Mucha gente me consulta cuál es el mejor antídoto contra la depresión, en estos tiempos complicados que vivimos a nivel mundial. Mi respuesta es: desarrollar una mentalidad antidepresiva. Para ello, debemos comenzar por aprender el siguiente principio: los errores son parte de la vida.
Algunos pretenden hacer todo bien y dejan muy poco margen para la equivocación. Pero lo cierto es que… ¡nadie es perfecto! Un error cometido es la señal de que nos estamos moviendo, razón por la cual, no hace falta tenerle miedo ni avergonzarnos. Quien jamás se equivoca es porque no acciona nunca.
Aunque no nos guste equivocarnos, siempre podemos recurrir a una técnica conocida como “revisión correctiva”. Esta consiste en, cuando me equivoco, hacer una revisión mental de la situación vivida para establecer mi error con total sinceridad.
El problema no es equivocarse, todos lo haremos alguna vez, sino no estar dispuesto a aprender de la experiencia. Se trata de una actitud de orgullo que nos conducirá a tropezar de nuevo. Porque sin aceptación, no hay aprendizaje. De modo, que no te sientas mal por tus errores porque ellos son la mejor fuente de crecimiento.
Y una vez efectuada la revisión, estamos listos para enfocarnos en cuatro objetivos a perseguir y alcanzar:
1-Un hablar que me eleve
La mayoría de las personas no se dan cuenta de que hablar negativamente nos bloquea. Nos cuesta algo porque incluimos el “no” en nuestras conversaciones: “no puedo”… “no tengo”… “no sé”… “no es fácil”. Quien practica el hablar en positivo logra divertirse y todo lo que hace le sale bien (aunque se equivoque de vez en cuando). Si solés tener pensamientos negativos a diario, empezá a probar pensar y hablar positivamente. Al principio tendrás que hacerlo conscientemente pero luego llegará a ser un hábito.
2-Una mentalidad de cambio
Las personas que se deprimen a menudo suelen ser rígidas, cerradas. Para ellos, todo es blanco o negro, no hay grises. Cuando nuestra mente está orientada hacia el cambio permanente, como la vida, jamás nos quebraremos frente a las crisis porque tenemos en claro que no lo sabemos todo y que lo mejor está por venir.
3-Relaciones interpersonales prósperas
Relacionarnos de manera sana con la mayor cantidad de gente posible nos puede abrir puertas y nos brinda grandes satisfacciones. Las depresiones suelen aparecer por problemas personales. Si bien nadie es capaz de llevarse bien con todo el mundo (ni caerle bien a todo el mundo), sí es posible aprender a llevarnos bien con la mayoría de las personas en “nuestro mundo”. El respeto es un ingrediente que no puede faltar.
4-Una vida llena de pasión
La pasión pone en funcionamiento nuestra energía espiritual y nos permite soltar todo nuestro potencial. Un ser humano apasionado es fuerte, flexible y, sobre todo, feliz. Tiene siempre impulso para la acción y persiste hasta el final, pase lo que pase.
El mejor antídoto contra la depresión es la mejora continua que nos trae resultados y recompensas maravillosos siempre.