CAYÓ LA BANDA DE TRATA QUE OPERABA DESDE LA CÁRCEL DE VILLA URQUIZA

Policiales 06/04/2023 Redacción Redacción
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Imagen extraída de Sangre Fría

Ayer, un grupo de personas ingresó al penal de Villa Urquiza a hacer una visita. Una vez adentro, revelaron su verdadera identidad: eran agentes de la Policía de Seguridad Aeroportuaria y venían a buscar a un preso. Y un teléfono. Es el comienzo de esta increíble historia.

Esta historia comienza a finales del año pasado, cuando la Fundación María de Los Ángeles comienza a recibir datos de “privados” en los que se estaría explotando sexualmente a mujeres. Dio aviso a la Justicia Federal y el fiscal Agustín Chit tomó la posta.

El fiscal dispuso que entre en acción lo que se llama un “agente revelador”. Un miembro de la PSA se creó un perfil de “cliente” (no se les debería llamar clientes) y se puso en contacto vía virtual. Recabó mucha información, pero le faltaba algo fundamental: un número de teléfono.

Hasta que lo consiguió. La Justicia Federal tomó dos determinaciones: la primera, intervenirlo (hacerle escuchas). La segunda, ubicarlo. Y las antenas de telefonía daban una localización en la zona de la cárcel.
Después de mucha investigación, dieron con la identidad de la persona que regenteaba los prostibulos. Era Walter Ayala y estaba en la cárcel, justamente, condenado por trata de personas.

Lo cierto es que la cárcel de Villa Urquiza es inmensa y, si caía un allanamiento en la entrada, allá al final se iban a enterar e iban a descartar el teléfono, prueba fundamental para este caso. Y al teléfono había que conseguirlo.
Y lo consiguieron. Lo tenía Ayala que, tras su condena, había accedido a algunos beneficios por buena conducta en el penal. Entre ellos, un espacio en distante dentro del penal y una celda compartida solo por un compañero. Además, la posibilidad de tener teléfono, práctica que se generalizó durante la pandemia.

De acuerdo a la hipótesis fiscal, Ayala regenteaba los prostíbulos por teléfono junto a su pareja, Alejandra Beatriz Galvan, también condenada juntoba él en 209 por el mismo delito, pero ya en libertad con condena cumplida.

Ambos, siempre de acuerdo a la fiscalía, explotaban a las jóvenes en complicidad con una tercera mujer. Los tres quedaron detenidos (Ayala ya estaba preso pero quedó incomunicado).

Mientras tanto, la PSA comenzaba cuatro allanamientos en simultáneo en distintos puntos de la ciudad, en los que logró rescatar a siete víctimas.

Ayala, reincidente

En 2019, Ayala fue condenado a 12 años de prisión por explotar sexuales te a cinco mujeres, junto a su pareja, que recibió una pena de cinco años. Fue el primer juicio en que se permitió a algunos periodistas presenciar una Cámara Gesell, previa capacitación por parte de la Justicia Federal y la Policia Federal, con estricto resguardo de identidad.

La víctima relató en esa oportunidad como Ayala, siendo ella menor de edad, le ofreció trabajar como modelo fotográfica. La propuesta no incluía imágenes eróticas sino todo lo contrario, una producción juvenil, al aire libre y en el parque 9 de Julio. Por necesidad, la adolescente aceptó y cayó en el engaño cuando le pidió trasladar ma sesión fotográfica a su estudio. Allí, abuso de ella y la fotografió. Luego, la extorsiono para explotarla en sus prostíbulos, amenazándola con publicar sus fotos íntimas si no lo hacía.
La investigación

Tras el operativo en que se detuvo a la pareja de Ayala y a otra mujer que cumpliría el rol de "madama", el acusado quedó incomunicado dentro del penal. Los peritajes al teléfono secuestrado y otros elementos obtenidos por la PSA serán clave para el avance de la causa, que podría derivar en otro juicio oral por el mismo delito. 

Fuente: Sangre Fría

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