Hijo querido, que seas feliz…
Cuando me llamó su mamá para consultarme por la sesión de fotos jamás imaginé cuantas cosas encerraría en esos pequeños instantes que compartiríamos.
Fijamos una fecha que al comienzo no comprendía porque con tanta anticipación tenía un día especial, inamovible.
Llegó el momento y el estudio estaba listo. Jugar y reir fueron la clave para dejar plasmadas imágenes llenas de ternura, inocencia y ese “no se que” que tiene la niñez, pero logra dibujarnos una sonrisa en el corazón. La cámara fue captando miradas y gestos de increíble transparencia en esos ojitos tan llenos de vida.
Siempre queda para el final el broche de oro, y vaya que éste si lo fue. Vamos a hacer unas fotos con mamá, le dije. Y lo que pude ver a través de mi cámara logró realmente conmoverme, tanto, tanto amor…
Ese día preciso, era el cumpleaños de Agus. Rita, su mamá, había elegido como regalo para su querido hijo, simplemente eso, dedicarle un momento de felicidad, risas, juegos cómplices y amor… tanto… tanto amor…
Y si, a veces, las mas creo yo, lo que nos hace realmente felices está tan cerca nuestro… tan al alcance de la mano…
Mientras editaba las fotos, me conmoví aún más. Son esos momentos que uno guardará para siempre en el recuerdo…
Y fue un cumple feliz, un regalo de amor, de tiempo, de mamá que ama con todo el corazón y recibe de su pequeño todo lo más puro que él puede devolverle, el ser simplemente FELIZ.
Y si comprendiéramos que es eso lo más importante. Guardarnos los momentos verdaderos, los chiquititos que se hacen gigantes, los que valen realmente la pena.
Agus crecerá, un día será un hombre, pero estoy segura que este primer regalo de cumpleaños de su mamá, quedará más allá del recuerdo, como una caricia, como un beso, como un instante de PURA felicidad. Y pensé, si éste regalo de Rita tendría una tarjeta para él, diría; HIJO QUERIDO, QUE SEAS MUY FELIZ… simplemente te ama, mamá.