Aislada y en shock: los días en prisión de la argentina que podría ser fusilada en Indonesia

G.E. tiene 46 años, es peluquera y fue capturada en Bali con 324 gramos de cocaína ocultos en la vagina. Declaró que le habían prometido US$ 3000 si entregaba la droga.

29/03/2025RedacciónRedacción
captura

G.E. tiene 46 años, es peluquera y es argentina. Fue detenida en Bali, Indonesia, luego de que funcionarios de aduana la descubrieran con 323,76 gramos de cocaína que transportaba en la vagina.


La mujer viajó en el vuelo EK368 de Emirates procedente de Dubai que aterrizó en el Aeropuerto I Gusti Ngurah Rai el martes pasado, cerca de las 18 (hora local). Posiblemente alertados de una situación sospechosa, las autoridades le revisaron el equipaje y le hicieron un registro corporal.

Allí identificaron algo dentro de su cuerpo: era un paquete con forma de cilindro y envuelto en varios condones. Las pruebas de laboratorio confirmaron que en su interior había cocaína.

Las fotos de G.E. -su nombre no fue revelado hasta ahora- con el traje naranja que identifica a los detenidos en aquel país se replicaron con rapidez. Lo mismo con el paquete en cuestión, luego de que este viernes la Junta Nacional de Narcóticos (BNN) local comunicara la noticia en un día feriado en Indonesia por Nyepi, o Día del Silencio, como se conoce a la celebración del Año Nuevo balinés.

   

El Gobierno ya está en contacto con la familia de la argentina arrestada en Indonesia
Desde la Cancillería informaron a TN que la Dirección General de Asuntos Consulares (DIARE), que atiende situaciones relacionadas con argentinos en el exterior, “ya está en contacto con la familia, al igual que los funcionarios de la sección consular de Yakarta (capital de Indonesia)”.

“Todavía no pudieron verla presencialmente porque hasta el momento las autoridades locales no lo permitieron, pero ella dijo estar en condiciones dignas y el cónsul le explicó cuáles serían los pasos a seguir”, agregaron desde el Ministerio de Relaciones Exteriores.

Según informó la BNN, G.E. dijo haber recibido la droga en México de parte de un hombre británico que también fue detenido, y que le prometieron un pago de US$3000 una vez concretado el traslado. Se desconoce -hasta el momento- si la mujer estaba al tanto de las durísimas condenas por narcotráfico previstas por las leyes en Indonesia.

En algunos casos se establece la pena de muerte por fusilamiento para los delitos de narcotráfico que involucren la producción, distribución o venta de drogas en grandes cantidades. Delitos de menor escala vinculados a la misma temática pueden incluir prisión perpetua o condenas de entre 10 y 20 años de cárcel.

Pese a que las leyes antidroga en Indonesia se encuentran entre las más severas del mundo, la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito identifica a aquel país como un importante centro de contrabando. Lo relacionan con que los carteles tienen como objetivo a una población mayoritariamente joven y, ocasionalmente, turistas.

En 2019, la agencia de noticias nacional Antara difundió una encuesta a cargo de la BNN y el Instituto Indonesio de Ciencias (LIPI) que situó el número de consumidores de drogas en ese país en más de 3,4 millones de personas. El informe, realizado en 34 provincias, indicó que aproximadamente 180 de cada 10.000 indonesios de entre 15 y 64 años eran “adictos”.

Por qué pueden condenarla a la pena de muerte en Indonesia
Un informe de Prison Insider, organización internacional que busca concientizar sobre abusos y torturas en contextos de encierro, menciona que “la ley de estupefacientes N°35 de Indonesia prevé la pena capital para las personas que producen, importan, transportan, sirven de intermediarias, venden o compran cierta cantidad de droga (un kilo para la marihuana y cinco gramos para la metanfetamina o la heroína)”.

“Sin embargo, las autoridades judiciales no conocen muy bien la aplicación de las sentencias por delitos de drogas, lo que da lugar a considerables desigualdades. Puede suceder, por ejemplo, que pronuncien la misma pena para una persona en posesión de menos de 100 gramos de heroína que para una con 500 kilos”, sitúa.

El trabajo sostiene que, al 31 de julio de 2024, un total de 542 personas se encontraban en espera de ejecución en “el corredor de la muerte”, como se conoce al proceso previo a la pena capital. A su vez, un informe de Harm Reduction International aseguró que el 52 % de las condenas a muerte en los últimos 10 años tuvieron raíz en delitos relacionados con drogas.

Entre finales de los 90 y principios de los 2000, Bali se consolidó como un destino internacional para jóvenes viajeros atraídos por el surf y las fiestas de música electrónica donde se podía conseguir cocaína y éxtasis. Los carteles solían emplear, por ejemplo, a jóvenes surfistas como mulas.

En esas circunstancias cayó Rodrigo Gularte, un brasileño que en agosto de 2004 aterrizó en el Aeropuerto de Yakarta con 6 kilos de cocaína escondidos en tablas de surf. El 7 de febrero de 2005, el gobierno indonesio lo condenó a muerte. Diez años después, el 29 de abril de 2015, Gularte fue ejecutado por un pelotón de fusilamiento en Nusa Kambangan, Java Central.

Tenía 42 años y había compartido la prisión con su compatriota Marco Archer Moreira, detenido en 2003 luego de intentar entrar a Indonesia con 13,4 kilos de cocaína dentro del tubo de un ala delta. Meses después fue condenado a morir también bajo un pelotón de fusilamiento. Su ejecución se produjo el 18 de enero de 2015 en la prisión de Cilacap, en la isla de Java, a 400 kilómetros de Yakarta./TN

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