Los valores olímpicos no se deben olvidar

Los JJ.OO son la unica cita deportiva en la que todos los puestos se valoran y se reconocen.

Deportes 02/08/2021 Solana Villagrán Barrionuevo Solana Villagrán Barrionuevo
Lucas Guzmán
Lucas Guzmán obtuvo su primer diploma olímpico en su debut en Tokio 2020.

El sobrexitismo que existe en el país – y en el mundo – está siendo padecido por los atletas. Durante la primera semana de los Juegos Olímpicos Tokio 2020, una de las estrellas, Simone Biles (medallista olímpica en Río 2016) se retiró de la competencia de gimnasia por equipos tras errar un salto. La decisión de la gimnasta estadounidense sorprendió al mundo del deporte, en un primer momento se informó que el motivo se debía a un malestar físico, pero a las horas Biles publicó en sus redes sociales:

siento que a veces tengo el peso del mundo sobre mis hombros. Sé que lo olvido y hago que parezca que la presión no me afecta, pero maldita sea, a veces es difícil.

En conferencia de prensa la gimnasta despejó todas las dudas, “después de la actuación que hice, no quería seguir. Tengo que centrarme en mi salud mental. Creo que la salud mental está más presente en el deporte ahora mismo. Tenemos que proteger nuestra mente y nuestro cuerpo y no limitarnos a hacer lo que el mundo quiere que hagamos”.

Desde el 23 de julio se escucha hablar a atletas del “ser olímpico”, estado al que pertenecen unos privilegiados. En el movimiento de los anillos, una cita olímpica, no se reduce a tres medallas por competencia, sino que acoge a los valores de la excelencia, respeto y amistad. Excelencia que no refiere a ser oro sino a dar lo mejor de uno, a romper una marca personal, a mejorar actuaciones anteriores o simplemente a debutar en un Juegos Olímpico ingresando a esta familia mundial.

Paula Pareto

La nadadora argentina, Delfina Pignatiello (21 años) explotó en los Juegos Olímpicos de la Juventud 2018 y en los Juegos Panamericanos de Lima 2019 cuando se convirtió en la primera nadadora argentina en colgarse tres medallas doradas. Marcas personales que generaban expectativas sobre su actuación en Tokio 2020. Perspectivas que la gente las transformó en una obligación para la joven nadadora que debutó en Japón como olímpica. Tras sus actuaciones, Pignatiello, recibió innumerables criticas en sus redes sociales. La joven de 21, como la mayoría de su edad, está presenta en Instagram, Twitter, Twitch, YouTube, etc. plataformas en las que comparte sus mejores momentos y su cotidianeidad. El domingo la atleta decidió privatizar sus cuentas y darle de baja a las de streaming. Su mensaje fue claro y llama a la reflexión

perdón, de corazón. Me encantaría seguir haciendo streams y seguir con el canal de YouTube, pero estoy en una situación que me sobrepasa. Me siento muy lastimada y necesito priorizar mi salud mental y bienestar. (...) La gente es muy cruel, y por más que ignore quiero cuidar mi salud mental por sobre todas las cosas.

IG Delfina Pignatiello

El hostigamiento hacia los atletas que genera la exigencia de medallas hace olvidara la idea con la que Pierre de Coubertin fundó los JJ.OO modernos. El educador quería promocionar la educación mediante el deporte, usar a la cita olímpica como un signo de unión y hermandad donde lo importante era el participar.

Por esta idea del padre del olimpismo los Juegos Olímpico entregan medallas y diplomas. La cita olímpica es la unica competencia deportiva en la que el segundo y el tercer lugar se que recibe con orgullo; al igual que el sexto, octavo o veintitresavo (por citar un ejemplo).

Desde Londres 1948 el Comité Olímpico Internacional (COI) entregan diplomas a modo de reconocimiento por su actuación a los atletas para honrar su participación y compromiso con el deporte. En primea instancia eran recibidos desde el cuarto al sexto lugar; y desde Los Ángeles 1984 se extendió el reconocimiento hasta el octavo lugar.

Las preseas son apreciadas y festejadas, pero también deben serlo todas las actuaciones de los atletas, personas que se preparan por años para actuar por escasos minutos y dar lo mejor de si mismos en pos de representar los colores de su país en el evento deportivo más grande del mundo, al que el Covid-19 no pudo quitarle el aura de unión de nacional y respeto. 

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