

A meses de haber cumplido una condena por amenazas, Javier “Jazo” Acevedo, uno de los referentes de La Inimitable, la barra brava de Atlético, volvió a ser detenido por la Policía, acusado de haber baleado a dos jóvenes hace ya más de un mes.
El líder de la facción “La 33” fue detenido por personal de la ex Brigada de Investigaciones en Villa 9 de Julio. Estaba prófugo de la Justicia por una causa por lesiones leves.
Según la investigación, el 3 de agosto, “Jazo” se presentó en Ecuador al 1.500, en el barrio Juan Pablo II (“El Sifón”) y comenzó a insultar a Luis Alberto Juárez y Francisco Agüero. Luego, de acuerdo a la denuncia que hizo uno de ellos, extrajo un arma y les disparó a ambos en las piernas. Por último, el acusado subió a una moto que era conducida por su primo Facundo “Paco” Acevedo. Los heridos fueron atendidos en el Centro de Salud.
Por ese hecho, el fiscal Ernesto Salas López consiguió que un juez ordenara su detención el 13 de agosto. Ese mismo día, el sospechoso fue aprehendido por la policía salteña cuando estaba por ingresar al estadio a presenciar la derrota que sufrió Atlético contra Newell’s por la Copa Argentina. Sin embargo, fue liberado al confirmarse que no había ninguna medida en su contra, ya que la orden de captura no se había publicado oficialmente.
Acevedo volvió a Tucumán y permaneció oculto en diferentes domicilios del Gran San Miguel de Tucumán. Efectivos de Robos y Hurtos, al mando de los comisarios Daniel Montero, Javier Sosa y Miguel Carabajal, recibieron datos de que podría estar residiendo en un domicilio de un barrio de Villa 9 de Julio, donde finalmente fue aprehendido.
“Jazo” fue condenado el año pasado a un año y seis meses por haber amenazado a un efectivo que estaba afectado a un operativo de seguridad. Su defensor, Marcelo Cosiansi, apeló el fallo y logró que un juez de Impugnación le redujera a un año la condena, al considerar que no se había probado que Acevedo haya usado un cuchillo en el ataque intimidatorio.
El líder de “La 33” logró que la Justicia le permitiera cumplir con la pena en una dependencia policial y no en el penal de Villa Urquiza porque tenía problemas con el personal del Servicio Penitenciario. En noviembre, sus compañeros de encierro de la Seccional 5ª le propinaron una feroz golpiza. Por esa situación, lo autorizaron a que cumpliera la pena con la modalidad de arresto domiciliario. Ahora se le abrió un nuevo proceso que podría terminar en la quinta condena en su contra. /La Gaceta







