Sufrir innecesariamente

POR BERNARDO STAMATEAS

Columnas y Opinión26/06/2019Mariela AldereteMariela Alderete

La mayor parte de nuestros sufrimientos podemos considerarlos inútiles. Esto se debe a que, si bien el dolor es algo normal que todos experimentamos, el sufrimiento o dolor emocional es causado por uno mismo. Nadie puede escapar del dolor porque es un ingrediente ineludible de la vida, pero tener dolor no implica necesariamente tener que sufrir. 

¿Por qué entonces tanta gente sufre sin razón? Te invito a considerar algunas de las causas principales: 

Porque sienten culpa

Una chica hizo una fiesta e invitó a su padre, a quien no veía desde hacía mucho tiempo. Aunque no debía hacerlo por su salud, el hombre tomó alcohol y murió a causo de ello. La hija se sintió muy culpable durante años. Cuando conversamos, le comenté: “Vos no sos la responsable de lo que le pasó a tu papá. Él sabía que no podía beber pero eligió descuidar su salud”. Finalmente la joven logró ser libre de la culpa. Mucha gente siente culpa por lo que les sucede a otros y sufren por ello. 

Porque se preocupan demasiado

A veces nos preocupamos por los demás mucho más de lo que ellos lo hacen. Hay gente a la que le comentan algo negativo y pasa la noche sin poder dormir por la preocupación. Mientras que el que tiene el problema duerme sin problema. No deberíamos preocuparnos más de lo que otro se preocupa ni sufrir más que esa persona. 

Porque usan el sufrimiento como una “tarjeta de presentación”

Hay personas que le cuentan a todo el mundo “lo mucho que sufren”. Usan el dolor mental como una forma de presentarse ante los demás. Lo mismo pasa con la ayuda que le brindan a otros. Algunos se lo comunican a todo el mundo: “Yo hice esto y aquello por mi familia…”. Nunca deberíamos buscar el placer social del reconocimiento. Si nos esforzamos por alguien, porque decidimos hacerlo, tenemos que disfrutarlo, aun cuando la persona no nos lo agradezca. Tampoco deberíamos contarle nuestros problemas a mucha gente sino solo a aquellos que merecen nuestra confianza.

Porque lo consideran un premio

El sufrimiento no es meritorio, como algunos creen. “Yo sufrí tanto en la vida”, dicen esperando que los demás los reconozcan por ello. Pero nadie merece una medalla o un premio por sufrir. Viktor Frankl, que estuvo en un campo de concentración y vio morir a su familia, después de estudiar el tema concluyó que el ser humano no busca placer sino darle un sentido o significado a lo que le sucede. El suyo en particular era salir de ese lugar horrendo para contarles a todos que necesitamos tener un sentido en la vida. Sufrir nunca merece una recompensa. Hacer las cosas bien, sí.

Porque desean que alguien más sea feliz 

Nadie debe sacrificarse para que los demás sean felices, aunque se trata de sus seres queridos. No tenemos que sufrir por la felicidad ajena. Cuando lo hacemos, jugamos a ganar-perder y, por lo general, el que gana (el que es feliz) a costa del que pierde (el que se sacrifica) acumula culpa. 

No nacimos para sufrir sino para disfrutar la vida en plenitud. Y, sobre todo, para alcanzar un destino de grandeza que deje una huella. 



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