Trabajo: Personas facilitadoras y personas “complicadoras”

POR DANIEL COLOMBO

Columnas y Opinión07/10/2019Mariela AldereteMariela Alderete

El entorno del trabajo es un mundo en sí mismo donde conviven todo tipo de estilos, personalidades y temperamentos. Sin embargo, hay dos rasgos que sobresalen de todos los demás: las personas que facilitan las cosas, y aquellos que son “complicadores” por naturaleza. La diferencia entre uno y otro se puede medir en términos de resultados, energía puesta en juego y, sobre todo, la actitud y disposición para el hacer cotidiano.

En el primer caso, en los equipos siempre hay gente facilitadora; aquella que acerca ideas, es predispuesta, hace aportes de valor y tiene una mirada positiva y superadora de los problemas. En cambio, del lado del campo de juego de los “complicadores”, suelen ser personas con una inestabilidad emocional muy evidente, cuestionadoras hasta del pelo al huevo, con baja energía y capaces de aniquilar con sus enredos mentales al más positivo de los mortales.

Si bien un buen equipo de trabajo se basa en relaciones, confianza y empuje para llevar las tareas adelante, el tener que sortear los palos en la rueda que ponen continuamente los que complican donde no hay complicaciones hace que se viva en un nivel de tensión permanente y que hasta las cosas más sencillas parezcan una odisea digna de la película “Gladiador”.

Veamos algunos rasgos distintivos de estos dos estilos:

. Personas Facilitadoras: hacen que todo sea fluido; son automotivadas y motivan; se auto lideran; contribuyen al bien común y se enfocan en soluciones.

. Personas Complicadoras: hacen complejo hasta lo más simple; son discutidoras; inflexibles; tienen baja motivación y se enfocan siempre en problemas.

Soluciones la convivencia del equipo

Aquí van estas soluciones para equilibrar el desempeño sobre todo de los complicadores, aunque es fundamental -también- que se trabaje con la tolerancia de los facilitadores, ya que es posible que las relaciones hayan sufrido algún desgaste propio de la disparidad de encuadres en estos dos tipos de personas:

  • Hacerlos trabajar junto a personas facilitadoras creando un ‘frente’ de apoyo.

Como coach empresarial y de equipos, una idea que he practicado junto a varias empresas con equipos de estas características es que se asignen a los complicadores un proyecto especial, individual o con otros de su mismo estilo; y sea otro team de facilitadores quienes los acompañen. En esta prueba de desempeño es posible transferir habilidades de asertividad de los últimos para que los más enredados del equipo empiecen a observar otras modalidades de hacer las cosas.

  • Dar feedback.

La retroalimentación es fundamental para que las personas maduren y crezcan dentro del equipo. El líder se puede entrenar en la buena práctica del feedback para acompañar a los facilitadores en su tolerancia y nuevas formas de convivir con los complicadores; a su vez, el responsable trabajará junto a estos entregando sus oportunidades de mejora semanalmente para que la persona sea consciente de que está siendo evaluada también por este rasgo, y que es invitada a cambiar e integrar sub-modalidades positivas.

  • Detectar el motivo subyacente detrás de su complejidad.

La idea es que pueda entender para operar más eficazmente en la transformación de acoplamiento de los complicados con los facilitadores. No se trata de justificar, sino de ir a la raíz del comportamiento. El coaching ejecutivo y de equipos es una herramienta excelente para armonizar este tipo de disparidades.

  • Verificar cada tarea que se les delegue (triple Check)

En el caso de los complicadores, o cuando los facilitadores se integran con éstos, es fundamental hacer un triple chequeo de tareas y en el seguimiento pormenorizado. La clave es asegurarse de que se avanza según el resultado que se necesita con la intención de obtener una radiografía del estado emocional presente para ayudar al equilibrio.

  • Estimularlos sin expectativa de cambio rápido.

Para las personas complicadas, que suelen ser negadoras de su naturaleza y reacciones, es indicado no enfatizar su negatividad y, menos aún, tratarlos en forma diferente.

Daniel Colombo

Facilitador y Máster Coach especializado en CEOs, alta gerencia, profesionales y equipos; comunicador profesional; conferencista internacional; autor de 29 libros.

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