Es estudiante universitario y vive en un geriátrico con 160 ancianos.

Se trata de la iniciativa de una residencia para ancianos en conjunto con la Universidad de Ciencias Aplicadas de Han en Arnhem en los Países Bajos.

Sociedad10/12/2016Mariela AldereteMariela Alderete

Sores Duman, es un estudiante holandés de 27 años, que estudia en la Universidad de Ciencias Aplicadas de Han en Arnhem, que se encuentra en los Países Bajos. El Joven se encontraba en la búsqueda de un alojamiento económico cuando un amigo le recomendó “Humanitas”, una curiosa residencia donde conviven jóvenes y ancianos.

El proyecto comenzó en el 2012 cuando el director de la institución Gea Sijpkes, buscando mejorar la calidad de vida de los adultos mayores que vivían en la residencia, decidió que la mejor forma de hacerlo sería mezclando personas jóvenes con los ancianos. Así fue que se abrieron las puertas para estudiantes universitarios que estuvieran buscando un lugar para vivir que no fuera costoso.

Los estudiantes pueden acceder a una habitación en Humanitas totalmente gratis, solo deben cumplir con un requisito, ser buenos vecinos.

Cuando Sores, el joven estudiante de comunicación, se enteró del proyecto no dudo y envió una carta. Una semana más tarde lo llamaron para una entrevista personal y dos semanas después le comunicaron que había sido aceptado.  “Han pasado apenas seis meses desde que me mudé, pero en este corto tiempo he vivido cosas que jamás hubieran sucedido en una residencia estudiantil normal. Me he dado cuenta de que las cosas pequeñas que vivimos diariamente son las que cuentan. He aprendido a prestar atención a las cosas pequeñas que normalmente pasamos por alto” afirma el joven en una nota con “El País”.

Además comenta que entre otras cosa aprendió que la muerte no necesariamente es algo malo “Aquí te dicen mucho que disfrutes cada momento de tu vida y tienen razón, es necesario hacerlo porque cuando tengas más de 80 o 90 años podrás estar tranquilo de que hiciste todo lo que querías y eso nadie te lo puede quitar”.

También afirma que al estar rodeado de personas adultas ha desarrollado muchas cualidades entre ellas, la paciencia “Muchas veces, en la vida diaria, actúas tan rápido que el sentido y el sabor de lo que estás haciendo desaparece. En esta residencia, sin embargo, el tiempo transcurre más lento y tienes que aprender a vivir con ello. Caminas más lento, hablas más lento y todo fluye a otro ritmo”

Otra cosa que resalta Duman, es que ha cambiado su percepción sobre los adultos mayores. “Antes de llegar a Humanitas, veía a las personas mayores con cierta tristeza y equivocadamente las compadecía. Pensaba que tenían muchas restricciones, que no podían hacer muchas cosas. Ahora, al vivir aquí mi visión ha cambiado. Los veo y lo único que percibo son posibilidades”

Por otro lado afirma que hizo amistad especial con algunos de los residentes “Aprendí que una persona ajena a mi familia también puede convertirse en una abuela”. Ese es el caso de una anciana de 90 años, de nombre Marty Weulink, a quien incluso le enseñó a usar un iPad y a googlear información.

En la residencia los estudiantes están repartidos en los pisos del edificio de esta manera todos tienen contacto con los abuelos. Pero según Sores nada es obligatorio y no hay horarios establecidos para convivir, se trata de que cada uno realice sus actividades diarias e integre a los demás. El estudiante relata que a los abuelos de Humanitas les encanta compartir la vida con los jóvenes “Si hacemos fiestas siempre los invitamos y rara vez dicen que no. Les encantan”. 


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