Aprender a mezclar
POR BERNARDO STAMATEAS
Los seres humanos, debido a nuestro mundo emocional, somos capaces de conservar en nuestra memoria los distintos momentos que hemos vivido, y luego recordarlos cuando así lo deseemos. Todos, en algún momento, debemos atravesar situaciones difíciles que logramos superar exitosamente, como por ejemplo: perder a alguien querido, ser engañado, sufrir una separación de pareja, etc. Pero, con el tiempo, nos damos cuenta de que al final acabaron siendo una gran fortaleza para nosotros.
Todas esas vivencias, que podemos comparar con “batallas”, se encuentran en nuestro ADN. Es una especie de CV personal que incluye nuestras luchas, esos tiempos en los que debimos enfrentar circunstancias duras y realizar un esfuerzo para superarlas. Dichas experiencias son un recordatorio de que “sí podemos” con esa situación, con esa persona, con esa crisis, con esa pérdida. Que, si pudimos ayer, podremos hoy… y mañana.
Vos y yo tenemos la capacidad de ponernos de pie, una y otra vez, cuando sea necesario.
¿Te considerás alguien valiente? Quizás tu respuesta sea negativa, pero permitime decirte que valiente es aquel que alcanza el final de la “carrera de la vida” sin darse por vencido jamás porque continúa adelante a pesar de los obstáculos para disfrutar aquello que le pertenece. No es, como algunos creen, aquel que hace todo a la perfección. Todos cometemos errores, todos nos caemos, todos flaqueamos alguna vez. Es perfectamente normal.
Es por ello que haríamos bien, en especial en tiempos como los que estamos viviendo a nivel mundial, colocar la mirada en los triunfos del pasado para tener siempre en mente que “para una persona que cree, que suelta fe y espera siempre lo mejor, todo es posible”. El sufrimiento es parte de nuestra vida en este mundo y no podemos escapar de él, pero a todos nos sucede que, cuando toca nuestra puerta, nos negamos aceptarlo.
¿Por qué nos comportamos así? Porque en nuestro ser interior sabemos que el dolor emocional no es algo natural. No fuimos creados para sufrir. Entonces, cuando tenemos eso en claro, entendemos que cualquier crisis que debamos enfrentar tiene fecha de vencimiento. Nada dura para siempre y... ¡esto también pasará! Pero, si a la adversidad le colocamos al lado un recuerdo lindo de un momento donde nos hayamos levantado y hayamos aprendido algo bueno, seremos capaces de construir hacia adelante.
Recordemos que las oportunidades se hallan siempre hacia adelante. Por eso, te invito a aprovechar este tiempo de introspección en el que todos estamos sumergidos para aprender a mezclar las dificultades con sueños, proyectos y todo recuerdo agradable que conserves en tu memoria de victorias pasadas. Un recuerdo es una maravillosa señal de que has vivido, de que tu vida no ha sido en vano.
Si aún estamos de pie y no dejamos de avanzar es porque el dolor del ayer no nos pudo derribar. Y largo camino nos espera para continuar experimentando vivencias que se sumen a nuestro CV y nos recuerden que lo mejor vendrá a nuestras vidas.
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