Video: así fue la liberación de Belén
La joven abandonó la unidad penitenciaria N° 4 a las 20.20 entre aplausos y festejos de personas que se acercaron a celebrar el cese de la prisión
Tras permanecer dos años y cuatro meses presa, la joven conocida como Belén abandonó la Unidad Penitenciaria N° 4 y recuperó su libertad este jueves a las 20.20.
Desde la siesta, un nutrido grupo de personas afines a la causa se congregó en la puerta del penal para esperar la salida de la joven. Sin embargo, los trámites recién concluyeron pasadas las 20. A esa hora, las manifestantes se colocaron máscaras y desplegaron dos banderas para formar un corredor en la vereda por donde la joven pudiera salir sin que las cámaras la enfocaran. La salida de Belén del penal fue precedida por aplausos y festejos por parte del resto de las internas, que también celebraron su libertad.
A las 20.20 Belén abandonó el edificio y caminó hacia el portón de salida con su cabeza cubierta por una tela, acompañada de otra mujer cuyo rostro también permaneció oculto y por su abogada, Alejandra Deza. Cuando las tres cruzaron la reja de salida fueron rodeadas por las personas que se acercaron a manifestar su apoyo, quienes la rodearon con banderas y la acompañaron hacia un auto que la esperaba en la calle. Hubo forcejeos entre una mujer y el periodista de Canal 26, Sergio Silva, a quien impidieron físicamente filmar el interior del auto.
(Video: en el minuto 18.05 comienza la salida de Belén)
La Corte Suprema de Justicia había ordenado el martes la inmediata liberación de Belén por considerar que su prisión preventiva había sido prorrogada por el tribunal que la condenó de manera irregular, ya que ni siquiera había sido pedida por la fiscalía. De esa manera, ordenó que la joven espere en libertad a que el Máximo Tribunal resuelva si la sentencia en su contra queda firme o es revocada.
Belén llegó hace dos años al hospital Avellaneda con fuertes dolores abdominales. Allí, le informaron que estaba cursando un aborto. La sedaron y, cuando se despertó, policías y personal médico le mostraron un bebé muerto que habían encontrado en uno de los baños y la acusaron de haberlo dado a luz y haberlo matado.
La joven quedó presa de inmediato y, dos años más tardefue condenada a ocho años de prisión por el hecho, pese a que no se practicó prueba de ADN para chequear que efectivamente el bebé asesinado haya sido suyo. Tampoco se investigó quiénes ingresaron al baño donde se lo halló, no se levantaron pruebas dactilares ni se citó a testigos para determinar si la joven entró a esos sanitarios. Nadie en el hospital la vio embarazada y nadie la vio ingresar al lugar donde apareció el bebé asesinado. El cuerpo del menor desapareció antes de que se le pudiese practicar una prueba de ADN.