Caso Lebbos: Condenaron a seis años al ex fiscal Albaca por encubrimiento

El ex fiscal Carlos Albaca fue condenado este miércoles a seis años de prisión, luego de un juicio oral en el que se lo encontró culpable del delito de encubrimiento agravado, en el marco del expediente por el crimen de Paulina Lebbos.

El tribunal integrado por Fernanda Bähler (presidenta), Wendy Kassar y Raúl Cardozo resolvió la sentencia por unanimidad.

Como no se dispuso su prisión preventiva, el ex funcionario judicial -que ya cumplió 70 años- podrá recurrir el fallo en libertad.

Antes de la sentencia, Albaca había negado cualquier delito en el cumplimiento de sus funciones como investigador del crimen de Paulina, perpetrado en 2006 y todavía impune.

"Confío en la Justicia", había dicho el ex representante del Ministerio Público Fiscal.

Sin embargo, el tribunal le dio la razón al pedido del fiscal del juicio, Gerardo Salas, quien había requerido una pena de seis años para el acusado. En su alegato, había sostenido que no podían ser casuales las anomalías detectadas durante el proceso, y enumeró desde la demora en practicar pruebas genéticas y hasta la “desidia” advertida en el tratamiento de las pistas ligadas a los teléfonos, incluyendo además la decisión de mantener abiertas todas las hipótesis delictivas.

Con esta sentencia, Albaca se convirtió en el primer ex fiscal condenado a una pena de prisión por irregularidades en el ejercicio de sus funciones como funcionario del Poder Judicial de Tucumán.

Paulina fue vista por última vez con vida el 26 de febrero de 2006, luego de haber ido a bailar a la zona del ex Abasto con sus compañeras de carrera para celebrar que habían aprobado una materia. Luego de varios días de búsqueda, sus restos fueron hallados a la vera de la ruta en Tapia.

Hasta el momento, el crimen permanece impune, aunque varios funcionarios del área de Seguridad del gobierno de José Alperovich y efectivos de la Policía ya habían sido condenados por encubrimiento. Ahora, a esa lista se sumó el nombre del ex fiscal Albaca.

Fuente: Contexto/La Gaceta