Coronavirus, el nombre del nuevo enemigo de los cárteles de la droga
La cuarentena y los múltiples puntos de control que hay en el país donde se originó el coronavirus hace casi imposible que los cárteles mantengan sus laboratorios clandestinos funcionando a niveles óptimos. También les afectó la interrupción y constantes restricciones de los viajes internacionales que desbarataron las cadenas de provisiones de químicos que requieren
La llegada del coronavirus se ha sentido enormemente en una gran parte del mundo, y las personas se preocupan por su salud y las economías flaquean, pero es irónico que la pandemia haya tenido un resultado positivo.
Las organizaciones dedicadas al tráfico drogas no son inmunes y también padecen de la crisis de salud. Los recursos químicos que tanto necesitan para sus operaciones se han vuelto más escasos y adquirirlos es cada vez más difícil.
Dos de las organizaciones más poderosas en el mundo, el cártel de Sinaloa y el de Jalisco Nueva Generación (CJNG), dedicados a distribuir variadas formas y cantidades de droga, no han podido mantener un flujo constante de productos químicos provenientes de China, su principal proveedor para este tipo de recursos.
La cuarentena y los múltiples puntos de control que hay en el país donde se originó el coronavirus hace casi imposible que los cárteles mantengan sus laboratorios clandestinos funcionando a niveles óptimos. También les afectó la interrupción y constantes restricciones de los viajes internacionales que desbarataron las cadenas de provisiones de químicos que requieren.
En febrero, los sectores de manufactura y de servicios de China se cayeron a niveles récord. A pesar de que algunas fábricas chinas ya están reabriendo, las condiciones de trabajo no son buenas pues no cuentan con el personal y el transporte continúa siendo un problema.
Las fuentes alternas de productos químicos para los cárteles, India y Alemania, también se encuentran severamente afectadas por el coronavirus, limitando la movilidad y cerrando negocios para evitar que la infección se extienda. Sin una fuente confiable de químicos, a los cárteles se les dificulta mucho producir heroína, metanfetaminas y fentanilo.
La distribución de cocaína también se verá afectada, pues las organizaciones transnacionales de Colombia, que producen y proveen a los cárteles, tampoco encuentran un distribuidor constante de los químicos que requieren.
Los Estados Unidos han cerrado recientemente la frontera con México con el fin de restringir cualquier viaje que no sea considerado necesario para poder frenar la dispersión del coronavirus. Según el presidente Donald Trump, esto no afectará el intercambio ni el comercio legal.
La mayoría de las drogas ilegales contrabandeadas a Estados Unidos desde México, entran a través de distintos puntos a lo largo de las dos mil millas donde comparten frontera ambos países. La mayoría de drogas son introducidas a través de la frontera terrestre debido a la gran cantidad de carros que la cruzan a diario y al intenso escrutinio que hay en los registros a camiones de gran tamaño.
Sería interesante ver a los cárteles hacer un cambio en su método de tráfico al optar por grandes camiones, si es así, el cártel de Sinaloa sería uno de los que optaría por este método debido a la gran cantidad de productos agrícolas que provienen de ese estado.
Aún es muy temprano para saber el impacto total que la pandemia tendrá en los cárteles, pero si algo es seguro es que ellos pueden cambiar y adaptar rápidamente sus tácticas. Esta habilidad es la que, en parte, les ha ayudado a sobrevivir.
*Ex director de Operaciones Internacionales de la DEA
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