El mejor regalo de Año Nuevo: Gricelda aprendió a caminar sola. Mirá el video

La nena que se hizo conocida por viajar en auto al Garrahan en lugar del avión sanitario dio una sorpresa a su familia.

Tucumán 04/01/2016 Mariela Alderete Mariela Alderete

"Ya andaba agarrándose de las paredes, pero el 28 de diciembre, justo el Día de los Inocentes ¡se largó sola!". La emoción apenas permite hablar a Rubén Vega, papá de la nena de cinco años que conmovió varias veces a Tucumán. 

Los problemas de salud de Gricelda no son pocos. Tampoco los económicos. Pero a fuerza de voluntad y mucho amor, su evolución sorprende a quienes la rodean. Esta vez, dijo adiós al andador con el que se desplazaba y comenzó a caminar por su cuenta. 

Gricelda había emocionado a Tucumán cuando se supo en 2013 que vivía en el Hospital de Niños y buscaba una familia. Había nacido con un retraso madurativo, una deviación en su columna, una luxación en las caderas y un síndrome genético. No podía controlar su temperatura corporal y respiraba gracias a una traqueotomía. Fue entonces cuando su mamá, Dolores, y su papá, Rubén, fueron a conocerla, se enamoraron de ella y la adoptaron. 

Su vida fue siempre más difícil que la de los demás. A finales de octubre de este año, el día en que en Tucumán había 13 jets estacionados en el aeropuerto, Gricelda partía en el auto de sus papás a Buenos Aires. Un cartel en letras rojas rezaba en el costado del vehículo: "voy al Garrahan en auto porque el gobernador de Tucumán me negó el avión sanitario". 

Ver: Mientras en Tucumán había 13 jets estacionados, Gricelda viajó al Garrahan en auto porque le negaron el avión sanitario

El esfuerzo valió la pena. Gricelda, que hasta hace una semana necesitaba un andador para desplazarse, dio sus primeros pasos sola. "Ahora tenemos que tener energía para andar capturándola. Abre la puerta, quiere ir afuera", dice su papá, entre risas. 

El 2016 comenzó con una buena noticia para la familia Vega. La trajo Gricelda. Y los Vega quisieron compartirla con quienes apoyaron su lucha para que el Subsidio de Salud reconozca los costos de su tratamiento. Porque, aseguran, la batalla todavía no se ha ganado. 


Colaboración: 
Andrés Figueroa
Luciana Nadales

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