Caso Matías Juárez: una terapista y una anestesista fueron sobreseídas

Dos profesionales quedaron sobreseídos de la causa de Matías Juárez, el menor que ingresó a un sanatorio de calle Monteagudo al 600 por una operación de amígdalas y falleció horas después. Según explicó Silvia Furque, abogada de la familia, se trata de una anestesista y una terapeuta.

Sociedad 27/05/2019 Mariela Alderete Mariela Alderete

“El caso está con requerimiento por parte de la Fiscalía de elevación a juicio. Algunos de los imputados se opusieron y salió el sobreseimiento de una terapista, que es la última profesional que lo recibe a Matías cuando estaba en coma y principio de coma cerebral. Y sale la anestesista porque se considera que el niño despertó después de la anestesia, lo cual la libera de la culpabilidad”, detalló la profesional.


De esta manera quedan imputados el médico que lo atendió y dos terapeutas.


“Era un cirugía programada, no era de alto riesgo y no había motivo para que termine como terminó. Ellos dicen que el niño estaba excedido de peso. Ahora me pregunto ¿por qué lo operaron?”, dijo la letrada.


Furque asegura que todos los exámenes previos a la operación daban perfecto. Pero el niño sale sangrando. "Si ellos determinan que salía sangre deglutida, o sea, de la garganta, ¿cómo no lo intervienen en el momento? Seguían sosteniendo que era la anestesia que le hizo mal y que ya se iba a poner bien".


“Minimizaron el caso todos los profesionales. En Tucumán todos los médicos son una logia. Nadie reconocerá que uno se equivocó. En la junta médica todos dicen que todo está bien, que se siguió el protocolo.”, criticó. 


El caso


Matías Nahuel Juárez tenía 8 años cuando ingresó al sanatorio San Lucas el 21 de octubre de 2016 para una operación de amígdalas, pero en la cirugía aparentemente su estado de salud se complicó y después de cinco días falleció.


Su madre, María Luna, acusó a los médicos de no haber actuado a tiempo ni haber dado el tratamiento adecuado que su hijo necesitaba tras el procedimiento: "“Yo no lo veía bien. Salió gritando, me decía ‘mamá ayudame, no puedo abrir los ojos’. Me apretaba las manos. La única respuesta que nos daban era que iba a quedar en terapia para un mayor cuidado. Les pedí a los médicos que le hicieran una tomografía pero me dijeron que no hacía falta. Algunas horas después empezó a tener hemorragias por la boca y la nariz”.


Según Luna, su hijo era un niño sano y eso había quedado demostrado en los análisis prequirúrgicos. Asistía al Liceo Militar y soñaba con ejercer en la fuerza de grande. “Le detectaron que tenía un infarto en la mitad del cerebro. El motivo podría ser un coágulo, pero no me dieron una explicación. Nos dieron dos posibilidades: descomprimir la mitad del cerebro o poner un catéter para medir la presión. La segunda era la más recomendable. Lo indujeron a un coma farmacológico y ya no pudo hablar más. Murió el 25 de octubre a las 6.30”, señaló.







Fuente: Contexto


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