Caso Joaquín Toledo: “El conductor no frenó porque no le importó matar a alguien”

Lo sostuvo el abogado querellante Matías Brito, refiriéndose al accionar del imputado Raúl Alvarez, quien atropelló y mató al abogado Joaquín Toledo el 1º de noviembre de 2015. El acusado quedó en libertad mientras se espera que la causa avance hacia el juicio. Los ocho elementos que acorralan al imputado.

Tucumán 31/10/2016 Mariela Alderete Mariela Alderete
Joaquín Toledo tenía 28 años, estaba casado y tenía una hija de un año, cuando fue atropellado por Alvarez. Foto de facebook
Joaquín Toledo tenía 28 años, estaba casado y tenía una hija de un año, cuando fue atropellado por Alvarez. Foto de facebook

Hace un año, en la madrugada lluviosa del domingo 1º de noviembre, Joaquín Toledo venía caminando con un amigo, cuando en la esquina de avenida Alem y 24 de Septiembre el conductor de un auto Volkswagen Bora venía con excesiva velocidad y lo atropelló causándole la muerte en el acto.

La muerte del joven abogado de 28 años causó una gran conmoción en la sociedad, principalmente en el ámbito de los letrados, donde era muy conocido y comenzaba a crecer en sus primeros años como profesional. Trabajaba en un estudio jurídico, junto a un grupo de abogados y a su hermano mayor, Jorge Toledo. “Como familia nos venimos preparando para esta fecha muy dolorosa. Lo extrañamos muchísimo. Joaquín se había recibido hace tres años de abogado y estaba en su mejor momento profesional”, expresó Jorge en una entrevista con periódicomóvil.com en ese estudio jurídico que compartían y donde ahora todos los días atraviesa el dolor de abrir la puerta de la oficina de Joaquín sin encontrarlo.

Hablar de Joaquín en el estudio es como si fuera alguien de la familia. Su amigo y compañero de trabajo es el abogado querellante en la causa, Matías Brito. Es de su misma edad.  Tampoco puede evitar quebrarse en un momento cuando le toca hablar –vía telefónica- de los avances del expediente judicial que hoy está en manos del fiscal de la IV Nominación, Diego López Avila.

“No hay ninguna duda que los límites de velocidad estaban excedidos y que venía en estado de ebriedad”, advirtió Brito respecto al imputado Raúl Alvarez (35 años),  el conductor que atropelló y mató a Joaquín. Está acusado por el delito de homicidio simple con dolo eventual y cumplía prisión preventiva en el penal de Villa Urquiza pero hace poco recuperó la libertad. “Ya está en libertad,  pero conserva limitaciones establecidas por el Juzgado. No puede salir de la provincia, por ejemplo”, acotó el abogado querellante.

“Velocidad, alcohol en sangre, semáforo en rojo, tenía carnet profesional (era chofer de micro de larga distancia), en el vehículo había dos personas y según una filmación periodística, se observan vasos de bebidas alcohólicas por cada ocupante, eso implica distracción.  Además, nos acercamos a una encrucijada: la esquina de Alem y Mate de Luna es zona de salida de boliches. Todos estos elementos hacen que estemos convencidos de que no fue un simple accidente de tránsito. Tampoco hubo conducción precautoria –que establece la Ley Nacional de Tránsito- , ya que esa madrugada llovía mucho, es decir, que hasta las condiciones climáticas hacían necesario que el conductor deba ir a una velocidad menor. Otro elemento de la querella es que el conductor tiene antecedentes por contravenciones policiales, por conducir en estado de ebriedad. Con esta información, uno se da cuenta que aun pudiendo evitar la muerte, no se quiso evitarla”, puntualizó Brito. Luego, fue más contundente: “en esas condiciones, tenés que frenar, si seguís es porque no te importó matar a alguien”.

En ese sentido, Brito alertó que “tiene que haber un entendimiento distinto por parte de los tribunales. El hecho de subirse a un auto, alcoholizado, y manejar a esa velocidad, es innegable que se va a producir este tipo de resultados; es obvio que termina con la muerte”.

El joven letrado espera que la muerte de Joaquín no sea en vano y comience a generar conciencia en la sociedad sobre estos hechos. “Hay una luz, porque ahora vemos que empezó a haber un criterio diferente en la Justicia y estos hechos ya no son meros accidentes de tránsito”, sostuvo.

A un año de la muerte de Joaquín, se espera que el fiscal López Avila concrete el requerimiento de elevación a juicio de la causa ante el juez penal Víctor Pérez. En la instancia del debate oral y público, el imputado Alvarez podría ser condenado con una pena de entre 8 y 25 años de prisión. Joaquín no solo emprendía su profesión, sino una familia, cuando perdió la vida. Estaba casado y tenía una hija de un año.

Pepa Alabarce


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