La actitud frente a lo que nos sucede

Columnas y Opinión 30/10/2020 Bernardo Stamateas

Muchos me suelen preguntar si saldremos de esta cuarentena siendo mejores personas. William James, el padre de la psicología estadounidense, en una ocasión atendió a un muchacho cuya salud estaba deteriorada por las adicciones. Le preguntó al joven: “¿Cómo es que usted llegó a este estado?”. Él le respondió: “Mire, doctor, mi papá nunca me quiso, nunca me abrazó, y nos abandonó. ¿Qué quiere con un padre así?”. 

Tiempo después atendió al hermano de ese muchacho, que era un hombre trabajador, luchador, con sueños, y James le preguntó lo mismo: “¿Cómo llegó usted a ser así?”. Esta fue su respuesta: “Lo que ocurre es que mi papá nunca me quiso y me abandonó. ¿Qué quiere con un padre así?”. Dos hermanos: la misma situación, pero una actitud distinta. Solemos decir en psicología que la introspección es un signo importante de salud mental. ¿Qué es hacer introspección? Mirar hacia adentro y preguntarse qué cosas son importantes o trascendentes. Este virus nos vino a recordar que todos tenemos fecha de vencimiento. No importa si vivimos en Buenos Aires, en Berlín, en Málaga o donde sea. No respeta religión, ni edad, ni posición social. Todos nos tenemos que cuidar por igual. 

Entonces, preguntarnos cada día (y actuar en consecuencia) qué es lo que en verdad importa, sin duda, nos ayudará a salir de toda esta situación un poco más crecidos. Pero también habrá un grupo que repetirá las mismas conductas de siempre y no habrá aprendido cómo mejorar . Y la diferencia, como en la anécdota de los dos hermanos, está en la actitud que cada uno decida adoptar. 

Hoy necesitamos hacer un triage psicológico, al igual que hacen los médicos en una situación de catástrofe, y colocarle una banderita a cada actividad que realizamos para decidir qué cosas son importantes y qué cosas pueden esperar. Estamos atravesando en todo el mundo un tiempo de pérdida y duelo, no solo a nivel físico sino también económico y de movimiento que nos afecta a todos de algún modo. 

Hoy es el momento ideal para ponerle una “bandera verde” a cosas como los vínculos afectivos y nuestro mundo emocional y espiritual, y darles el valor que merecen. Y, sobre todo, de soltar fe y esperar siempre lo mejor. Los seres humanos somos resilientes (un término que nos encanta a los psicólogos) y quiere decir “rebotar”. Se descubrió hace unos años que no solo podemos atravesar las crisis sino experimentar un “crecimiento postraumático”.

No solo nos recuperaremos de todo esto, sino que saldremos crecidos. La fuerza para lograrlo se halla en nuestro ADN emocional porque fuimos diseñados como personas relacionales para quienes lo más valioso es la intimidad, el compartir, el abrir el corazón. Invertir en los vínculos es siempre la mejor opción y la mejor actitud que podemos escoger frente a lo que nos sucede.

Como buen ajedrecista, te comparto que hay una jugada llamada “gambito de rey”. En esa apertura uno sacrifica al comienzo un peón, pero más adelante gana estrategia en el juego medio. Hoy es tiempo de invertir los peones (las “pequeñas pérdidas”) para ganar vida.

Lo más visto