Reinvéntate: el Coeficiente de Adaptabilidad es más importante que tu inteligencia

POR DANIEL COLOMBO

Tradicionalmente la medida de conocimientos de una persona se evaluaba por el Coeficiente Intelectual (IQ en inglés), una serie de pruebas de lógica que mide la memoria, la información intelectual que posee (la célebre “cultura general”), la capacidad asociativa y de matemáticas.

Hace más de veinte años surgió lo que conocemos como Coeficiente Emocional, caracterizado por la Inteligencia Emocional, que es la habilidad de sentir emociones, auto regularlas, expresarlas y relacionarnos con el entorno y con las demás personas.

A estos dos se ha sumado el del Coeficiente de Adaptabilidad, que, actualmente, es clave para acceder a nuevos trabajos, reinventarnos profesionalmente e incluso, saber sortear todo tipo de desafíos en la vida. 

En los tiempos actuales, cambiantes y revueltos, son los últimos los que funcionan integradamente para abrir mejores oportunidades, ya que permiten aprovechar al máximo la neuroplasticidad cerebral, una función propia del cerebro de expandirse y contraerse si le damos los estímulos adecuados.

  • La inteligencia es importante, pero la adaptabilidad lo es más 

Lo mínimo que se requiere hoy en el mundo es un coeficiente intelectual adecuado para la tarea, y una inteligencia emocional equilibrada. 

Sin embargo, se hace imprescindible contar con un Coeficiente de adaptabilidad más desarrollado como condición para absorber nueva información, determinar la relevancia de los problemas, resetear el conocimiento obsoleto que ya no sirve para el presente, superar los problemas, ser valiente, creativo, decidido, innovador y flexible.

  • Las fases de los cambios

Por lo general, cualquier situación que implica cambios genera resistencia en la mayoría de las personas. Desde el miedo a lo desconocido, a la incomodidad que implica moverse del estado actual a otro incierto, todo influye en el estado emocional.

En una síntesis rápida, las principales etapas en la gestión del cambio humano pueden ser identificadas en:

1 – Pre contemplación: no somos conscientes del problema; por más que hay señales de cambio urgente alrededor, no lo vemos como una posibilidad cercana ni concreta. En muchos casos se lo niega y se aparenta que “no pasa nada”, aunque por dentro y en el subconsciente, se sabe que sí pasan cosas.

2 – Contemplación. Este es el momento en que las personas empiezan a cuestionarse el cambio; ya sea por una necesidad propia que nace de la voluntad, o impulsado por los acontecimientos. Por ejemplo, cuando una persona ya no está conforme con su trabajo actual y se plantea “¿qué pasaría si…?” en otro empleo o actividad propia.

3- Preparación. En esta fase se toma consciencia de la necesidad del cambio y de las brechas de aprendizaje y habilidades complementarias para llevarlo adelante. Es una etapa de “pre-calentamiento” en forma física, mental y espiritual/del alma. 

4 – Acción. Cuando ya se da el paso hacia el cambio, se ejecuta esa decisión premoldeada en los pasos anteriores; es un proceso paulatino que trae la acción como resultado. Como en todo proceso madurativo humano, necesita de tiempo, esfuerzo y enfoque. 

5 – Mantenimiento. Quizás sea otra etapa desafiante, por cuanto la persona ha hecho el cambio que anhelaba y ahora empieza a familiarizarse e integrar ese nuevo estado de su vida en cualquier ámbito. El proceso de adaptabilidad adquiere aquí una importancia fundamental. 

Y es natural que aquí haya avances y retrocesos que puedan llevarte a plantearte si fue una buena decisión hacer ese cambio, si lo estás viviendo con satisfacción y si era lo que habías imaginado. Este proceso es totalmente razonable que suceda, porque forma parte, también, de la maduración personal y profesional.


  • Adaptación rápida para un mundo que se transforma diariamente 

Aquellos profesionales anclados en viejos paradigmas, donde una tarea podía ser repetida tal cual durante décadas quedarán fuera del nuevo mundo que ha surgido; donde la tecnología y las dinámicas del trabajo en equipo requieren otras competencias.

Por ejemplo, si quieres reinventarte profesionalmente, necesitarás expresar al máximo tu Inteligencia Emocional y el Coeficiente de Adaptabilidad, puesto que la demanda y las oportunidades van mutando a gran velocidad. 

Para muchos esto puede ser frustrante, porque se han imaginado o han sido educados en un mundo estanco, donde todo tiene su estructura inamovible. 

Ese mundo no existe más, ni volverá. 

  • 5 formas de entrenarte 

Para desarrollar el coeficiente adaptativo puedes empezar ahora mismo leyendo otro tipo de libros más que los técnicos, tomando cursos y seminarios, interactuando en actividades de networking y reforzando todas tus competencias personales y profesionales que sabes que necesitas mejorar:

  • 1. Enfócate en el auto conocimiento: es la base de tu desarrollo

    El punto de partida es conocerte a ti mismo. Es una oportunidad maravillosa para crecer como personas. Este mundo necesita de sensibilidad, arte, belleza, personas empáticas y que logren conexiones genuinas a través de lo que hacen. Además, sugiero que sintonices con tu dimensión espiritual, del alma o como quieras llamarlo: el sentido trascendente y de legado en lo que haces.

    • 2. Incorpora habilidades blandas: anímate a salir de la caja

      La mayoría de los profesionales y trabajadores tiene un dominio técnico, que representa sólo el 50% de lo que hoy pide el mundo. La otra parte es soft, como la comunicación asertiva, habilidades para hablar en público y exponer tus ideas, trabajar en equipo con personas muy distintas a ti, y gestionar tus emociones. 

      • 3.  Desarrolla la curiosidad: haz lo que un robot no podrá hacer

        Sentir, pensar emocionalmente, conectar con sentimientos, son inteligencias emocionales y adaptativas que tenemos los humanos. Esto nace de una incesante curiosidad por aprender de otras disciplinas más allá de lo técnico. Cuando Steve Jobs estudió caligrafía para pasar el tiempo en la universidad, jamás pensó que diez años después eso lo llevaría al éxito al crear Macintosh, el primer ordenador con tipografías de gran belleza y versatilidad. 

        • 4. Crea tu Marca Personal: sé más que un buen técnico en tu materia 

          El valor agregado, tu milla extra y tu huella digital puesta como Marca Personal en lo que haces serán clave en este nuevo tiempo. “La Marca Personal es lo que los demás dicen de ti cuando no estás presente”, afirma Jeff Bezos, el fundador de Amazon. Para poder desarrollarla, crea impacto con tus acciones; comunica con responsabilidad; entrénate en liderazgo y en habilidades que te permitan tomar las riendas y la responsabilidad de tu vida. 

          • 5. Evita ser un genio rígido: lo que sabes puedes expresarlo de múltiples formas

            Cualquier actividad de hoy necesita de adaptabilidad, desde las finanzas y la tecnología, hasta la educación y el arte. Podrías ser excelente tal y como has funcionado hasta ahora… sólo que poco a poco quedarías excluido porque el mundo necesita otra cosa. Quizás seas excelente en tus dominios técnicos, pero totalmente inadecuado en tu relación con los demás: este es un ejemplo de lo que ya no tiene cabida.




            Daniel Colombo

            Facilitador y Máster Coach Ejecutivo especializado en CEOs, alta gerencia, profesionales y equipos; comunicador profesional; conferencista internacional; autor de 30 libros. LinkedIn Top Voice América Latina 2019.

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