Le voló el ojo de un tiro a un joven y amenazó a su hermano porque le vendían drogas a sus hijos

19/08/2024RedacciónRedacción
Tribunales
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El 26 de febrero, Sergio “Loba” Salvatierra empuñó una escopeta tipo “tumbera” y le disparó a W.P.A, aprovechando que el joven pasaba por el frente de su casa, alcanzándolo con varios perdigones que impactaron en su rostro, provocando que perdiera uno de sus ojos.

El acusado estuvo prófugo hasta fines de junio, cuando tras ser aprehendido lo acusaron de lesiones gravísimas agravadas por el uso de arma de fuego, por lo que le dictaron la prisión preventiva por 45 días.

Días atrás "Loba" recuperó la libertad mediante un hábeas corpus, que surtió efecto porque la contraparte nunca solicitó que se prorrogara la prisión preventiva, y pocas horas después amenazó al hermano de su víctima, asegurándole que tomaría represalias contra su familia.

Casi de inmediato volvió tras las rejas y en la audiencia judicial que afrontó por esta nueva detención, se despachó con una serie de denuncias que sorprendieron a todos:

“Le voy a decir una cosa que es la única verdad: todo esto pasó porque ellos le venden drogas a mis hijos. No hay más. No quiero tener más problemas con nadie”, explicó sin tapujos.


“Quiero que me digan por qué me volvieron a detener si yo ya había salido”, preguntó el acusado a la jueza Isabel Méndez al iniciar la audiencia el domingo.

La magistrada, usando palabras y tono de docente, le explicó que ya se aclararía su situación con el correr de los minutos.

En el debate, la auxiliar Luciana Papa explicó la situación y anticipó que no acusaría de ningún delito a Salvatierra porque no habían podido entrevistar a ninguna de las víctimas.

Sin embargo, solicitó que se le dicte la prisión preventiva porque podría entorpecer la investigación. La defensora oficial Teresita Mendilaharzu rechazó el pedido.

“Todo comenzó cuando ellos le pegaron a mi hijo porque les debía plata por la droga que le había comprado. Esa es la verdad. No quería tener más problemas porque son personas que nadie quiere”, explicó Salvatierra cuando hizo uso de la palabra.

“Ellos dicen que se dedican a la venta de algodón en la calle, pero ellos venden droga. Soy el único que tiene maquinita para hacerlo”, dijo el acusado.

El sospechoso siguió con sus acusaciones. “Sé que estuve mal, pero le pido que me den un tiempo, vendo mi casa y me voy de ahí con mis hijos. No quiero tener más problemas con esa gente”, finalizó.

Después de unos segundos señaló: “le doy la palabra señora jueza”. La ocurrencia generó sonrisas entre los asistentes.

La magistrada Méndez se mantuvo serena y seria para anunciar que le volvería a dictar la prisión preventiva por sesenta días, porque a su entender, podía entorpecer la investigación. /Contexto

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