Cuatro formas de evitar el desgaste emocional

POR BERNARDO STAMATEAS

Hoy más que nunca, para seguir soñando en grande y viendo nuestros proyectos cumplidos, necesitamos cuidarnos, tanto a nivel físico como mental y emocional, para lograr una buena calidad de vida. Y, sobre todo, para alejarnos del estrés que nos convierte en personas inseguras e inestables.


Comparto tres acciones prácticas que todos podemos implementar para evitar el desgaste interno: 

  • Ser adaptables

    Esto es fundamental para no acumular emociones negativas que nos dañen. Si no deseamos sentir que no podemos más, aprendamos a adaptarnos a las circunstancias. Alguien adaptable no es camaleónico (que se disfraza o se “sobreadapta” según la situación); sino más bien flexible (que se acomoda a lo externo para avanzar). ¿Por qué es importante la flexibilidad en nuestra vida? Porque cuando somos rígidos, nos terminamos quebrando. En cambio, cuando decidimos ser flexibles, nos estamos cuidando para no desgastarnos innecesariamente. A menudo el escenario donde nos movemos cambia y ocurren cosas que no esperábamos, pero todos los seres humanos poseemos el potencial de adaptarnos al contexto y fluir con los cambios sin llenarnos de miedo. De eso se trata el ser flexible.

    • Supervisar

      Cuenta La Biblia que Dios creó el mundo durante seis días y el, séptimo día, descansó. Pero antes de descansar, los días anteriores, supervisó su creación. Al hacerlo, se daba cuenta de que cada cosa creada era “buena”, para seguir creando. Fue supervisando cada día, nunca se confió, aunque veía que todo estaba bien a diario. Muchas veces, cuando todo marcha sobre ruedas, nos relajamos y dejamos de chequear cómo nos está yendo. Es necesario supervisar cómo van las cosas en todas las áreas de nuestra vida (familia, trabajo, salud, amistades, etc.), para no lamentarnos más tarde. La supervisión nos brinda seguridad y fuerzas para continuar.

      • Hablar positivamente

        Todo buen deportista o artista, que ama lo que hace, antes del partido o la función entrena. ¿Cómo deberíamos entrenar o precalentar a diario, antes de actuar? ¡Hablando bien! Es imposible que las situaciones fluyan, cuando lo que sale de nuestra boca es negatividad. Desarrollemos el hábito de decir: “Todo me saldrá bien… tengo lo que hace falta para avanzar… soy capaz de enfrentar y superar estas circunstancias”, etc. Y comencemos por pensar bien, escogiendo qué ideas pasarán por nuestra mente. Todos podemos administrar nuestros pensamientos y nuestro hablar.


        Es posible evitar el desgaste emocional y renovar nuestras fuerzas cada día.