Un mes y tres suicidios que sacudieron al deporte nacional

Si bien García era uruguayo supo ganarse el cariño de los argentinos por su forma desinteresada de vivir el futbol. No era el jugador de porte atlético pero sí el goleador que luchaba. A casi un año de su último grito de gol (10 de febrero de 2020) tomó la decisión de quitarse la vida. En una entrevista brindada a Radio Nihuil, el “Morro” supo decir: “Nosotros no somos robots, no somos maquinitas, también nos pasan cosas. Que como les influyen a ustedes, nos influyen a nosotros. Eso hace que el rendimiento dentro del campo de juego no sea el óptimo”.

La magister en Psicología del Deporte, Julieta Combes explicó: “la depresión siempre aparecerá encarnada en personas reales, únicas, con una historia irrepetible y será vivida con características individuales. Podrá ser superada en la medida en que el deportista haya adquirido habilidades que le permitan salir adelante o en tanto esté dispuesto a adquirirlas en terapia”.

García, como muchos futbolistas, salió de la clase social media baja de Montevideo. Debutó a los 17 años en Nacional de Uruguay, y a medida que los goles se hicieron una realidad llegaron los pases a grandes equipos del continente. Pero llegó el doping positivo, una situación que lo hundiría en la depresión. 

2012 lo encontraría en Turquía, contexto que empeoraría su cuadro. Al respecto Combes agregó: “En el ámbito deportivo la depresión suele aparecer en función de expectativas no cumplidas (propias o ajenas) o en relación a cuestiones personales que no pueden ser solucionadas en virtud de que las exigencias deportivas restan tiempo y energía. A su vez, la depresión no resuelta termina jugando en contra del rendimiento deportivo”.

El "Morro", un goleador tenaz/Foto Olé

Con su más de metro ochenta el “Morro” llegó en 2014 a Godoy Cruz, etapa que señalaría el renacer de su carrera. En la Superliga 2017/18 se consagró como el máximo anotador de la temporada. Pero en los últimos meses de 2020 pasó de ser una de las referencias del equipo a ser apartado del plantel. No podía ver a su hija y había dado positivo a la COVID-19, lo que requería que se aísle en su departamento. Estas circunstancias se presentaron a sus 30 años, un momento donde el fantasma del retiro comienza a rondar la cabeza de los deportistas dedicados al fútbol profesional. 

Respecto al inicio y al fin de la era profesional la psicóloga deportiva Patricia Picón señaló que “el mayor problema del auge de la carrera del deportista es que suele ser a edades tempranas, cuando la personalidad y el carácter todavía están en pleno desarrollo. Por eso es tan importante el acompañamiento de la familia y amigos”. En relación al retiro subrayó: “El tener un periodo corto de actividad –comparado a otras profesiones–  es un factor muy importante en los deportistas. Por eso hay que hacer foco siempre en que piensen en su futuro sin el deporte, en elaborar un plan de acción para el después”.

En las dos primeras fechas de la temporada 2021 Godoy Cruz le rindió una serie de homenajes, camisetas especiales, goles dedicados y minutos de silencio. Así como la vida, la pelota debe seguir rodando, lo que no es sinónimo de olvido. Acerca de cómo afecta el suicidio de un compañero, Combes respondió: “el suicidio es una conducta extrema que nos habla y nos interpela sobre no haber podido ver, ni escuchar que algo grave estaba ocurriendo con el suicida. Que esta persona no encontró otra manera de hacerse visible o de ser escuchado. Es un mensaje para quienes lo rodeaban”. En la misma línea Picón sumó: “la decisión del suicidio afecta a todo el entorno de la persona. Es una situación que suele dejar en shock a pares, o surge un fuerte sentimiento de culpabilidad”.

El caso de García fue uno más en el fútbol y en el deporte y en la sociedad en general. En 2019 la Organización Mundial de la Salud (OMS) dio a conocer cifras a nivel mundial del suicidio. Cerca de 800.000 personas se quitan la vida cada año y es la segunda causa de muerte entre los jóvenes de 15 y 29 años.INFOGRAFÍA OMS

Joel Calabrese tenía 22 años. El joven rugbista integraba el equipo Ciervos Pampas, club que desde hace años trabaja en la visibilidad de la diversidad sexual en el deporte de la ovalada. En su cuenta de Instagram, Calabrese había subido: “Me encantaría que siempre me recuerden con esta sonrisa. Esa sonrisa que era la que tapaba todo el sufrimiento que venía siendo (sic) por dentro, yo siempre con la sonrisa encendida pero por dentro hace meses que venía siendo una depresión tremenda. Le trataba de poner la mejor cara y la mejor onda a todo siempre, porque no quería que nada me apague pero lamentablemente hoy no aguanté más y decidí apagarme, cerrar los ojos y decir adiós!!”.
Rodrigo Maya/ Foto TN

Fútbol, rugby y, en cuestión de días, el handball se vistieron de negro. Rodrigo Maya, de 27 años, decidió quitarse la vida cuatro días después del deceso de García. El jugador y entrenador de Tupungato, también de la provincia de Mendoza, fue encontrado en su vivienda por su padre, Rubén Maya –un reconocido jugador del handball de la región de Cuyo–  aún con signos vitales, pero muy débiles. Pese a ser trasladado a un centro asistencial el joven falleció. 

Un amigo de Maya contó a Toda Pasión: “solía tener altibajos emocionales pero es muy difícil imaginar la gravedad hasta que no te encontrás con algo así o no sé si no se le presta atención por desconocimiento o porque es difícil afrontar un cuatro así, no lo sé, estamos todos muy conmocionados”.

 Según las estadísticas de la OMS cada 40 segundos se suicida una persona en el mundo.


Para más información de asistencia: 
-> Salud Escucha 0800 4444 999  (Ministerio de Salud de la provincia de Tucumán)
-> Centro de Atención ante Conductas Suicidas en Adolescentes
->(011) 5275-1135