Juano Falcone: una persona libre, dedicado a cada cosa que ama

Nieto, sobrino, hijo, primo, amigo y padre. Lazos que todos en su mayoría transitan a lo largo de sus vidas, pero que en la vida del músico de la Caverna y Don Osvaldo, no pasan desapercibidos

Sociedad 29/08/2016 Mariela Alderete Mariela Alderete
Fotos: Eduardo Romero
Fotos: Eduardo Romero

Por Edith Soto @edithsoto 

Justicia y verdad como frente de lucha parecen ser valores un poco ya olvidados, pero son el principal motor de las defensas a las que Juano pone su voz, música y energía. Nacido en un hogar donde siempre se respiró lucha, el nieto de Estela de Carlotto y sobrino de dos tías desaparecidas en la época más oscura de nuestro país, eligió como medio para levantar la voz la música. Formó su banda, La Caverna en su adolescencia, donde pregona el rock bajo cuatro simples palabras que esconden una multitud de valores: “el rock es compromiso”.

Comprometido además con la causa Cromañon, Falcone forma parte de Don Osvaldo, banda integrada por los ex Callejeros, Patricio Fontanet y Christian Torrejón, banda que actualmente está fuera de actividad debido a la situación judicial de los mismos.

Creciendo constantemente como músico y persona, llevando la lucha de todos los que puede y alcanza, el presente le suma otra tarea a la lista de prioridades de Juano, la de ser padre, para lo que no tiene otra descripción más que felicidad.

Con mucho que decir y trasmitir, el baterista y letrista de La Caverna muestra un lado distinto de la música, dándole a la misma un lugar social y de reclamo, dejando en claro su mensaje, el músico nos cuenta sobre su presente como padre y sobre su carrera en una charla que no deja tema sin mencionar.


En algún sentido ¿ves la música como un “arma social”?

Sí, en caso todos los sentidos, la verdad que lo que me conmovió a mi, no sólo de la música, sino de toda la cultura rock es la capacidad de generar conciencia, de generar una contracultura, de poder hacer un correlato social.

Me parece que el arte tiene un rol en el tiempo en el que le toque ser creado. Siempre por lo menos relata, otras veces denuncia, otras veces abre cabezas en el mejor de los casos. Yo me vi interpelado por la cultura rock, por la música de esa manera y quise hacer un aporte cultural por estar seguro de que la música no es inocua y que no es simplemente algo bonito, de entretenimiento, sino que también tiene una misión, a mi me gusta que tenga ese condimento.

Siempre repetís que “el rock es compromiso “ ¿compromiso con qué?

La verdad es que nosotros lo venimos viviendo hace muchos años, a sabiendas de que justamente esto, que te decía antes, de que el rock puede cumplir un rol, que el rock no es un género musical simplemente, que es un reduccionismo eso de agruparlo a una cuestión mera de la industria, que el rock es una cultura que debe estar comprometida como tal con las ideas de su tiempo, que debe sugerir, que debe proponer, que debe ser controversia y que debe comprometerse, en tal caso, con las injusticias sociales desde abajo y desde arriba del escenario como parte de una cultura, eso es lo que nosotros pensamos. Por supuesto que, como todo eslógan, amerita una explicación y no pretende vaciar todo aquello que no esté enmarcado en su denominación, no es que el rock sí no es compromiso, no es rock por supuesto, pero es plantar bandera de una mirada del mundo muy fuerte del rock que nosotros tenemos.

En una entrevista dijiste que en los ’90 tu generación encontró un lugar en el rock, ya que en ese momento había un “vaciamiento cultural, una orfandad política” ¿sentís que en la actualidad eso sigue sucediendo?

Creo que la cultura en general se ha ido modificando en los últimos años, pero de manera muy relativa. Me parece que en lo estructural sí, yo celebro que en los últimos 15, 20 o 12 años haya habido una generación de distintos matices políticos y de jóvenes que han vuelto a considerar la política como una herramienta de transformación, eso lo celebro. Realmente me parece que hay que lavarle la cara a la política y que los jóvenes tienen eso rol, pero creo que en términos estructurales por lo menos que haya referentes sólidos en términos políticos, los hay como no había en el momento en el que nosotros empezamos, no estamos en los ’90.

Yo personalmente considero que el gobierno en curso devuelve, de alguna manera, de idea de orfandad de todo tipo, orfandad de todo tipo de política social, cultural y ni hablar de orfandad a nivel de referencia para los pibes en este gobierno, pueden haber simpatías y deseo de cambio en los chicos, en algunos puede haber cartas de intención, puede haber algún tipo de confianza puesta en este gobierno, pero no creo que haya demasiada identificación, me parece que es un gobierno que implica un retroceso en lo paquitito que se había logrado hasta ahora.

También nombraste al Indio como un referente de tu generación ¿crees que en escena actual hay algún referente como lo fue él para tu generación?

Algo que no habla muy bien de la escena actual es que el Indio sigue siendo el referente de muchos, pero me parece que hay otro tipo que desde sus bandas y desde su práctica ha generado un montón de cosas en los chicos, que son muy interesantes para mi y no porque comparto un proyecto artístico con él, pero me parece que Patricio Santos Fontanet, por muchísimas cuestiones, más allá de las artísticas es una referencia. Por más que él no se lo proponga y que no lo haya buscado, es una referencia para muchos chicos porque más allá de sus canciones y sus creaciones ha atravesado una historia muy particular de determinada manera y eso también es ingrediente para que los chicos se reflejen en él.

Ya que introduciste a Pato, vos cómo parte de Don Osvaldo y militante de la causa, a 11 años de Cromañon, con Chavan muerto, Anibal Ibarra libre y postulándose, los músicos presos y 194 pibes muertos ¿qué sensación te genera ese contexto?

La verdad que hemos tenido que atravesar todos un proceso de aceptación de algo muy duro que es la injusticia, verla plasmada en cifras, en condenas, verla plasmada en cosas muy concretas, como lo que vos describías recién y es duro, pero no debe invitar a l resignación, sino más bien a redoblar los esfuerzos, porque un caso como la tragedia de Cromañon fue grande y es tan poco lo que se hizo por parte del Estado, por parte de los empresarios para modificar las condiciones que la produjeron, pero bueno, entendemos como generación que fue parte de Cromañon que tenemos el rol de por lo menos tratar de traer un poco de luz, entonces lejos de bajar los brazos esto nos invita a seguir peleando, a seguir discutiendo más allá de la suerte jurídica, en particular de los músicos.

¿Cómo fue tu ingreso a Don Osvaldo? ¿Qué te dejó como músico ser parte de la banda?

Yo tenía una relación con Patricio de muchos años y en la época de Casi Justicia Social, estoy hablando de 2011/2012, ellos después de la separación de Callejeros empezaron a gira con el nuevo proyecto y a medida que fue creciendo fueron ampliando la instrumentación, incorporando teclados, violín, percusión, y a la hora de pensar en la percusión me honraron con las posibilidad a mi, de alguna manera la amistad derivó en una cuestión artística, después todo eso se transformó en Don Osvaldo, en un disco que está en la calle, en canciones, en la posibilidad incluso de permitirme escribir también para la banda, así que no más que agradecimiento, es un privilegio.

Siendo también parte de La Caverna, banda en la que sos baterista y letrista. ¿crees que hay un punto de comparación entre ambas bandas?

Me parece que hay puntos de contacto muy puntual en los estilos, hay una mirada, era lo que hablábamos antes, una postura ante la vida, la utilización del rock como Prisma para poder devolver un montón de cosas interesantes que deben ser dichas, me parece que compartimos más que nada la idiosincrasia y el perfil de no utilizar al rock más que para tratar de trasmitir algo para expresarse y no para mentirle a los chicos, para hacernos conocidos, famosos o todas las cuestiones que la industria introdujo y que de alguna manera tergibizaron la idea madre que tiene el rock, que a mi me parece que es mucho más interesante, en eso creo que las dos bandas se parecen.

Después en el grupo humano, hay dos grupos humanos excelentes, de buenas personas, de amigos, ahí es donde encuentro más puntos en común.

Mostrando IMG_3233.jpgFotos: Eduardo Romero

¿Cómo definirías a tu banda, La Caverna, y el momento que están atravesando?

En principio es el gran sueño de adolescente que nunca abandonamos y que creció, que está cobrando cada vez más fuerza.

Tiene una cosa épica La Caverna, es el sueño de dos amigos de la secundaria, bah…de la primaria, la formamos cuando teníamos 16 años, pero nosotros estamos juntos desde que tenemos 8 años con Diego (Fauci), el socio fundador, con quien fundamos la banda. Y ahora estamos en las pistas de una nuevo disco, un nuevo trabajo, muy ansiosos, todos metidos en que el crecimiento de la banda no nos achanche, no nos lleve a decir “ bueno se ve que así funcionó “, sino que nos haga sentir la responsabilidad aún más grande de poder ser una buena banda, realmente poder trasmitirle a los chicos un montón de cosas y no empalagarse con las buenas cuestiones, no acomodarse en eso, en el relativo éxito, sino ir por lo importante, un buen lado artístico y un mensaje aún mejor.

Vos tenés una participación activa en las redes sociales ¿crees que hoy en día, en la vida del músico, es algo que juega a favor?

Sí, me parece que como herramienta del uso que se le da y que es algo fabuloso, pero un cuchillo también es una herramienta fabulosa y sin embargo depende de quién lo agarre para ver qué resultado va a dar. Eso siempre es así, la tecnología es así, yo trato de darles una utilización objetiva, a veces de opinión y a veces de información o de difusión, quizás no comparto algunas prácticas más subjetivas que no son propias, tienen que ver más con las cuestiones de que yo creería que el arte no tiene nada que ver, pero en ese caso es una opinión propia.

Me parece que es un factor muy importante para más nuevas generaciones y las nuevas bandas, ojalá nosotros cuando comenzamos allá por el 2000 hubiéramos tenido Twitter o Facebook, nosotros teníamos que salir a volantear, a pegar afiches, cosas que hoy quizás ya no las hacemos, pero que en su momento era lo que había que hacer si o sí y que hoy las redes sociales de alguna manera se encargan de ese laburo o al menos en gran parte.

Hace poco fuiste padre, teniendo en cuenta el trasfondo de tu familia y la lucha por la identidad que llevan adelante ¿cómo fueron esas primeras horas con Galo, tu hijo?

Me parece que una de las cosas que yo soñaba para completarme era dar vida, pero no había quizás encontrado la persona con la cual compartir una cosa tan trascendente, no? Que justamente es eso: una transcendencia q uno mismo. Las primeras horas con él fueron realmente increíbles, algo inédito que no me voy a olvidar nunca más en mi vida. Son momentos intransferibles para los cuales uno no está preparado, nadie te puede explicar lo que vas a vivir, sin embargo suceden, parecen milagros, felicidad en el estado más puro junto a la enorme responsabilidad de sentir un amor tan grande y de saber que hay un ser que hemos traído al mundo y que debemos, de alguna manera, mostrarle el camino para que él después elija cual recorrer. Ahora más que nunca quiero hacer mi aporte para un mundo mejor para él, así que nada más que felicidad pura.

Mostrando Juano nota.jpgFotos: Eduardo Romero

Adelantándose un poco ¿qué esperas dejarle a tu hijo como legado?

Yo quiero que sepa en las medidas de las posibilidades que su papá en una buena persona, que puede ser un buen tipo, que se puede ir por la vida sin cagar a nadie y que se puede pelear por los sueños, que no hay nada más importante que buscar la felicidad propia y la del resto y que el mundo que nos tocó merece ser cambiado y no se puede dejar así como está. Ser una buena persona me parece ya demasiado legado, quisiera eso, que encuentre en los pequeños valores la inmensidad de ser una persona simple, feliz y que haga feliz a los demás.

Muchos años antes de esta etapa, hicimos una canción que se llama “Por la vida” con La Caverna y habla un poco de esas pequeñas cosas que para nosotros son trascendentes y en esa canción también digo que uno de mis deseos es poder tener hijos mejores que yo, en el buen sentido, como una metáfora de que mi gran mérito como padre sea que mi hijo realmente sea un buen chabón y mejor de lo que yo fui

Sabiendo de quien sos nieto y que creciste en medio de la lucha por la identidad, es inevitable preguntarte al respecto, hace un tiempo encontraron al nieto 120 ¿qué representa para vos ese número que es mucho más que un simple número?

Me parece que cada número en sí mismo es el triunfo de la verdad, de la perseverancia, de la lucha en contra de todo, porque hoy puede parecer que las Abuelas es una institución troba, que es una institución avalada por el gran conjunto de la sociedad y en su parte también por el Estado, pero Abuelas cuando comenzó eran cuatro viejas con una librería y con gente que les cerraba las puertas, no tenían ningún elemento, sin embargo el amor de esas mujeres, la fuerza hizo que no bajaran los brazos, no había nada en donde empezar, pero ellas empezaron por eso me parece que cada nieto que aparece es un gran triunfo de la verdad, de las Abuelas y del conjunto de la sociedad. Por eso me parece importante no caer en el discurso de que no hay que mirar más para atrás, no hay que olvidarse de que quedan 400 chicos, más o menos, que todavía no tienen identidad, por lo cual bajar los brazos y dejar de mirar para atrás sería de alguna manera resignarse. Así que estoy muy feliz, en ese sentido, de que nietos sigan apareciendo.

Más allá de todo tu entorno, de tu militancia y tu familia ¿cómo definirías al Juano fuera de todo eso?

Es difícil, por supuesto, porque me da un poco de pudor, yo siempre digo que a mi me define lo que hago. La verdad es que la definición explícita de mi se la dejo a los terceros, pero a mi me define lo que hago, me define La Caverna, me define Don Osvaldo, me define mi familia, me define mi compañera, mi hijo. Todas las decisiones que tomé, buenas o malas, también creo que me definen y lo que yo he elegido ser: una persona libre, dedicado a cada cosa que ama.




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