Sheila, la niña que era buscada desde el domingo apareció muerta
Sheila Alejandra Ayala, la pequeña de tan solo 10 años, desapareció el domingo pasado cuando jugaba con sus amigas en la puerta de la casa de su padre. Este jueves su cadáver fue encontrado dentro de una bolsa en un hueco entre dos paredes y rodeada de basura.
El lugar donde encontraron a Sheila se encuentra a escasos metros del departamento donde viven sus tíos, quienes ahora se encuentran detenidos como principales sospechosos del crimen.
Imagen tomada de Clarín
Según relató a los medios su mamá, la nena estaba en la puerta de ese lugar y "una persona mayor se acercó y le gritó 'Sheila'. Y Sheila dijo 'tía' y se fue con esa persona, pero no existe esa tía". Eso era lo que le habían contado. Finalmente resultó ser cierto.
De acuerdo a las primeras pericias la data de muerte es entre tres y cinco días antes del hallazgo, por lo que los investigadores creen que fue asesinada el mismo día que desapareció. Además, se determinó que la nena fue ahorcada con una sábana con dibujos infantiles. Entre los detalles, también trascendió que el cuerpo de la nena fue hallado totalmente desnudo en una bolsa, donde también se encontraron prendas de vestir de características similares a las que llevaba puesta la criatura el día que se perdió. Se investiga si fue víctima de un ataque sexual.
Un perro entrenado que acompañaba a los 150 policías que buscaban a la nena, marcó un muro como un lugar donde la niña estuvo. La zona está a muy pocos metros de la casa donde había sido vista Sheila por última vez el domingo y donde finalmente hallaron el cadaver. Se trata de un predio usurpado, ubicado el cruce de Aristóbulo del Valle y Salguero, en el barrio Trujui, en el noroeste bonaerense.
Imagen tomada de Clarín
Los sospechosos
Sus tíos, Leonela Ayala, de 25 años, quien está embarazada y era tía y madrina de Sheila; y su pareja, Fabián Esequiel González Rojas, un joven paraguayo de 24 años con antecedentes penales por robo, están detenidos como principales sospechosos del crimen. Los acusados confesaron a la policía “Tomamos alcohol y drogas y no sabemos qué pasó”.
Muy cerca del departamento donde vivían los detenidos, está el muro que marcó el perro. En realidad, la pared cubría un hueco cuyo fondo era otra construcción. En ese espacio, lleno de basura y que es como un doble fondo, los asesinos tiraron el cuerpo de Sheila.
Antes de que se supiera que el cadáver había sido descubierto, la Policía se llevó a dos tíos de Sheila. Martín Ayala, el padre de la pequeña, estaba como loco, desencajado, y era arrastrado a la fuerza por los agentes. En otro patrullero, se llevaron a González Rojas, el marido de Leonela. Ambos luego confesarían el crimen.
Imagen tomda de Clarín