
La megaestafa de venta de pasajes aéreos baratos que tiene detrás a una madre de colegio
24/07/2025

La historia parece salida de una película, pero está sacudiendo a cientos de familias de clase media acomodada y de alto poder adquisitivo. Según confirmaron fuentes oficiales, la Justicia porteña ya investiga, en una causa penal que tramita bajo extrema reserva, una estafa con pasajes aéreos, mayormente a destinos europeos.
En las últimas horas, cientos de personas que habían pagado en efectivo sus tickets descubrieron que están con las manos vacías: sin los boletos y sin la plata.
La principal señalada como responsable de la maniobra, solo identificada como Karyna, madre de un exalumno de un tradicional colegio porteño, habría sufrido un pico de estrés, acorralada por la ola de reclamos de sus clientes (imposibilitados para viajar en plenas vacaciones de invierno) y, según les dijo a algunos de los damnificados que está internada. En tono angustiante, según relataron, la mujer, de nacionalidad ecuatoriana, prometió, a los que atendió, que haría “todo” por devolverles el dinero. Por estas horas ya no les contesta el teléfono.
Aunque la mujer se hacía llamar Karyna en su emprendimiento y en los chats, en realidad el nombre que figura en su DNI es el de Karina María Alvarado Ríos.
Pero Karyna no operaba sola, habría tenido como socia Agustina B., que mandaba a su hijo al mismo colegio de la zona de Recoleta. Ambas encontraron a sus primeros clientes en su núcleo más cercano: el grupo de madres con hijos en esa institución educativa. Los primeros viajes concretados sin inconvenientes favorecieron la expansión del negocio hasta convertirlo en una burbuja que, finalmente, explotó.
El origen de lo que ahora parece un gigantesco desfalco era una “oportunidad única”: Karyna aseguraba tener contacto con empleados de la aerolínea Iberia (pilotos y azafatas), y que eso le habría permitido acceder a un código de acceso a pasajes a precios promocionales, exclusivos para personal de la compañía. Explicaba a sus potenciales clientes que esos códigos de tickets con asiento confirmado se emitían una semana antes de la fecha efectiva de viaje; aclaraba, sin embargo, que la reserva debía hacerse con un plazo de al menos 50 días de anticipación.
Por ejemplo, un boleto que costaba 1500 dólares podía conseguirse con ella por solo 900, en operaciones informales que solo se podían pagar en efectivo. Los pagos se realizaban de forma muy anticipada y se realizaban en un departamento de Recoleta o a través de una mujer que Karyna enviaba para retirar el dinero.
Durante meses, cientos de personas compraron y viajaron sin problema, lo que reforzó la confianza en la operación. Obviamente, el “boca a boca” aumentó la base de interesados y la cartera de clientes de Karyna se multiplicó.
La operatoria era bastante singular, completamente distinta a la que cualquier cliente recibe en una agencia de viajes o con un operador turístico autorizado. El pago se hacía con meses de antelación, pero no se recibía número de reserva alguno. La explicación era que esos datos se confirmaban la semana previa a los vuelos. Los tickets se entregaban físicamente días antes de volar.
Mientras eso sucedió, muchos se convencieron de que el sistema era real y funcionaba. Pero hace un mes todo empezó a desmoronarse: Karyna alegó que, “por la alta demanda”, Iberia había dado de baja el código interno que ella usaba para el negocio de los pasajes. Primero comenzó a entregar pasajes de vuelos que salían desde San Pablo, lo que obligó a los clientes a sacar boletos adicionales hacia Brasil para abordar desde allí hacia Europa. La mujer prometió que la situación se regularizaría este mes, pero todo empeoró.
El estallido
En el transcurso de la semana pasada, el silencio se convirtió en alarma: Karyna dejó de responder mensajes. En los intercambios entre damnificados que se conocían y se abrazaban a todo tipo de comentarios e información para encontrar una explicación razonable, surgió la versión de que la mujer había sufrido un pico de estrés que obligó a su internación en un sanatorio del centro porteño. Incluso se dijo que habrían intentado quitarse la vida, apremiada por los reclamos de devolución de dinero que no podía afrontar.
Varios clientes se acercaron al departamento del barrio porteño de Recoleta, donde ella solía recibir los pagos en persona, pero allí solo encontraron a los hijos de Karyna y a una mujer que se presentó como la niñera.
“La persona que me lo cuenta dice que fue a la casa, la atendió un hijo que supuestamente era discapacitado, lo que no le pareció y le llamó la atención que la niñera estaba trabajando en una compu. No sé bien, pero sí que también estaba encargada de los cobros en lugares”, explicó @Hubertobourlon en la red social X.
Aquella “niñera/ayudante” envió un mensaje aclarando su situación: “Por favor, yo trabajé un mes con Karyna, me limitaba a mandar lo que ella me pedía. Mi madre, supuesta “amiga” de Karyna, también fue estafada. Yo también, al igual que cientos de personas. Lamentablemente, tuve que comprar mi pasaje pese a habérselo pagado a ella. El sábado 19 de julio, Karyna tuvo un intento de suicidio. Está internada … Inconsciente por el momento y no tengo más datos. Yo estoy de vacaciones por dos meses, lo cual estaba planeado desde hace un año. Por favor no se comuniquen conmigo porque no tengo nada que ver. No obstante, estoy a disposición de todos los que me deban citar a declarar, en caso de iniciar acciones judiciales. Muchas gracias. Luz”.
Más testimonios y el esquema Ponzi
El usuario de la red social X, @HubertoBourlon, conocido como “El Guiso”, fue quien destapó el escándalo:
“Me acabo de enterar de un Ponzi que acaba de explotar y clavó a mucha gente cheta y de plata. Confirmada la historia por tres lugares distintos. Mucha gente perjudicada”, escribió. /La Nacion







