Llego tarde a todos lados

Columnas y Opinión 20/04/2021 Redacción Redacción
BERNARDO STAMATEAS
BERNARDO STAMATEAS

Muchas personas llegan tarde a todos lados. Los citan a una hora, o se comprometen a llegar a una hora determinada, y aun así llegan más tarde. ¿Por qué ocurre eso? Básicamente podemos pensar, entre varias opciones que existen, en estas dos razones para tal actitud que son las más frecuentes:

  1. La primera actitud es la del pasivo-agresivo. Corresponde a aquellos que guardan mucha bronca en su interior (no admitida) y la expresan a través de sus llegadas tarde. Desean o necesitan “quebrar el límite” como una manera inconsciente de sentir que transgredieron y expresaron ese enojo guardado, en ocasiones desde la niñez.
  2. La segunda actitud pertenece a la del narcisista. Es la persona que expresa: “A mí no me importa tu tiempo, a mí no me interesa el horario fijado. Yo voy a decidir la hora a la que voy a llegar, le guste a quien le guste”. El mensaje que está transmitiendo es: “No te valoro ni a vos ni a tu tiempo”. 

Aquí es importante mencionar que nuestro tiempo es valioso, no por una cuestión de dinero, sino porque ¡el tiempo es vida! Cuando uno llega tarde, sea por ser pasivo-agresivo, por poseer rasgos narcisistas o por una mala planificación, transmite una imagen muy negativa. ¿Por qué? Porque lo que está mostrando es que no es capaz de administrar un recurso fundamental llamado tiempo. 

Y, si yo no puedo administrar un recurso tan básico y primordial como el tiempo, ¿cómo van a confiar en mí para manejar otras cuestiones? De modo que todos deberíamos, ya desde chicos con la guía de nuestros cuidadores, desarrollar el hábito de llegar a horario a todas partes. Incluso, si es posible, un poco antes. Porque así le estamos diciendo al otro: “Sos importante para mí, tu tiempo (tu vida) es valioso para mí, al igual que el mío (mi tiempo = mi vida)”.

¿Alguna vez te has detenido a considerar cómo es tu relación con el tiempo? Algunos nunca piensan en ello, mientras que otros lo tienen muy presente. Esto se debe a que la cultura en la que vivimos le da muchísima importancia a este tema, sobre todo, cuando tiene que ver con la edad. Para lograr administrar el tiempo con sabiduría, necesitamos tener claro que no todos compartimos la misma percepción del tiempo.

Tres son las construcciones que existen de él:

a)El pasado
b)El presente
c)El futuro


Quienes no se sienten felices en el momento actual, por lo general, añoran e idealizan el ayer y creen que “todo tiempo pasado fue mejor”. Todos guardamos recuerdos, pero no hay que enfocarse tanto en ellos que no seamos capaces de crear un presente feliz. Es “hoy” cuando debemos accionar para construirnos una buena vida y un futuro que valga la pena vivir.

Lo ideal es recordar el pasado con afecto, disfrutar el presente, es decir, valorar el tiempo, pero mantenernos conectados con el futuro. Dicha conexión tiene que ser hecha con inteligencia, sin miedo a lo que pueda llegar a suceder (en especial, en épocas de crisis) y con la seguridad, que nace de la fe y la planificación adecuada, de que siempre lo mejor está por venir. 

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