Un tren que llega a Tucumán cargado de expectativas y preocupación
Los pasajeros celebraron la nueva formación que hizo su viaje inaugural ayer. Sin embargo, los trabajadores ferroviarios ven con intranquilidad su futuro tras el cambio de gobierno
La mayoría de los pasajeros no lo sabía, pero al entrar en la ciudad de Tucumán comenzaban a convertirse en los personajes del día: la suerte había querido que sus pasajes desde Buenos Aires se concretaran en el viaje inaugural del primero de los nuevos trenes que vinieron a reemplazar las viejas maquinarias.
La flamante máquina entró en la estación de trenes de Tucumán a las 11.45, arrastrando 10 modernos vagones donde 529 pasajeros habían disfrutado de un viaje que, según coincidieron, fue placentero.
En el lugar esperaban curiosos, familiares de los pasajeros y miembros de la Unión Ferroviaria con carteles y remeras verdes. Todos coincidieron en aplausos cuando la imponente máquina celeste y blanca ingresó, casi silenciosa, al andén.
Entusiasmo y preocupación
Los más emocionados eran los trabajadores ferroviarios. En sus charlas, no se cansaban de repetir detalles técnicos de la nueva formación que despertaba grandes expectativas. Apenas se bajaron los pasajeros, los ferroviarios lo abordaron para conocerlo y sacarse fotos. Muchos no pudieron contener los cantos de "viva Cristina", en referencia a la presidenta Fernández de Kirchner que dejará el cargo el 10 de diciembre.
Los ferroviarios coincidieron en expresar su preocupación por el cambio de gobierno. Abiertamente kirchneristas, dicen temer por sus fuentes de trabajo si es que Mauricio Macri no incentiva la actividad. De inmediato, sin embargo, hicieron referencia al Plan Belgrano, el proyecto que el presidente electo asegura que implementará en el norte argentino y que prevé la reactivación de vías y el equipamiento ferroviario para la región, entre otros puntos. "Lo que nos tranquiliza es que es (José) Cano el que lo va a manejar. Aunque es radical, es tucumano, no creo que nos perjudique", lanzaron en reunión los miembros de la Unión Ferroviaria.
"Hasta para cargar el celular"
Los pasajeros se mostraron sorprendidos por la presencia de la prensa y los ferroviarios que se habían congregado para recibirlos. La ultima palabra, en definitiva, era la suya: serían ellos quienes den el veredicto final sobre la nueva formación. Y la sentencia fue unánime: el viaje fue un placer.
"Tenía hasta para cargar el celular", dijo una joven que bajó con su inmensa mochila, acompañada de amigas. Y antes de irse, agregó: "hasta íbamos cebando mate". Otros pasajeros que aseguran hacer el viaje con regularidad, destacaron las bondades del aire acondicionado, la comodidad de los asientos y la funcionalidad de los baños."Como si hubiésemos venido en avión", dijo un hombre que, asegura, hace el recorrido una vez por año.
"Nosotros vinimos en camarote y nos salió para los dos $ 400", contó un pasajero. Las habitaciones a bordo son pequeñas, tienen dos camas individuales y una mesa. Están cerca del coche comedor, amplio e iluminados, que además de asientos cómodos tiene una barra y una pequeña pantalla con información sobre el viaje. Además, la formación tiene tres coches pullman, y cinco de primera.
Rapidez, frecuencia y seguridad
Tradicionalmente, los dos viajes semanales que se hacían de Retiro a Tucumán eran a bordo de maquinarias que tenían entre 30 y 40 años, degún informó Luis Díaz, secretario General de la Unión Ferroviaria de Tucumán.
El dirigente gremial lamentó que la frecuencia de los viajes siga siendo escasa. Hasta ahora, sólo llega a la provincia los martes y sábado y parte a Buenos Aires esos mismos días. Díaz dijo que se están realizando gestiones con el gobierno nacional para implementar una frecuencia diaria, aunque no arriesgó una fecha para la posible respuesta a ese pedido. Los pasajeros que llegaron hoy compraron sus boletos antes de octubre y quien pretenda viajar en tren, deberá adquirir tikets para la segunda quincena de marzo.
La rapidez no fue mejorada con el nuevo tren. El conductor de la máquina, Tobías Fuensalida, explicó que no se puede mejorar ese ítem por el estado en que se encuentran las vías. De todas maneras, destacó la comodidad y la seguridad de la nueva formación, que tiene frenos ABS, amortiguación neumática y cierre inteligente de puertas, entre otros detalles técnicos. Y para mayor seguridad, Fuensalida contó que los maquinistas no cumplen más de seis horas de trabajo conduciendo el tren. Él y su compañero, por ejemplo, habían subido en La Banda, Santiago del Estero, en reemplazo de los operadores que habían cumplido el tramo anterior.
La gloria del tren
Si bien los pasajeros se mostraron conformes con el viaje, es mucho lo que resta por hacer en materia ferroviaria para alcanzar la situación de un siglo atrás. A Tucumán, en el año 1890, llegaban cuatro formaciones diarias, trasladando a miles de pasajeros.
El traspaso de los trenes a las provincias durante la década del 90 determinó su agonía. Hacia 1994, la frecuencia se había reducido a un viaje diario y pronto cayó en los dos semanales. En 1996, dejó de circular. Tuvo algunos recorridos durante 1999 pero eso fue todo.
En el año 2002, la empresa NOA Ferrocarriles se hizo cargo del servicio y volvió la frecuencia de dos veces por semana. Sin embargo, el estado de las formaciones era deplorable; los inconvenientes, frecuentes (hasta hubo descarrilamientos) y la velocidad desesperante. Todavía no se alcanzó la frecuencia ni la rapidez del Tucumán de la primera mitad del siglo XX, aunque el optimismo es grande tras la estatización de los trenes, aprobada en abril de 2015.
Mientras los pasajes a Buenos Aires no bajan de los $ 1.200 en colectivo, el tren ofrece la posibilidad de viajar por montos que van desde los $ 70 (primera), $ 130 (Pullman) y $ 400 (precio del camarote para dos personas). Sin embargo, obtener pasajes de inmediato es imposible y sólo pueden sacarse con al menos tres o cuatro meses de anticipación. Además de ecológico y seguro, el tren sigue siendo la opción cómoda y económica para viajar.
Producción:
Mariana Romero
Andrés Figueroa