Artistas pintaron el túnel de calle córdoba que inaugura a fin de mes

Se puede iluminar un espacio no sólo con luces artificiales. La luz puede llegar con un pincel -o varios- que recrean hojas verdes, lapachos amarillos y rosas, iconografía de los pueblos originarios y atractivas flores. De esta manera los artistas María Florencia Ortiz Mayor y Aníbal Fernández estamparon el acervo y el patrimonio inmaterial tucumanos en las paredes del túnel de las calles Córdoba y Marco Avellaneda, que se inaugurará este mes. El paisaje ahora es otro.

“Esta es una manera de conectarnos con nuestras raíces. Y ya llevamos años dedicándonos a esta tarea. De pronto nos planteamos de qué forma plásticamente podemos reflejar en los demás sentimientos que nos unen. En el caso concreto de esa obra, María Florencia se explayó más en la naturaleza, y a mí me gustó el tema de la historia, de los patriotas. Entonces conectados con la idea del Bicentenario hemos presentado esta propuesta hace meses, que fue tomando forma con el tiempo”, empieza a contar Fernández sobre el proyecto que fue aprobado por la Secretaría de Obras Públicas de la Provincia, luego de varios bocetos presentados

¿Y por qué pintar un túnel?, se le pregunta al artista tucumano. “¿Y por qué no? El arte llega a todas partes, a todo tipo de superficies. Si pasar por ese túnel fuera un pequeño respiro para ese conductor, ya sería importante para nosotros. Queremos mostrar acá una chispa de lo que nos rodea, de la actividad que tiene Tucumán, como su industria azucarera, sus empanadas, su música”, argumenta Fernández, quien tiene experiencia como muralista. De hecho, es el autor del muro de la Casa Belgraniana.

Entre las pautas que le plantearon a los artistas, el subsecretario de Obras Públicas, Fernando Baratelli, les advirtió que la obra pictórica no debía distraer mucho a los conductores. Por ello la pintura es legible, pero no muy impactante.

Siempre verde

Por delante quedan trazar con pinceles, brochas y rodillos, muchos metros: en total serán casi 200, tendiendo en cuenta las dos paredes (una mide 110 metros y la de la curva más pronunciada, 90). Por ello, Ortiz Mayor todavía no suelta la carbonilla para seguir dibujando naturaleza en los espacios donde después llegará el color.

La artista resalta la importancia de ese material primordial -el carbón- que otorga rapidez en el planteo de la obra y es de gran ayuda en los espacios de grandes dimensiones. A su lado, mientras busca el color verde adecuado para unas hojas, la ayuda su hija, María Sol. Es que estos dos artistas no trabajan solos: tienen asistentes, entre familiares e incipientes artistas, que aplicaron -por ejemplo- la base blanca o ayudaron a completar lo que ya estaba dibujado.

La guitarra junto a la inconfundible luna tucumana, las montañas que van cambiando de color a medida que se avanza, cardones enormes, lapachos florecidos, un tarco, un limonero con sus frutas rebosantes de amarillo, la flor del ceibo y la flor pájaro, vasijas junto a unas pircas y todavía falta más en el camino... Eso es lo que se puede ver hasta ahora a unos metros bajo tierra.

Florencia Ortiz Mayor sostiene que esa obra es accesible para todos y que les ha generado orgullo y una gran responsabilidad a ellos como artistas.

En la entrada del puente por Córdoba está Patricia Sabbag, directora del Ballet Contemporáneo de la Provincia, junto con Fernando Baratelli. Señalan, hacen gestos, se levanta un brazo. Están planeando la inauguración, prevista para fin de mes, y se la imaginan al atardecer, con unos bailarines que inviten a hacer un recorrido urbano. “Unir el arte con la ciudad. Eso es lo que queremos tanto con el mural como con el acto de inauguración”, manifiesta el funcionario provincial.