Atención odontológica en tiempos de Covid-19

Debido a la pandemia que hoy atravesamos, muchos hábitos y conceptos de nuestra vida cambiaron. Nuestras relaciones interpersonales, las medidas de seguridad, la forma de manejar nuestra economía y aspectos fundamentales de la educación. Por Martina Adler

Luego de 60 días de no atender pacientes y no recibir ningún ingreso económico, se abre la posibilidad de reabrir los consultorios. Desde el Ministerio de Salud proponen nuevos protocolos y medidas razonables para cuidarnos mutuamente pero que a la vez implican una gran inversión. Para muchos odontólogos los números no cierran, las obras sociales plantean honorarios irreales y la realidad de hace unos meses ha cambiado mucho.
Conociendo todos los cambios, tanto presupuestarios como de medidas de seguridad y protocolo, debemos entender que esta, como muchas otras profesiones y atenciones que recibimos, cambiaron. Seguramente una consulta ya no valdrá lo mismo que antes, los costos aumentaron y las medidas de seguridad se reforzaron, por lo que tenemos que comprender y familiarizarnos con estas medidas de protección y seguridad que rigen tanto para el paciente como para el profesional, y con ello acostumbrarnos a los nuevos procedimientos y  valores que estos implican. Por ejemplo, cuando un paciente requiera de atención odontológica, ya sea por una urgencia o una emergencia, el profesional deberá comenzar a preparar todo el consultorio hasta dos horas antes de la llegada de los pacientes a la sala de espera.
Hoy vamos a hablar sobre los cambios dentro del área de odontología. En este sentido, un odontólogo se tiene que preparar él y su consultorio para poder atender a sus pacientes de una forma segura para los dos.
Si llegamos a tener una urgencia odontológica, debemos contactarnos con nuestro dentista y pedirle un turno anticipado para que nos atienda. El paciente deberá completar un cuestionario que consta de 6 preguntas obligatorias en el que deberá consentir el tratamiento odontológico en el marco de la pandemia.
Cuando llegue el día del turno, debemos ir al consultorio, sin compañía y con barbijo propio. Al llegar, el paciente se deberá limpiar los pies en un paño con lavandina, luego deberá pasar al baño para lavarse las manos con agua y jabón y, posteriormente, secarse con toallas descartables. Después, se deberá rociar las manos con solución hidroalcohólica al 70%. A continuación, se abre frente al paciente el kit de protección y se procede a la vestimenta. 
El paciente deberá realizar un buche con colutorio de peróxido de hidrógeno al 1% (agua oxigenada al 1%, un buche antiséptico fuerte, clorhexidina 0,12%) y deberá escupir sin enjuagar. Se procede entonces a la atención. Una vez finalizada la prestación odontológica y luego de que se haya retirado el paciente, toda la indumentaria del kit de protección empleado será colocada en bolsas rojas para ser descartada como residuos patógenos.
CAMBIOS ECONÓMICOS
En primer lugar, hablaremos de la parte económica. En todos los aspectos de nuestra vida, la pandemia deja un impacto económico y la odontología no es una excepción. Desde los insumos indispensables como el barbijo, los guantes y los baberos, hasta nuevos insumos y elementos, como el kit de protección y la máscara que se suman a la lista de nuestro presupuesto, aumentaron notoriamente su costo. 
A continuación, en el gráfico se detallan algunos de los insumos y se realiza la comparación de costos antes y después del comienzo de la cuarentena. 
A raíz de estos profundos cambios en las prestaciones odontológicas es que nuestros odontólogos necesitan que la sociedad sepa que la odontología es una profesión de riesgo y los honorarios propuestos por las obras sociales no son acordes a la situación de pandemia. Además, el proceso inflacionario en el que vivimos no ayuda a solventar los gastos necesarios para la práctica. En este sentido, la odontóloga María Laura Malica expresa: “Junto a odontólogos de Tucumán, pedimos que se valoren nuestras prestaciones. Vemos urgente la necesidad de comunicar a la sociedad la situación por la cual los odontólogos a nivel país atravesamos. No pudiendo lograr convenios de honorarios dignos con las obras sociales y prepagas, que fortunas acumulan, gracias a los aportes mensuales de sus afiliados, es que tomamos la decisión forzada de no recibir obras sociales, considerando a los afiliados de éstas, pacientes particulares”.
CAMBIOS DE BIOSEGURIDAD 
En cuanto a los cambios y protocolos de bioseguridad que los profesionales deben realizar se pueden mencionar: la protección de superficies de contacto como ser manijas de cajoneras, foco bucal y mesa de trabajo. Además, todas las superficies que pueda tocar el paciente deben ser cubiertas con papel film. Este procedimiento se realiza con cada paciente que acude al consultorio, el cual debe ser desinfectado con soluciones antisépticas con mucha mayor frecuencia. 
Deberán transcurrir mínimamente noventa minutos entre cada paciente que asiste al consultorio. El odontólogo deberá preparar previamente el instrumental y los insumos necesarios para resolver la urgencia del paciente y así evitar las contaminaciones cruzadas. Si se requiere el uso de instrumental rotatorio (turbina, contraángulo, entre el equipamiento empleado para realizar para aperturas, eliminación de caries, etc.) deberá hacerse bajo aislación absoluta y aspiración de alta potencia para así reducir la producción de aerosoles. Se deberá tener sobre la mesa de trabajo todo el material necesario y guardar el resto para que no sea necesario tocar ni abrir otras superficies. 
Luego de que el paciente se haya retirado se deben descontaminar todas las superficies del consultorio (sala de espera, áreas comunes, sillas, pasamanos, manijas y puertas) con soluciones hidroalcohólicas o hipoclorito de sodio. También se deben ventilar ambientes y eliminar en bolsas rojas el material descartable usado por el profesional y el paciente.
Luego de esta pequeña aproximación de cambios económicos y de bioseguridad, debemos tomar conciencia, entender y valorar esta atención que ayuda a tener una mejor salud. 

Luego de 60 días de no atender pacientes y no recibir ningún ingreso económico, se abre la posibilidad de reabrir los consultorios. Desde el Ministerio de Salud proponen nuevos protocolos y medidas razonables para cuidarnos mutuamente pero que a la vez implican una gran inversión. Para muchos odontólogos los números no cierran, las obras sociales plantean honorarios irreales y la realidad de hace unos meses ha cambiado mucho.

Conociendo todos los cambios, tanto presupuestarios como de medidas de seguridad y protocolo, debemos entender que esta, como muchas otras profesiones y atenciones que recibimos, cambiaron. Seguramente una consulta ya no valdrá lo mismo que antes, los costos aumentaron y las medidas de seguridad se reforzaron, por lo que tenemos que comprender y familiarizarnos con estas medidas de protección y seguridad que rigen tanto para el paciente como para el profesional, y con ello acostumbrarnos a los nuevos procedimientos y  valores que estos implican. Por ejemplo, cuando un paciente requiera de atención odontológica, ya sea por una urgencia o una emergencia, el profesional deberá comenzar a preparar todo el consultorio hasta dos horas antes de la llegada de los pacientes a la sala de espera.

Hoy vamos a hablar sobre los cambios dentro del área de odontología. En este sentido, un odontólogo se tiene que preparar él y su consultorio para poder atender a sus pacientes de una forma segura para los dos.

Si llegamos a tener una urgencia odontológica, debemos contactarnos con nuestro dentista y pedirle un turno anticipado para que nos atienda. El paciente deberá completar un cuestionario que consta de 6 preguntas obligatorias en el que deberá consentir el tratamiento odontológico en el marco de la pandemia.

Cuando llegue el día del turno, debemos ir al consultorio, sin compañía y con barbijo propio. Al llegar, el paciente se deberá limpiar los pies en un paño con lavandina, luego deberá pasar al baño para lavarse las manos con agua y jabón y, posteriormente, secarse con toallas descartables. Después, se deberá rociar las manos con solución hidroalcohólica al 70%. A continuación, se abre frente al paciente el kit de protección y se procede a la vestimenta. 

El paciente deberá realizar un buche con colutorio de peróxido de hidrógeno al 1% (agua oxigenada al 1%, un buche antiséptico fuerte, clorhexidina 0,12%) y deberá escupir sin enjuagar. Se procede entonces a la atención. Una vez finalizada la prestación odontológica y luego de que se haya retirado el paciente, toda la indumentaria del kit de protección empleado será colocada en bolsas rojas para ser descartada como residuos patógenos.

CAMBIOS ECONÓMICOS

En primer lugar, hablaremos de la parte económica. En todos los aspectos de nuestra vida, la pandemia deja un impacto económico y la odontología no es una excepción. Desde los insumos indispensables como el barbijo, los guantes y los baberos, hasta nuevos insumos y elementos, como el kit de protección y la máscara que se suman a la lista de nuestro presupuesto, aumentaron notoriamente su costo. 


A continuación, en el gráfico se detallan algunos de los insumos y se realiza la comparación de costos antes y después del comienzo de la cuarentena. 



A raíz de estos profundos cambios en las prestaciones odontológicas es que nuestros odontólogos necesitan que la sociedad sepa que la odontología es una profesión de riesgo y los honorarios propuestos por las obras sociales no son acordes a la situación de pandemia. Además, el proceso inflacionario en el que vivimos no ayuda a solventar los gastos necesarios para la práctica. En este sentido, la odontóloga María Laura Malica expresa: “Junto a odontólogos de Tucumán, pedimos que se valoren nuestras prestaciones. Vemos urgente la necesidad de comunicar a la sociedad la situación por la cual los odontólogos a nivel país atravesamos. No pudiendo lograr convenios de honorarios dignos con las obras sociales y prepagas, que fortunas acumulan, gracias a los aportes mensuales de sus afiliados, es que tomamos la decisión forzada de no recibir obras sociales, considerando a los afiliados de éstas, pacientes particulares”.


CAMBIOS DE BIOSEGURIDAD 

En cuanto a los cambios y protocolos de bioseguridad que los profesionales deben realizar se pueden mencionar: la protección de superficies de contacto como ser manijas de cajoneras, foco bucal y mesa de trabajo. Además, todas las superficies que pueda tocar el paciente deben ser cubiertas con papel film. Este procedimiento se realiza con cada paciente que acude al consultorio, el cual debe ser desinfectado con soluciones antisépticas con mucha mayor frecuencia. 

Deberán transcurrir mínimamente noventa minutos entre cada paciente que asiste al consultorio. El odontólogo deberá preparar previamente el instrumental y los insumos necesarios para resolver la urgencia del paciente y así evitar las contaminaciones cruzadas. Si se requiere el uso de instrumental rotatorio (turbina, contraángulo, entre el equipamiento empleado para realizar para aperturas, eliminación de caries, etc.) deberá hacerse bajo aislación absoluta y aspiración de alta potencia para así reducir la producción de aerosoles. Se deberá tener sobre la mesa de trabajo todo el material necesario y guardar el resto para que no sea necesario tocar ni abrir otras superficies. 

Luego de que el paciente se haya retirado se deben descontaminar todas las superficies del consultorio (sala de espera, áreas comunes, sillas, pasamanos, manijas y puertas) con soluciones hidroalcohólicas o hipoclorito de sodio. También se deben ventilar ambientes y eliminar en bolsas rojas el material descartable usado por el profesional y el paciente.


Luego de esta pequeña aproximación de cambios económicos y de bioseguridad, debemos tomar conciencia, entender y valorar esta atención que ayuda a tener una mejor salud.