Dos preguntas de la gente: Hoy quiero responder dos de las preguntas más comunes de la gente
Columnas y Opinión31/12/2021RedacciónVivo enojado y siempre guardo resentimiento. ¿Por qué?
Hoy hay mucha gente que pareciera que disfruta vivir con rabia y rencor. Muchas veces la ira, el enojo, la bronca están tapando otras emociones. Puede tratarse de angustia y, fundamentalmente, de miedo. Necesitamos entender que, detrás de una persona agresiva, se esconde alguien temeroso. Como siente angustia o miedo (o cualquier otra emoción negativa) y no lo puede reconocer y elaborar eficazmente, lo enmascara con bronca y vive siempre enojado.
Otras personas viven con enojo porque esta actitud las hace sentirse fuertes. Así sienten que tienen el impulso para tomar decisiones. En general, son muy ansiosos y evitativos y les cuesta decidir. Entonces, sin darse cuenta, acumulan, acumulan y acumulan ira y esta les brinda el impulso para funcionar del que carecen.
Y otras personas se enojan constantemente porque tienen poco “stock emocional”. ¿Qué significa esto? Que están siempre contentos, o siempre enojados. No pueden expresar ninguna otra emoción. Si bien la ira es una emoción normal y universal, y resulta saludable cuando la podemos gestionar correctamente, vivir enojados se debe al hecho de que, inconscientemente, estamos tapando algo que no podemos admitir; o al hecho de que hay algo que nos resulta difícil llevar a cabo y los enojos frecuentes nos brindan la adrenalina necesaria para tomar impulso.
¿Por qué ayudo siempre a todo el mundo en lugar de ayudarme a mí mismo?
Cuando un ser humano ayuda a otro sin lastimarse a sí mismo, eso se llama altruismo. En cambio, si yo me daño a mí mismo para poder ayudar a los demás, dicha actitud puede tener varias motivaciones distintas.
Una de ellas es la culpa. El pensamiento inconsciente es: “Yo sufro para que vos seas feliz”; o: “No te preocupes por mí, lo importante es que vos seas feliz”. En este caso, dañarse es una manera de expiar la culpa no reconocida. Entonces, la persona hace cosas por los demás para que ellos estén bien a expensas suyas. Este rol le permite pedir afecto. Es decir: “Yo me sacrifico, me lastimo, me humillo, te trato bien y siempre pienso en vos para que, en el fondo, me pagues con la moneda del amor”. Detrás del autosacrificio, muchas veces, se esconde un pedido errado de afecto.
Si te sentís identificado con esta forma de actuar, necesitás entender que ayudar a otros es una acción muy loable, pero uno tiene que hacerlo sin lastimarse ni perjudicarse. La mejor forma de ser de bendición para otros es cuidándonos a nosotros. Si ayudar significa hacerte daño, eso no es ayuda; es culpa o un pedido de afecto encubierto.
Cuidarme, respetarme, valorarme y desear entregar ese amor a otros, para cuidarlos, respetarlos y valorarlos también, se llama buena autoestima. Hoy más que nunca debemos cuidarnos a nosotros mismos para ser capaces de cuidar a los demás de manera sana, sin que esto nos afecte negativamente.
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