La crisis en Venezuela impactó en Cuba

MUNDO

Sociedad 28/12/2016 Mariela Alderete Mariela Alderete

La crisis en Venezuela también impactó en Cuba y la isla comunista entró en recesión por primera vez en más dos décadas al registrar una caída del 0,9% del PBI en 2016 con respecto al crecimiento del 4,4% del año pasado.

"Las limitaciones en los suministros de combustibles y las tensiones financieras se agravaron en el segundo semestre, conduciendo al decrecimiento del Producto Interno Bruto en un 0,9%", señaló el presidente Raúl Castro en la sesión de fin de año del órgano legislativo, en la que también se aprobó una ley que regula y limita el uso del nombre y la imagen de Fidel Castro, que murió el 25 de noviembre.

Es la primera vez desde 1995 que el gobierno socialista prevé un resultado negativo del PBI, de acuerdo con el historial estadístico. En los inicios de los noventa la isla enfrentó su peor crisis por la disolución de la Unión Soviética, con contracciones en el crecimiento que alcanzaron hasta 15% en un solo año.

Pese a la recesión en 2016, "se preservaron los servicios sociales gratuitos, como la educación y salud pública, no se produjo el colapso de nuestra economía ni el regreso de los apagones que padecimos en los momentos más difíciles del período especial", destacó Castro.

Sin embargo, en 2017 "persistirán tensiones financieras y retos que pudieran incluso recrudecerse en determinadas circunstancias", según el mandatario. Aun así la economía retomará "la senda ascendente" y el PIB crecerá moderadamente "en el entorno del 2%".

La crisis económica y política en Venezuela explica en gran parte la contracción de la actividad durante este año. Venezuela redujo en 40% la entrega de petróleo a la isla, que llegó alcanzar los 100.000 barriles diarios, lo que a su vez incidió en un recorte de divisas provenientes del intercambio de crudo por servicios médicos.

Además, la economía cubana resintió "la caída en los precios mundiales del azúcar y el níquel, junto con una disminución en la producción de ambos", señaló en un reciente artículo el economista cubano Carmelo Mesa-Lago, catedrático emérito en la Universidad de Pittsburgh

En su discurso, Castro no se refirió al deshielo diplomático con Estados Unidos iniciado en 2014, pero sí mencionó los efectos negativos del embargo que ese país mantiene sobre la isla desde 1962 , lo que "impide llevar adelante potenciales negocios".

El boom del turismo estadounidense

No obstante, el alivio de las restricciones a la visita de estadounidenses implementado por Obama provocó un pequeño boom turístico que ayudó a compensar los malos resultados. El número de visitantes se duplicó y ronda los 200.000 estadounidenses. Se espera que la isla reciba en total casi cuatro millones de turistas al finalizar este año, lo que convierte a esa actividad en el principal generador de divisas después de la venta de servicios profesionales.

Castro confió en que el país alcance un crecimiento del PBI del 2 % en el 2017, para lo cual, dijo, es necesario "garantizar las exportaciones y su cobro oportuno, incrementar la producción nacional para sustituir importacionesreducir los gastos no imprescindibles y usar racional y eficientemente los recursos.

También llamó a dinamizar la inversión extranjera en la isla, cuyo ritmo consideró aún insuficiente y en la que "han sido frecuentes las dilaciones excesivas en el proceso negociador".


Abogó por superar la "mentalidad obsoleta y llena de prejuicios" contra el capital foráneo y "despojarse de falsos temores" hacia éste, porque "no vamos ni iremos al capitalismo, pero no debemos ponerle trabas a lo que podemos hacer en el marco de las leyes vigentes", subrayó.

Destacó asimismo que el abastecimiento energético ha sido, desde el triunfo de la Revolución, la "espada de Damocles" sobre la isla, por lo que consideró que este es uno de los sectores estratégicos donde hay que primar la entrada de capital foráneo para avanzar en el cambio de la matriz energética.

Desde sucedió a su hermano Fidel en 2006, Raúl Castro lleva a cabo una lenta y cauta apertura al trabajo privado y la inversión extranjera que apunta a oxigenar la economía de la isla, de corte soviético. Ahora Cuba espera con cautela la llegada del magnate Donald Trump a la Casa Blanca. El presidente electo criticó el deshielo entre EEUU y Cuba iniciado por Obama y anticipó que pedirá mayores concesiones de la isla en materia económica y de derechos humanos para mantener el acercamiento.   



Fuente: TN.com.ar


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