El próximo jueves comenzará a funcionar la reversión del Gasoducto Norte, un proyecto crucial que permitirá el transporte de gas desde Vaca Muerta a siete provincias del norte argentino, reemplazando así las importaciones. Esta obra implica una ampliación y un cambio de dirección del ducto que anteriormente transportaba gas desde Bolivia. En este contexto, Argentina ha dejado de importar gas del país vecino este mes, tras casi 18 años de compras que sumaron cerca de USD 20.000 millones.
El proyecto proporcionará 5 millones de metros cúbicos diarios de gas, con la posibilidad de ampliarlo a otros 4 millones en una segunda fase. Este gas llegará a hogares, comercios y estaciones de servicio, además de impulsar el desarrollo de la industria litífera. Las provincias que se beneficiarán son Córdoba, Tucumán, La Rioja, Catamarca, Santiago del Estero, Salta y Jujuy.
La reversión demandó una inversión de USD 713 millones, de los cuales aproximadamente USD 530 millones fueron financiados por el Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF).
Con el plan original del Gasoducto Norte, se proyectaba un ahorro en importaciones de casi USD 2.000 millones anuales a partir de 2024. Sin embargo, el gobierno anterior no concluyó el proceso de licitación de las obras, y la gestión de Milei también enfrentó demoras para avanzar en este tema. Como resultado, este año fue necesario negociar un mayor suministro de energía desde Bolivia y de electricidad desde Brasil.
El secretario coordinador de Energía y Minería, Daniel González, afirmó que el superávit de la balanza energética podría finalizar el 2024 con un saldo positivo de entre 4.000 y 5.000 millones de dólares, lo que podría implicar la mejor marca de los últimos 15 años. El funcionario proyectó que ese resultado podría duplicarse de cara al próximo año.
En 2023 esa balanza presentó un déficit de USD 600 millones, mientras que el acumulado de las últimas dos décadas arroja un rojo de USD 150.000 millones, tras un proceso de “tarifas pisadas” y un mercado fuertemente regulado.
En línea con los cálculos oficiales, la consultora Economía y Energía estimó que el sector energético terminará 2025 con un saldo positivo de USD 5.000 millones en la balanza comercial. “En 2025 se espera que la balanza comercial energética continúe exhibiendo una mejora y se alcance un superávit superior a los USD 7.300 millones, como consecuencia del incremento en las exportaciones, fundamentalmente de crudo, y los menores requerimientos de importación”, sostuvieron.