Tucumán Por: Mariela Alderete25/08/2015

Los medios internacionales hablan de la protesta y la represión en Tucumán

CNN Español y El Nuevo Hearld dedicaron extensas notas a nuestra provincia. El País de España lo puso en su portada


CNN Español

La oposición argentina cuestionó los resultados de los comicios para gobernador en la norteña provincia de Tucumán.

El conteo de los votos ha sido extremadamente lento y hasta el momento el candidato del partido de la presidenta Cristina Fernández, Juan Manzur, se impone al abanderado de la oposición que por el momento obtiene alrededor del 40 % de los votos. Por su parte el gobierno ha negado cualquier tipo de irregularidades.

Escrutado el 81,55 % del padrón, el exministro de Salud de la Nación se imponía tras una elección en la que la oposición, alineada en su mayoría tras la figura de José Cano, denunció una serie de irregularidades y no reconoció los resultados, incluidos los candidatos presidenciales Mauricio Macri y Sergio Massa.

“La formula del Frente para la Victoria, Manzur-Jaldo, ya prácticamente con casi la totalidad de las mesas escrutadas le está sacando una diferencia a la oposición toda junta y toda unida de más de 14 puntos en la provincia de Tucumán”, dijo Manzur.

Cientos de personas se convocaron a la plaza Independencia de la capital provincial para protestar por supuestas irregularidades en los comicios. La movilización fue convocada a través de las redes sociales en la plaza ubicada en el centro de la ciudad.

Se reportaron heridos durante las manifestaciones.

Entre los reclamos que se realizan, figura la necesidad de "abrir las urnas" para volver a contar los votos y condenar la quema de otras 42 urnas, que podría motivar la convocatoria a una elección complementaria.

El funcionario, Carlos Zannini —el secretario de Legal y Técnica de la Presidencia y candidato a vicepresidente—, afirmó que las denuncias de fraude en las elecciones de Tucumán tienen el objetivo de deslegitimar el resultado.

Las elecciones provinciales en Tucumán se realizaron el pasado domingo.


El Nuevo Herald

BUENOS AIRES - Cientos de personas protestaban este lunes en la capital de la norteña provincia argentina de Tucumán, tras los comicios celebrados ayer en ese distrito en medio de denuncias de fraude e irregularidades.

Los manifestantes se concentraron frente a la Casa de Gobierno provincial, en la ciudad de San Miguel de Tucumán, para reclamar con cantos y silbidos por la jornada electoral de este domingo marcada por la violencia y las denuncias de irregularidades.

“Sabemos y somos testigos de que en estas elecciones hubo irregularidades (incendios, robos, estafas, etc.) en muchas mesas a lo largo y ancho de nuestra provincia”, sostuvo el texto de la convocatoria al “cacerolazo” realizada a través de las redes sociales.

El escrutinio oficial en Tucumán aún no ha concluido, pero con el 81,5 % de las mesas escrutadas, el postulante del gobernante Frente para la Victoria (FpV), Juan Manzur, obtenía un 54,4 % de los votos emitidos este domingo, 14 puntos más que el candidato de la alianza opositora Acuerdo para el Bicentenario, José Cano.

Sin esperar a los resultados definitivos, el Gobierno argentino dio por sentada la victoria de Manzur en el sexto distrito electoral más importante del país y rechazó que haya habido irregularidades.

Sin embargo, el oficialista FpV se ha quedado solo en el reconocimiento de los resultados electorales en Tucumán, mientras la oposición pide abrir las urnas en Tucumán por denuncias de fraude.

El País

Tucumán se ha convertido en el epicentro de la campaña para las elecciones argentinas con una imagen inédita en este país: miles de manifestantes concentrados durante horas a la puerta de la Casa de Gobierno, en la plaza de la Independencia, la principal de San Miguel de Tucumán, exigían que se repitan las elecciones ante el fraude generalizado detectado. Después de unas horas en las que iba aumentando el número de manifestantes concentrados en la plaza, con una imagen transmitida en directo por televisión a todo el país que recordaba más bien a otras protestas en regímenes no democráticos, el Gobierno de José Alperovich, que lleva 12 años en el poder con mano de hierro, decidió reprimir con dureza la protesta.

Hubo carreras, durísimas cargas policiales a caballo y a pie, gases lacrimógenos, pelotas de goma y varios heridos. En juego está la gobernación de Tucumán, una provincia que tiene un presupuesto de 3.000 millones de dólares que Alperovich y los suyos controlan a su antojo y ahora, si no se repiten las elecciones, cosa poco probable, gestionará su sucesor, Juan Manzur.

La gente, sobre todo los más jóvenes, solo se dispersó momentáneamente. No se fue muy lejos. Y poco después, en cuanto la policía dejó de reprimir presionada por las imágenes durísimas que se difundían por toda Argentina, volvieron a la plaza. A medianoche los concentrados no hacían más que crecer y algunos se animaban a subir las escaleras de la Casa de Gobierno en un ambiente de enorme tensión que solo se calmó ligeramente cuando una senadora de la oposición hizo de mediadora con la policía, calmó a los más exaltados y entró al palacio para entrevistarse con los cuatro detenidos por las protestas.

A medianoche los concentrados no hacían más que crecer y algunos se animaban a subir las escaleras de la Casa de Gobierno en un ambiente de enorme tensión

El asunto de la represión policial, habitual y casi asumida en otros países, es especialmente sensible en Argentina desde 2001, cuando el presidente Fernando De la Rúa tuvo que abandonar en helicópero la Casa Rosada (sede del Gobierno) después de una feroz represión que acabó con 28 muertos. Desde entonces, es casi tabú. Los Kirchner han dado órdenes expresas a la policía para que no reprima nunca a los manifestantes salvo casos muy extremos. Eso hace que en Buenos Aires sean muy frecuentes desde hace años los cortes imprevistos de arterias clave por pequeños grupos de manifestantes que nunca son reprimidos. Las imágenes de Tucumán, especialmente duras y que se difundían en twitter bajo el hashtag #tucumanazo -una referencia al cordobazo, una lucha en Córdoba en 1969 que marcó el principio del fin de la dictadura de Onganía- contrastan con esta orden de no reprimir las protestas de la que siempre ha presumido el kirchnerismo.

Algunos manifestantes se movieron desde la plaza principal hasta la casa del futuro gobernador si no se repiten los comicios -algo muy poco probable- Juan Manzur, defendida por la policía. La noche se presumía muy larga en Tucumán, que pese a ser la provincia más pequeña del país –aunque es la quinta más poblada- va camino de convertirse en un hito de la campaña electoral que superará incluso el impacto de las inundaciones en Buenos Aires que han perjudicado la imagen de Daniel Scioli.

Aunque parezca una contradicción, la victoria de su formación en Tucumán. por 14 puntos según el escrutinio provisional, puede salirle muy cara a Scioli. Las imágenes de irregularidades, con más de 40 urnas quemadas durante el recuento porque los resultados no eran los esperados, miles de coches pagados por los candidatos para llevar a los ciudadanos de los barrios más humildes a votar con regalos de bolsas de comida como agradecimiento, y sobre todo la represión de la protesta al día siguiente pueden perjudicar gravemente la imagen de Scioli, que busca una campaña muy tranquila en la que logre ampliar votos por el centro.

Scioli ha tratado de reducir la importancia de las irregularidades y el Gobierno insiste en que solo se quemaron unas pocas urnas, menos del 1% del total. El candidato kirchnerista ha pedido al líder de la oposición, Mauricio Macri, que acepte la derrota por 14 puntos que detecta el escrutinio provisional. Pero la oposición reclama que se repitan las elecciones ante el cúmulo de irregularidades y no reconoce el resultado.

Macri tiene muy difícil su victoria el 25 de octubre y mucho más si tiene tan pocos votos en el norte pobre de Argentina, pero tendrá más opciones si logra polarizar y movilizar a millones de argentinos a votar contra el kirchnerismo y contra imágenes como las que se han visto en Tucumán, que difícilmente dejarán indiferente a millones de ciudadanos en un país donde son habituales las polémicas en las elecciones pero nunca al nivel de Tucumán y menos con miles de manifestantes en la plaza que no reconocen el resultado.