Adolescentes tucumanos festejaban el Año Nuevo en Villa Gesell y los desvalijaron
Delincuentes destrozaron la puerta de la casa que siete ex alumnos de un colegio salesiano habían alquilado. Era su primera noche en la costa (AUDIO ENTREVISTA CON UNA DE LAS VICTIMAS)
En la medianoche del 31 de diciembre, Lautaro y seis amigos tucumanos tenían mucho que festejar en Villa Gesell: comenzaban sus primeras vacaciones sin sus padres y, en general, se iniciaba su vida adulta. Acababan de salir de un colegio salesiano, habían reunido el dinero y llegaron a la ciudad costera para recibir el año nuevo en la playa.
Sin embargo, todo quedó trunco. Cuando regresaron del festejo, hallaron la puerta de la casa que habían alquilado destruida de la mitad hacia abajo. Al entrar al lugar, se dieron con el peor escenario: se habían llevado todo. Lautaro y sus amigos perdieron su equipaje y su dinero.
Era su primera noche en Gesell, la de Año Nuevo. Salieron de casa cerca de las 3 de la mañana rumbo a un boliche. Lautaro contó que, en las inmediaciones, vieron a un hombre con que merodeaba el lugar, yendo y viniendo por el mismo lado, mirando las casas. Buscaron a un policía y se lo contaron. El oficial les dijo que lo iba a vigilar. Al volver, se dieron con que la puerta de entada estaba destrozada y sus pertenencias ya no estaban en la casa. Se llevaron las valijas de tres de los siete adolescentes y casi todo el dinero que tenían.
Marcia Rojas, Madre de Lautaro, explicó a Periódico Móvil que, cuando los chicos descubrieron lo que había ocurrido, comenzó la segunda parte de la pesadilla. Llamaron a la Policía y, según el relato de la mujer, el oficial que llegó al lugar les dijo: "¿qué pasa? ¿en Tucumán no roban?". Además, Rojas agregó que una mujer policía les recriminó que uno de los jóvenes debería haberse quedado cuidando la casa mientras los demás salían a festejar el Año Nuevo.
"Uno es doble víctima, primero cuando le roban y después cuando uno denuncia en la Policía", reclamó Rojas. La mujer todavía no sabe si su hijo interrumpirá sus vacaciones o se quedará allá, pero sí está preocupada porque los menores están sin recursos y desamparados.