Conocé por dentro la casa de una pareja de diseñadores

HOGAR

Sociedad30/01/2017Mariela AldereteMariela Alderete

Laura está enamorada de su hogar y puede contar cada detalle con precisión: desde la hora de los cuatro relojes de su estudio, pasando por las postales del corcho en la sala de ensayo, hasta cada sombrero de la cocina. Es una casa hecha a su medida.

Diseñadora de indumentaria, trabaja como productora de moda y tiene varias inquietudes más que se pueden ir rastreando por los ambientes. Su marido, Kalil Llamazares, también es diseñador, músico, y artista plástico. Laura está enamorada de Kalil, por supuesto, lo dice de todas las formas posibles, hasta con el rojo de su cuarto. Y las hijas de ese amor son ­­­-cómo no- su mejor obra. Paz tiene 11 años, hace tela, y cuando cumplió 9 quiso una guitarra eléctrica como regalo. Luna, con 16, practica danza desde la primaria y les da clases a sus compañeras de colegio; además, pinta (hay un cuadro de ella en la cocina). La mamá, puro orgullo y risas, dice que si un día viene una de las dos a decirle que quiere ser contadora, se preguntaría qué hizo mal. Es que Laura está feliz de su vida y quiere esa joie de vivre para ellas. El escenario parece listo.


La casa propiamente dicha ocupa la planta baja, mientras que arriba, con un acceso independiente, están los cuatro ambientes de trabajo. Al entrar, aparece el largo pasillo distribuidor con un mueble y dos estantes diseñados por Laura para las publicaciones donde salen sus producciones y otras que c.   Foto: Living  / Magalí Saberian

La casa propiamente dicha ocupa la planta baja, mientras que arriba, con un acceso independiente, están los cuatro ambientes de trabajo. Al entrar, aparece el largo pasillo distribuidor con un mueble y dos estantes diseñados por Laura para las publicaciones donde salen sus producciones

Al final del pasillo, la sala donde Luna practica y da clases de danza tiene piso de madera con cámara de aire. Además, hay una zona de estudio equipada con un escritorio vintage para la compu, lámpara de pie ‘Citripio’ ($6.450, Talleres Sustentables) y puf con pátina en color cobre ($2.300, MS Deco.   Foto: Living  / Magalí Saberian

Al final del pasillo, la sala donde Luna practica y da clases de danza tiene piso de madera con cámara de aire. Además, hay una zona de estudio equipada con un escritorio vintage para la compu, lámpara de pie ‘Citripio’ y puf con pátina en color cobre.

Además de la tela, Paz tiene una guitarra eléctrica y un gran colchón para los pijama-parties con sus amigas. En el rincón, banco de algodón rojo ‘Milagritos’ ($1.870, Talleres Sustentables).   Foto: Living  / Magalí Saberian


La entrada exterior al nivel de “ocio creativo”, como le llama Laura, es por una escalera de chapa negra. Al lado está el estudio de Kalil, una sala de música totalmente acustizada con un sector revestido en papel geométrico (Editor Market) y un corcho con folletos y postales de California, el lugar.   Foto: Living  / Magalí Saberian


La dueña de casa trabajó como productora de su propio jardín: buscó referencias y armó un PowerPoint para orientar a la paisajista Marcela Brudnick. El resultado es este jardín seco con distintas situaciones de uso, cuya zona central ocupa un solárium con deck y sillones y mesa ‘Pastilla’ en fibra d.   Foto: Living  / Magalí Saberian

La dueña de casa trabajó como productora de su propio jardín: buscó referencias y armó un PowerPoint para orientar a la paisajista Marcela Brudnick. El resultado es este jardín seco con distintas situaciones de uso, cuya zona central ocupa un solárium con deck y sillones y mesa

Al entrar a la casa, en la planta baja, aparece el living con la pared de machimbre pintada de verde y dos cuadros de Kalil hechos especialmente para este ambiente.   Foto: Living  / Magalí Saberian


Una barra comunica con la cocina pintada de negro y ambientada con sombreros y espejo vintage. Tiene sillas años 50 (Mercado de Pulgas de Dorrego) y alfombra tejida ($3.355, Elementos Argentinos). Todas las puertas de la casa se intervinieron inspiradas en las formas de Alexander Calder.   Foto: Living  / Magalí Saberian



En la habitación principal, Laura pintó un gran cuadrado rojo, igual que la ventana y el taparrollo. Sobre la cama, almohadones tejidos a mano ($990 c/u) y alfombra con diseño geométrico ($3.855, todo de Elementos Argentinos). En la pared opuesta, una original biblioteca con banquitos de carpintero .   Foto: Living  / Magalí Saberian


Laura en su estudio con alfombra de césped sintético y pintura de Kalil Llamazares, su marido.   Foto: Living  / Magalí Saberian




Fuente: La Nación




























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