Un joven tucumano anunció su suicidio en una red social y lo salvó la policía
"Esta es mi despedida amigos", fue uno de los tantos posteos que realizó el muchacho de 26 años. Estos fueron advertidos por sus amigos que dieron aviso inmediatamente a los uniformados.
No fue un día más para M.B (se reserva la identidad por cuestiones legales) el pasado 5 de junio. Este joven de 26 años había tomado la trágica decisión de quitarse la vida no sin antes advertir en su cuenta personal de Facebook lo que estaba a punto de hacer.
"Está es mi despedida amigos, por favor sólo recuérdenme con lo mejor. Gracias por estar cuando también necesitaba de ustedes y gracias por los buenos momentos y malos que pasamos", fue uno de los tantos posteos que escribió el joven de 26 años domiciliado, según consta en parte policial, en la ciudad de Concepción.
Los comentarios no se hicieron esperar. Aliento, ánimos, ironías, preguntas y hasta reproches recibió por parte de sus contactos quienes buscaban que M.B. deponga la actitud. Lo que nadie imaginaba es que las publicaciones sobre quitarse la vida, iban a terminar salvándosela.
El grupo más cercano de amigos decidió dar aviso de inmediato a la policía la cual se dirigió hacia la casa del muchacho. Al llegar al lugar, el cuadro resultó al principio desconcertante para los efectivos de la fuerza, entre ellos, personal de Digedrop, comisaría de Concepción y "Grupo de Contención".
Entre nervios y ansiedad, los uniformados ingresaron por un pasillo largo y húmedo hacia el fondo. Allí había una casa de material totalmente hermética, sus puertas y ventanas permanecían cerradas, estaba algo oscuro, no había energía eléctrica, golpeaban las manos y nadie atendía, no era una buena señal.
Pasaron los minutos, ciertamente largos, y luego de una insistencia sin respuestas, optaron por derribar la puerta para encontrarse con lo que nadie quería, ni amigos, ni familiares ni la propia policía.
De pronto, se escuchó a alguien llorar desde adentro, era M.B; estaba con vida. Allí se inicio una conversación. Pero una puerta aún cerrada separaba las lágrimas de dolor por un lado, y las de contención por otro. Finalmente, la puerta se abrió y entre sollozos y algo de alivio, el joven depuso su actitud.
Al ingresar al lugar, la oscuridad solo permitió dilucidar un ventilador de techo. En su base una cuerda apretaba fuertemente el soporte que colgaba hacia el vació y debajo de el, una pequeña mesa de luz que serviría como un ultimo escalón a la vida del muchacho. Al momento llegaron los amigos, aquellos que lograron de algún modo, salvar la vida de quien era y es importante para ellos, M.D.
Comentaron al personal policial que hacía poco, el joven había perdido a sus padres y había terminado una relación de noviazgo por lo que se encontraba en un estado depresivo.
Luego de brindar su ayuda, los efectivos se retiraron del lugar y M.D. quedó al cuidado de sus compañeros.