Brasil: Un nuevo motín deja al menos diez muertos

ENFRENTAMIENTO

Sociedad15/01/2017Mariela AldereteMariela Alderete
Captura twitter
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Una creciente guerra entre grupos criminales de Brasil generó ayer una nueva matanza carcelaria con por lo menos diez muertos en la prisión de Alcaçuz, en Río Grande del Norte, a 25 kilómetros de Natal, la capital estatal.

La lucha se desencadenó en la cárcel más grande de ese estado por un enfrentamiento de facciones entre los miembros del Primer Comando de la Capital (PCC) y el Sindicato del Crimen, según informó el gobierno local. El motín se habría iniciado tras una invasión de un pabellón por parte de grupos enfrentados.

El conflicto comenzó a las 17 (hora local), y continuaba hasta anoche. Desde que empezó el año, ya son más de 100 los muertos por motines en las cárceles de Brasil.

La policía militar informó que envió un número grande de efectivos al lugar, inclusive con tropas de choque del Batallón de Operaciones Especiales (BOPE), pero hasta anoche no habían logrado ingresar al presidio para controlar la situación.

La Penitenciaría de Alcaçuz alberga 1083 presos, pero tiene capacidad para 620, según datos de la Secretaría de Justicia.

Construido sobre dunas, esta prisión registra frecuentes fugas ya que los presos sólo necesitan cavar un túnel en la arena para huir. Además, como las dunas se mueven con el viento, el acceso y la salida del presidio se ven también facilitados. Por épocas las dunas están tan altas que permiten la visión hacia adentro del patio.

"Con una catapulta casera se puede lanzar desde un celular hasta drogas hacia el interior del presidio", dijo Ivenio Hermes, investigador del Observatorio de Violencia de Río Grande del Norte.

El año pasado este estado vivió una ola de violencia con ataques a ómnibus. El gobierno atribuyó esos ataques a una reacción contra la instalación de bloqueadores de celulares en los presidios estatales, y dijo que los ataques eran coordinados desde adentro de las cárceles. Sin embargo, la actual crisis carcelaria iniciada a comienzos de año, se debe más a una lucha de poder entre grupos mafiosos rivales.

Tras varios años de tregua, el PCC y el CV rompieron en junio último el acuerdo de no agresión que mantenían, y desde entonces libran una feroz guerra por el control de las rutas del narcotráfico provenientes de países limítrofes como Colombia, Perú, Bolivia y Paraguay. El enfrentamiento se da en las calles, principalmente en favelas controladas por uno y otro bando, así como en las cárceles, que sirven como centros de reclutamiento y desde las cuales los líderes criminales actúan gracias a la falta de controles de comunicaciones telefónicas y armas.

Como telón de fondo, las prisiones brasileñas sufren un endémico problema de hacinamiento. Con más de 622.000 presos, Brasil tiene hoy la cuarta mayor población carcelaria del mundo, detrás de Estados Unidos, China y Rusia.




Fuente: La Nación

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