



Ciudad del Vaticano, 22 de abril de 2025 - El mundo observa con solemnidad las primeras imágenes del Papa Francisco en su féretro, mientras su cuerpo descansa en la capilla de la Casa Santa Marta, su residencia privada en el Vaticano. Un ambiente de profundo respeto y reconocimiento envuelve el lugar, custodiado día y noche por la Guardia Suiza.
El pontífice, fallecido el lunes a los 88 años tras una larga batalla contra problemas respiratorios, y un ictus reciente, yace en un caja de madera sencilla, tal como él mismo lo había dispuesto. El cuerpo de Francisco se encuentra vestido de púrpura, símbolo de dignidad, y una mitra blanca de obispo, con un rosario entre sus manos. El féretro, forrado en terciopelo rojo, se encuentra en el ábside de la capilla, bajo un crucifijo de madera y la inscripción "Veni sancte Spiritus reple tuorum corda fidelium" una oración: ‘Ven Espíritu Santo y llena el corazón de tus fieles’.
El cuerpo de Francisco se encuentra vestido de púrpura, con un rosario entre sus manos. (Imagen tomada de Reuters)
El velatorio privado, reservado para miembros de la Curia, religiosas y empleados de la Santa Sede, transcurre en un clima de silencio y oración. Los visitantes, tras superar un riguroso control de seguridad, desfilan en pequeños grupos ante el féretro, donde se han depositado ramos de flores blancas y amarillas, los colores del Vaticano.
La capilla, una sala pequeña y austera, refleja la sencillez que caracterizó el pontificado de Francisco. Agentes de la policía vaticana y guardias suizos vestidos de civil velan por la seguridad y el decoro del lugar, donde ya han comenzado a llegar autoridades eclesiásticas y políticas, como el presidente de Italia, Sergio Mattarella.
El miércoles, los restos del Papa serán trasladados a la basílica de San Pedro, donde se abrirá el velatorio al público. El funeral, previsto para el sábado, precederá al entierro en una cripta de la basílica de Santa María la Mayor, cumpliendo así el deseo de Francisco de una ceremonia sobria y sencilla.
El cardenal camarlengo, Kevin Joseph Farrell, llevó a cabo el rito de la constatación de la muerte del Papa, sellando sus aposentos según el protocolo tradicional. El Vaticano se prepara ahora para despedir a uno de sus líderes más influyentes, cuyo legado de humildad y cercanía perdurará en la memoria de los fieles.







