Mientras los efectivos daban cauce a sus tareas preventivas, fueron interceptados por un hombre que estaba parado, haciendo señas y ademanes. El susodicho alegó que había ocurrido un delito, minutos antes, y que la víctima del hecho aún se encontraba en el lugar.
En tal sentido, el personal policial arribó al sitio mencionado donde consultaron al damnificado sobre el ilícito y este afirmó que había sido abordado por un grupo de 7 personas, quienes, mediante el uso de armas de fuego y agresiones físicas, le arrebataron su motocicleta. También aportó algunos detalles esenciales que permitirían rastrear a los delincuentes.
A raíz de esa información y tareas de averiguación inmediatas lograron determinar que el rodado habría sido depositado en una casa, donde al llegar, fueron atendidos por una mujer que les permitió el ingreso. Allí, encontraron el vehículo que fue trasladado a la base operativa de esa Unidad Especial para ser, posteriormente, devuelto a su propietario, en tanto que se inició una investigación para dar con los responsables del hecho.
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