¿Hace calor, no?

Y si…el clima está muy raro. Dicen que estamos sufriendo la ola de calor más importante en varias décadas. ¿Y en Estados Unidos?. Se están muriendo de frío. Literalmente.

Columnas y Opinión 26/01/2016 Mariela Alderete Mariela Alderete
Foto @joseinesta
Foto @joseinesta

La tormenta de nieve “Jonas” deja un tendal de hermanos que duermen y dan su último aliento por congelamiento. Es el cambio climático, el calentamiento global, el aumento del nivel del mar con un ritmo que se duplica, el hombre que destruye el planeta.

¿Qué hacemos? ¿Podemos hacer algo? El 2014 cerró con un encuentro en Paris de todos los gobiernos mundiales en lo que se llamó la COP21 que se supone generaron acuerdos para bajar la temperatura del planeta. Ciento ochenta y cinco países que firmaron un acuerdo “no obligatorio” y aún no ha sido ratificado. Con un diagnóstico claro:

En pocos años más la temperatura subirá tres grados y todo se diluye en promesas. Desalentador por donde se lo mire.

¿Y en Argentina? ¿Hacemos algo? ¿Nos quedamos en el diagnóstico callejero? Quizá sea más importante discutir los conflictos sociales generados por el cambio de Gobierno o porqué no, entretenernos en Tucumán con la celebración de los 200 años de independencia que se avecinan. 

No es por menospreciar pero quien lee estas líneas tiene de un modo u otro, algunos elementos al alcance de la mano para no inundarse con los aguaceros que nos caen a baldazos y, café mediante, horrorizarse por las noticias que nos llegan de los cientos de evacuados que hay en Entre Ríos.

¿Hacemos algo? ¿Podemos dejar de mirarnos el ombligo para mirar el ombligo ajeno, en especial el de los más pobres de hoy o el de nuestros nietos del mañana? Si. Está al alcance de nuestras manos dejar de consumir como desesperados  ”que se acaba el mundo”… porque el mundo se acaba y esta vez va en serio. Podemos dejar de ser el paraíso de los contaminadores que destruyen nuestro barrio, aquí nomás, a la vuelta, con montañas de basura o con las nubes de cenizas que cada zafra nos obsequia.

Si realmente quisiéramos nos esforzaríamos por buscar una administración de justicia más concreta. Con jueces y fiscales capaces, dignos, eficaces, para no sólo quedarnos en la inseguridad que golpea nuestra puerta, sino para que los delitos ambientales sean castigados con firmeza. Después de todo la justicia es demasiado importante para  dejarla en manos de los abogados. Ni que decir de confiar a los gobiernos la lucha por bajar la temperatura y la contaminación del Planeta.

¿Hacer calor, no? Y quizá mis nietos me pregunten que hice durante la guerra.

Antonio Gustavo Gómez
Fiscal General ante la Cámara Federal de Tucumán
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