Era encargado del taller de panadería del Penal de Villa Urquiza e intentó ingresar con drogas escondidas en las botas.
Tenía más de 2000 pastillas y la suma de $1500. No se tomaron medidas privativas de libertad contra el sujeto.
No fue una requisa de rutina más durante el ingreso, para los empleados que tiene trabajos en el interior de la cárcel.
Promediaba la mañana del día martes y un joven de 29 años que se desempeñaba como encargado del taller de panadería en el departamento de producción, llegó vestido de civil a la puerta principal del penal.
Una vez allí, los guardicarceles comenzaron la revisación de elementos personales y requisa, pero grande fue la sorpresa cuando descubrieron que tenía escondido en sus botas, unos envoltorios de plásticos con más de 2000 pastillas y en su campera, la suma de $1500 pesos.
Inmediatamente el joven fue demorado y se dispuso por orden del Juzgado Federal N°1 que se constate el domicilio del sujeto, que se averigue si contaba con antecedentesy se realicen los análisis toxicologícos a las sustancias halladas. Sin embargo, según la información brindada por la Secretaría de Estado de la Provincia, no se tomaron medidas privativas de libertad contra el joven y quedó en libertad, pero la investigación continúa.
“Recientemente, reforzamos las guardias y, además de recorridos en los alrededores del penal, se realiza una guardia de prevención con la consigna general de requisas obligatorias a las que se somete a todo el personal, los internos y los visitantes”, explicó el Director General de Institutos Penales, Félix Concha.
Finalmente se puso en conocimiento a la Dirección General de Drogas de la capital a cargo de Javier Villafañe.