Columnas y Opinión Por Bernardo Stamateas 13/02/2022

No me gusta que me critiquen

Bernardo Stamateas

Todos, hagamos lo que hagamos, en algún momento vamos a ser criticados. Si bien no nos gusta recibir una crítica, tenemos que admitir que todos, alguna vez, hemos criticado a alguien. Resulta fácil criticar porque prácticamente todo lo que existe es criticable. 

¿Por qué nos sentimos mal cuando nos critican? Porque esta actitud daña nuestra estima. Pero actualmente vivimos en una cultura de crítica; tal vez, debido al avance de la tecnología y el uso de las redes sociales. ¡Muchos se animan a decirles a otros lo que nunca dirían cara a cara!

Hay gente que se excusa con la frase de que se trata de una “crítica constructiva” a la hora de dar su opinión sobre la vida de otros. Pero esto no existe. La crítica siempre es crítica. Lo que sucede es que la persona que critica está expresando sus emociones negativas disfrazadas de un comentario, en apariencia, inofensivo.

Norman V. Peale, un famoso autor estadounidense, solía compartir la siguiente anécdota: “En una oportunidad se me acercó un hombre y me contó que estaba siendo criticado y no sabía cómo lidiar con ello. Entonces lo llevé hasta un lugar y le dije: ‘Acá hay gente que jamás recibe una crítica’”… lo había llevado a un cementerio.

Mientras tenemos vida y hacemos cosas, siempre podemos ser juzgados y criticados. También cuando dejemos de hacer algo, pues alguien podría opinar: “Qué vago/a que es”. En cualquier lugar nos encontraremos con un ser humano preparado para hablar de los demás, ya que es imposible caerle bien a todo el mundo.

Entonces, ¿Cuál debería ser nuestra reacción frente a la crítica?

Primeramente, teniendo en claro que los dichos de otra persona sobre nosotros son únicamente su opinión, no tienen por qué ser la verdad. Y, en segundo lugar, aprendiendo a distinguir de qué fuente proviene ese comentario que nos afecta. ¿Es realmente tan importante como para afectar nuestras emociones negativamente?

Veamos los cuatro tipos de “criticones” que existen:

  • El que se opone negativamente.

Es aquel a quien nada le viene bien y demuestra su oposición de manera abierta. Si yo digo “blanco”, él o ella dirá “negro” para llevar la contra.

  • El que critica todo el tiempo.

Es aquel que es tan narcisista que lo único que le interesa en el mundo es su propia vida. Resulta fácil reconocerlo porque parecería que su principal actividad es la crítica. 

  • El que critica porque siente envidia

Es aquel que, como no pudo tener logros importantes, se dedica a criticar a quienes disfrutan de un título, un buen trabajo, una casa, un auto, una pareja feliz. Alguien sano celebra estos logros con nosotros; mientras que alguien envidioso y frustrado los critica. 

  • El que critica para trasladar su propio malestar

Es aquel que no reconoce sus debilidades (esas que todos tenemos) y las proyecta en los demás en forma de crítica. 

Recordemos, la crítica nunca es positiva. Puede causar mucho sufrimiento y destruir la reputación de una persona. Evitémosla y escojamos hablar siempre para bendecir a los demás.


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