El día de la sentencia decidirán si detienen a Soto por el asesinato de Paulina Lebbos
El abogado defensor, Gustavo Morales, pidió que la ex pareja de la joven, César Soto, sea investigado y detenido por homicidio agravado, tras el nuevo testimonio de Virginia Mercado.
En la cuenta regresiva para conocer la sentencia en el juicio por el caso Paulina Lebbos, la ex pareja de la joven, César Soto, volvió a quedar en el foco de las sospechas por el brutal crimen ocurrido en 2006.
Las sospechas se reavivaron luego de que Virginia Mercado, la amiga de Paulina y la última persona conocida que la vio con vida, declaró nuevamente en el juicio oral y público que juzga a los acusados por el homicidio de la estudiante y su posterior encubrimiento. Su primer testimonio había sido el 26 de febrero pasado, al cumplirse exactamente 12 años del día que había desaparecido Paulina.
La joven salteña respondió preguntas relacionadas a la mochila amarilla que le entregó a Paulina al momento de despedirse del remis similar a la que sostenía César Soto, novio de la víctima, días posteriores. También contó algunas confesiones que le habría hecho Paulina respecto a los malos tratos de Soto en la relación de pareja.
Al finalizar el testimonio, el abogado Gustavo Morales, defensor del ex secretario de Seguridad Ciudadana, Eduardo Di Lella, uno de los imputados por encubrimiento del crimen, pidió la inmediata detención de la testigo por el delito de falso testimonio, pero el Tribunal por unanimidad rechazó el pedido.
Morales también pidió que se investigue a César Soto por el delito de homicidio agravado, procediéndose a su inmediata detención. El abogado se basó en la declaración de Rosa Racedo, mamá de Paulina, quien, según el expediente de la causa, indica a Soto como sospechoso del crimen de su hija. El Tribunal decidió diferir la situación de César Soto para el momento de la sentencia.
Según el cronograma dado a conocer por el Tribunal, para este mes están previstos los alegatos y últimas palabras de los imputados. Luego, los jueces de la Sala III de la Cámara Penal, integrada por los camaristas Dante Ibáñez, Carlos Caramuti y Rafael Macoritto, darán a conocer su veredicto.
Cómo fueron las últimas horas de Paulina
Según el informe policial sobre el día de la desaparición de la estudiante tucumana, al que accedió periódicomóvil, en los primeros minutos del sábado 25 de febrero, precisamente a las 0.45, Paulina llegó a la casa de su amiga Virginia Nazarena Mercado, ubicada en calle La Rioja 453, de la ciudad capitalina. Estaba vestida de pantalón jeans, musculosa gris tornasolada y zapatillas oscuras, además llevaba una mochila amarilla donde tenía ropa para cambiarse. El plan era salir a bailar con un grupo de amigos. Era un día de festejo porque habían aprobado una materia que cursaban en la carrera de Ciencias de la Comunicación de la UNT.
A las 2.15 de la madrugada, Paulina, Virginia y otros 6 jóvenes, de entre 27 y 29 años, salieron rumbo a un boliche de la zona del ex Abasto. Antes, se bajaron de los vehículos en los que se transportaban, en avenida Alem y General Paz, para dirigirse a un cajero automático y extraer dinero. Luego, se fueron caminando hasta el boliche “Gitana”, donde permanecieron toda la noche.
Alrededor de las 6 de la madrugada, según la primera declaración de Virginia Mercado, ella y Paulina decidieron retirarse del boliche. Salieron y caminaron por calle Miguel Lillo hasta la plazoleta ubicada en avenida Alem, entre San Lorenzo y Piedras, frente al supermercado Vea. Alli, esperaron unos cinco minutos hasta que abordaron un auto Fiat Duna color bordó, con vidrios polarizados y una estrella blanca en el parabrisas, conducido por un hombre joven. Según el recorrido que la joven detalló, el remisero fue por calle General Paz hasta Alberdi, dobló por esa arteria hasta Lavalle y desde ahí giró por calle Rioja hasta llegar a su casa. Allí, ella descendió y subió a su departamento en busca de la mochila amarilla de Paulina, luego bajó y le entregó en sus manos, acordando llamarse más tarde.
Según el relato de Virginia, durante el viaje, Paulina le había comentado que se iba a la casa de su novio César Soto, en calle Estados Unidos al 1.200. Ambos tenían una hija de cinco a años que vivía con Paulina en Alderetes.
Desde ese momento, no se supo más de la joven hasta que el 11 de marzo apareció su cuerpo sin vida, a la vera de la ruta 341, en Tapia, a 30 kilómetros al norte de San Miguel de Tucumán,