Un gaucho ensilló su moto para "no fallarle a la Virgen"
Juan Carlos Hoyos, un gaucho de profesión gomero en La Silleta, Salta, estaba decidido a no perderse las fiestas patronales de su pueblo, a pesar de que la encefalomielitis equina impide desfilar con caballos en la provincia. Para no quedar afuera de la celebración, se le ocurrió la ingeniosa idea de montar su motocicleta de 250 cc con aperos y guardamontes, simulando la ensillada de gaucho, para así participar en el desfile que escolta la festividad patronal.
Este miércoles Hoyos sorprendió a todos cuando preparó su moto como si fuera su inseparable caballo y lideró el paso de la imagen de la Virgen Gaucha. Recorrió el trayecto por la ruta 51 desde San Luis hacia La Silleta en una caravana, como es la tradición en el Día Nacional del Gaucho. Mientras los otros gauchos se trasladaban en vehículos, él llevaba el estandarte gaucho montado en su motocicleta y encabezando la procesión.
En las festividades patronales de la Inmaculada Concepción de La Silleta,, los gauchos desfilan a pie, o posiblemente con alguna ocurrencia adicional, y ahí estará Juan Carlos con su motocaballo. Afirma que lo hace "para no fallar a nadie, menos a la Virgencita".
E su casa de la calle Rosario de Lerma , Manzano 1, de La Silleta, justo cuando preparaba su motocaballo para la festividad central de la Inmaculada Concepción, se dio tiempo para contar que "cuando nos dijeron que debíamos desfilar de a pie en la patronal, me puse triste e inquieto. Así que se me ocurrió ensillar con mi moto de 250 cilindradas. Tal cual como lo hago con mi yegua. Mis hijos me dicen que estoy loco, otros me felicitan y otros se sorprenden. Yo no le podía fallar a la virgencita", cuenta el buen hombre en su taller.
Se considera "religioso y bien gaucho", hace de su tradición una forma de vida, "ser gaucho es ayudar a los débiles y ser buena gente. Haciendo ’gauchadas’, ¿se entiende? Eso de ponerme las pilchas solo para la pinta, no va conmigo". En tres días armó con cuero la cabeza de un caballo y la asentó en la parte delantera de la moto. Fijó los guardamontes sobre el tanque de combustible y puso la corona y los pellones sobre el asiento de la moto.
Juan Carlos Hoyos tiene lista su motocaballo en su taller. Algunos vecinos, un tanto curiosos, pasan por el frente del taller y miran un rato largo la idea ingeniosa del gomero del pueblo.
El hombre contó que tuvo que dejar en el potrero a su yegua y que no consiguió vacunas para la enfermedad temida de los caballos: la encefalomielitis equina. Debido a la emergencia nacional provocada por el virus, este año se prohibió cualquier actividad ecuestre a fin de preservar la salud de los caballos y prevenir la propagación del virus en animales y humanos. /El Tribuno Salta
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