#NiUnaMenosMariela: la mujer arrojada por su marido del balcón
Mariela siempre fue muy deportista. De hecho, además de azafata, era profesora de educación física. Oriunda de Colonia, Uruguay, amaba salir a correr por la costanera...
Mariela siempre fue muy deportista. De hecho, además de azafata, era profesora de educación física. Oriunda de Colonia, Uruguay, amaba salir a correr por la costanera. Adrián trabajaba de jardinero en una casa muy cerca del río desde donde solía verla pasar. Fue así como se conocieron y empezaron su relación, que duró hasta que él se fue a Buenos Aires por trabajo.
En ese interín, ella conoció a otra persona y quedó embarazada de Antonella, su primera hija. Adrián regresó tiempo después y volvieron a estar juntos hasta que él se fue otra vez a Buenos Aires repentinamente. “Ahí ya me empezó a llamar la atención”, cuenta Rosaura la hermana de Mariela.
Mariela siguió con su vida y su trabajo de azafata en Buquebús. Se dedicaba a cuidar de su nena. Un año después, Adrián volvió a Colonia y se juntaron por tercera vez. Durante una semana alquilaron una casilla, pero como no les alcanzaba el dinero se fueron a un terreno que habían comprado y dormían en una carpa provisoria hecha con una lona y chapas. Vivían allí con Antonella, y también con los hijos de él. “En ese tiempo Mariela renunció a Buquebús porque Adrián se lo pidió, le dijo que ella se dedicara a cuidar a los chicos ya que él trabajaría. Sin embargo nunca consiguió un trabajo”, cuenta Rosaura. Mariela dormía en esas condiciones porque él no la dejaba moverse de ahí. Su familia vivía muy cerca pero él no quería que ella los viera. “Solo venía a bañarse con la nena hasta que un día no las dejó venir más” , relata Rosaura.
Finalmente terminaron la casa. Adrián seguía sin trabajar. Mariela tuvo que salir a mendigar. Fue para esa época que su familia se enteró del calvario y los episodios de violencia que sufría. En su declaración testimonial, su hermana cuenta: “Un día ella nos confesó que él la maltrataba física y verbalmente. Que le tiró un termo de agua caliente, que no la dejaba salir, que no la dejaba hacer llamadas, que le pegaba”. Esto desencadenó la primera denuncia de Mariela ante la comisaría de la mujer de Colonia.
Por temor a nuevos ataques, Mariela se mudó a la Argentina por un tiempo. Pero no duró mucho. Quiso volverse a Colonia y rehacer su vida allí, por lo que pidió nuevamente empleo en Buquebús. Pero nada de esto fue posible. Apenas ella llegó a su ciudad natal, Adrián se enteró de que había regresado y fue a buscarla. Ella volvió como si nada hubiera pasado. Él le había prometido que todo iba a cambiar. Pero hubo una condición. Ella tenía que dejar su trabajo en Buquebús y trabajar en un kiosquito. Lo hizo hasta que quedó embarazada de Napoleón, hijo de ambos.
La violencia siguió. Un día, mientras cursaba el embarazo, Mariela le exigió que buscara trabajo y él la volvió a golpear muy fuerte. Ella hizo una segunda denuncia. En ese momento la policía lo echó y le impuso una orden de restricción. Mariela solo quería que se alejara. Llegó a darle plata para que se fuera a Buenos Aires.
Cuando nació Napoleón, ella volvió a trabajar en Buquebús. Parecía su mejor momento hasta que en febrero de 2014 su familia la empezó a notar extraña. En un momento mencionó que no le alcanzaba el dinero y eso les llamó la atención. Buscando en Facebook descubrieron que estaba de vuelta en una relación con Adrián. Había fotos de ellos paseando juntos por Buenos Aires. Se habían casado v su nuevo hogar era el hotel “Micky” ubicado e Talcahuano al 300, muy cerca de los tribunales porteños
La última vez que su familia vio a Mariela fue a fines de abril. “Yo le pregunté a mi hermana cómo se sentía y decía que seguía todo bien y que Napoleón también pero ella es muy reservada y cuando estaba en pareja con Adrián nunca quería hablar de él”, relata Rosaura.
Diez días más tarde, precisamente el 28 de abril a las ocho y media de la noche, Mariela cayó del balcón de un cuarto piso del hotel en el que estaba viviendo con Adrián y murió. La autopsia revela que la tiró él después de golpearla y asfixiarla. Todo pasó delante de Napoleón, su hijo, que presenció la secuencia. Ese día Mariela se había bajado del barco a las dos y media de la tarde y se fue para el hotel. Nadie sabe qué pasó durante todas esas horas. Los testigos que estaban alojados en el hotel declararon que hubo una fuerte discusión. Un pasajero, además, contó que escuchó primero el llanto del nene, después, el de la víctima y, por último, el de Adrián que salió corriendo a pedir ayuda.
Adrián desde un principio negó haberla matado y sostuvo que ella se suicidó. “¿Qué hiciste?”, le gritaba tras llegar al encuentro del cuerpo. Pero su situación se complica cada vez más. El 2 de marzo pasado arrancó el juicio oral por este femicidio ante el Tribunal Oral en lo Criminal 8 de la Capital Federal. La declaración de la médica forense Adriana Pietrantonio, que fue quien realizó la autopsia, fue contundente. Según la médica, si bien la causa de la muerte de Mariela fue el severo traumatismo “que provocó el estallido del cráneo con pérdida de masa encefálica”, había lesiones previas que permiten pensar que la víctima fue golpeada y asfixiada previamente a la caída y luego arrojada en un estado inconsciente. Pietrantonio mencionó en su declaración la importancia que cobra la forma en que cayó la víctima – que quedó registrado por la cámara de seguridad de una juguetería- : de espaldas y sin realizar ningún movimiento de manos y piernas. Quedando así descartada la coartada del imputado que afirma que Mariela se suicidó.
“Este es el segundo caso en la justicia oral argentina que vamos a calificar como femicidio. No es que no haya habido otros pero no existía el calificante”, le explicó la fiscal general Diana Goral a cargo de esta causa al blog VOCES EXCLUIDAS.
La próxima audiencia será este miércoles a las 10 de la mañana en el sexto piso de los tribunales de Talcahuano. Estará la familia de Mariela. Aún faltan declarar testigos clave: compañeros, amigos de ambos y personal del hotel. Estiman que la semana que viene podría haber un veredicto.
El caso de Mariela es traumático, tan traumático como todos los casos de violencia de género. Felizmente estos hechos ingresaron a la agenda pública. Los medios de comunicación los hacen visibles y el Estado comenzó a implementar políticas públicas. De hecho, desde 2012, es considerado un agravante cuando media la violencia de género. En particular en el campo judicial: reformas penales que agravan las penas por femicidio, fiscalías específicas, líneas telefónicas para auxiliar en el momento (145), medidas de procedimiento para proteger a las víctimas, etc. De todas formas, las leyes son siempre insuficientes. A veces parece que para las autoridades las leyes son ídolos que adoran. Esperan que las normas derramen efectos mágicos y modifiquen los comportamientos de las personas. En cierto sentido, esa ensoñación con las leyes sólo deja intacto el problema principal: una sociedad envuelta culturalmente en una matriz patriarcal en la que la mujer en muchos planos se asemeja a una cosa accesoria al hombre. A una pieza pegada al cuerpo del macho. Con corazón, pero sin razón. Por lo tanto, si los jueces llegan a la conclusión de que Mariela padeció un crimen de género y aplican la figura del femicidio sería un avance más allá de que no incidiría en la pena. Más importante aún sería que se avance trascienda el campo jurídico y penetre capilarmente a la sociedad civil para empezar a trabajar colectivamente sobre la matriz cultural.
Mariela Leites Da Silva tenía 34 años y dos hijos chicos cuando su marido la mató. Ella lo había denunciado tres veces. Pero nada ni nadie lo pudo detener #NiUnaMenos
Entrevista a Mariela Labozzetta, titular de la Unidad Fiscal Especializada de Violencia contra las Mujeres
¿Cuál es la capacidad o competencia de su oficina. ¿Qué puede hacer?
ML: La UFEM (Unidad Fiscal Especializada en Violencia contra las Mujeres) es la estructura fiscal especializada del Ministerio Público Fiscal en materia de violencia contra las mujeres. Fue creada en julio del año pasado, para la Procuradora la creación de la UFEM significa que para el Ministerio Público hoy el fenómeno de violencia contra las mujeres es prioritario La UFEM tiene la misión principal de reforzar la actuación del MPF en materia de prevención, investigación, sanción y erradicación de la violencia de género. Para decirlo sencillamente, es el área del organismo que observa el fenómeno en su totalidad y traza las estrategias generales para perseguir, investigar y sancionar a los responsables de esta clase de delitos. Esa tarea se cumple bajo tres líneas de trabajo: Diseño de la política criminal específica, Elaboración de herramientas de actuación fiscal, Intervención en casos.
¿Hay programas de prevención o de acompañamiento a víctimas de violencia de género?
ML: En el Ministerio Público contamos con una Dirección de Orientación y Acompañamiento a Víctimas (DOVIC), que tiene una coordinación especial para víctimas de violencia de género. Trabaja multidisciplinariamente con abogadas, psicólogas, asistentes sociales. Una de las deudas centrales en este sentido es lograr que se instaure el equipo de patrocinio jurídico gratuito. Ese fue un reclamo histórico de los movimientos feministas y finalmente se aprobó por ley su creación en el ámbito del Ministerio de Justicia; está pendiente aún su reglamentación.
¿ Tienen estadísticas sobre la evolución de este tipo de hechos. ¿Qué resultados arrojan?
ML: Estamos trabajando a través del área de Análisis en la construcción de herramientas de análisis criminal, que hoy no existen.
Se critica al Estado porque no acompaña a las víctimas después de denunciar. ¿Es cierto eso?
ML: Es difícil arrojar una respuesta categórica a esta pregunta. Personalmente creo mucho en el trabajo conjunto del Estado con la comunidad y las organizaciones sociales, con los movimientos de mujeres que funcionan en los ámbitos barriales y territoriales. En absoluto esto implica desvincular al Estado de su función en materia de políticas públicas, pero los esquemas de articulación son virtuosos.
¿Cuántas denuncias hizo su oficina?
ML: Las funciones de la UFEM no se centralizan en la recepción o formulación de denuncias. Lo hacemos excepcionalmente cuando alguna persona concurre a la Unidad o cuando iniciamos alguna actuación preliminar que luego se deriva a la Fiscalía de turno.
¿Por que casi todos los crímenes son precedidos de una orden de restricción de algún juez?. ¿Puede ser que la órden de restricción sea sólo nominal y no funcione en la práctica?
ML: No es cierto que nunca funcionan. Ocurre que se conocen los casos en los que no funcionó. Son un instrumento más, es mejor que estén como herramienta disponible a que no estén.
¿Su oficina capacita a las fiscalías de primera instancia?
ML: El MPF tiene, además de la UFEM, una Dirección General de Políticas de Género, entre cuyas funciones se encuentra la de capacitar a los y las integrantes de las fiscalías para poder actuar con perspectiva de género y bajo los estándares internacionales que rigen para perseguir y sancionar estos hechos.
¿ Qué piensa de la iniciativa #NiUnaMenos?
Fue una expresión social de alta envergadura y creo que impactó positivamente para visibilizar a la violencia contra las mujeres como un fenómeno estructural. Cada femicidio no es un hecho aislado, ni un asunto privado sino que se trata de una pieza más que conforma un fenómeno criminal generalizado.
Por Catalina de Elía