caminó en banda por Entre Ríos al 4.100 hasta llegar a la casa donde dormía el albañil. Pero antes de eso entraron en las propiedades donde viven su hijo y su cuñado -todas las casas están en la misma cuadra-, pero como no encontraron a nadie siguieron avanzando. “Mi hija me contó que él (por Ávila) se tapó con los colchones para que no lo vieran. Pero igual se dieron cuenta. Ahí lo agarraron, lo tiraron al suelo y comenzaron a pegarle hasta dejarlo inconsciente. Ella les gritaba para que le dejen de pegar pero no lo querían soltar”, afirmó.
Mientras que su yerno y su hija eran atacados por esta banda, Toledo y tres de sus nietos intentaban subir al terraplén de las vías del tren que surcan esa zona de la capital. Según la mujer, en su huida cayeron en un pozo que los obligó a continuar escapando por los fondos de las casas de sus vecinos. La mujer también dijo que estaba muy oscuro y que no podían ver por dónde corrían.
Ávila estaba inconsciente. Su esposa, que intentaba defenderlo, recibió varias trompadas y patadas y hasta le arrancaron el aro que tenía en una de sus orejas. “Ella está bien a pesar de los golpes que le dieron. Ahora (por ayer) está velando a su marido. Cuando a mi yerno le dispararon en el cuello ya lo estaban por dejar, pero le ‘tiraron’ porque querían que mi hijo saliera”, concluyó la mujer.
Toledo y sus nietos lograron escapar de los agresores y cuando volvieron a la casa donde estaba Ávila él ya estaba convaleciente. Los tres niños eran hijos de la víctima.
Investigación judicial
Los primeros indicios de la causa que instruye la Fiscalía II, a cargo de Ernesto Salas López, sostiene que este homicidio fue perpetrado por un ajuste de cuentas. Pero todavía se desconoce si tendría una motivación distinta a la un disputa entre dos familias.
La Policía había aprehendido a dos sospechosos pero, según confirmaron fuentes judiciales, ninguno de los dos habría estado involucrado con el crimen. Toledo, suegra de la víctima, reconoció que sus hijos consumen drogas. Pero la Justicia aún no pudo determinar si este homicidio es la causa de una disputa entre bandas vinculadas con el narco menudeo.
Lo que sí se pudo comprobar es que al menos uno de los integrantes del grupo que atacó la casa donde vivía Ávila estaba armado con una pistola. Según trascendidos, sus cómplices portaban armas blancas.
La causa fue girada a la división Homicidios que comanda el comisario Jorge Dib. El principal sospechoso del crimen ya habría sido identificado, pero hasta anoche estaba libre. Ávila será inhumado hoy y su muerte es un reflejo de la influencia que las drogas tienen en la violencia.