El banquillo de los acusados los espera, pero la Justicia no fija la fecha del juicio
Albeto Lebbos, padre de la joven asesinada, reclamó a la Justicia que inicie el juicio contra los ex funcionarios alperovichistas acusados de encubrimiento agravado.
Tucumán07/11/2017Mariela AldereteEstaba previsto que Eduardo Di Lella, ex secretario de Seguridad; Hugo Sánchez, ex jefe de Policía; Nicolás Barrera, ex subjefe de Policía; Héctor Brito, ex jefe de la Unidad Regional Norte; y a Hugo Rodríguez, ex policía, se sentaran este año en el banquillo de los acusados para ser juzgados por encubrimiento agravado en el crimen de Paulina Lebbos, pero la Justicia tucumana aún no fijó la fecha del juicio oral y público.
Por este motivo, Alberto Lebbos, padre de la joven asesinada, se mostró indignado y reclamó a la Justicia que establezca la fecha del juicio antes de fin de año. “Tenemos miedo que prescriba la causa y los acusados queden libres”, alertó en una conferencia de prensa que brindó este martes en el centro capitalino.
Lebbos acusó a los abogados de los imputados de realizar “maniobras dilatorias” en la Justicia al presentar recursos y planteos para apartar a los jueces a fin de frenar el debate oral y público.
“Espero que todos estos encubridores digan los nombres de los asesinos de Paulina. Digan a quién protegieron para cometer los delitos de encubrimiento”, sostuvo Lebbos, quien desde hace más de 11 años lucha por el esclarecimiento del asesinato de su hija.
A los ex funcionarios alperovichistas se suma Roberto Luis Gómez, quien está acusado de haber usado el celular de Paulina. Será juzgado por el delito de privación ilegítima de la libertad seguida de muerte.
Más de 11 años de impunidad
El 26 de febrero de 2006, en la esquina de avenida Alem y pasaje Gutiérrez comenzó lo que luego se convirtió en el caso de mayor impunidad en Tucumán.
Paulina había salido de bailar de un boliche de la zona conocida como el ex Abasto junto a su amiga Virginia Mercado. Eran alrededor de las 6.30 de la madrugada del 26 de febrero de 2006 cuando subieron a un remis color bordó. Virginia descendió primero, en su domicilio de La Rioja al 400, y Paulina siguió viaje hasta la casa de su novio César Soto, pero nunca llegó a destino. Apareció 13 días después brutalmente asesinada al costado de la ruta provincial 341, en Tapia.
“Paulina apareció estrangulada. La causa de su muerte es indubitable. Hay dos autopsias que muestran en forma contundente que Paulina estaba estrangulada manualmente. La tiraron a la orilla de la ruta, estaba destrozada, le sacaron la cabellera, fue horroroso”, recordó con dolor su padre.
Lebbos sigue liderando hasta la actualidad las marchas de familiares de víctimas de la impunidad que se realizan todos los martes alrededor de Plaza Independencia.