Time Warp: La alerta que nadie escuchó
La Prefectura Naval por decisión judicial llevaba adelante “escucha directa”una persona permanentemente oía las conversaciones que el juez quiere conocer. Y debía dar aviso al juez acerca de cualquier novedad, ese día, el día de la tragedia de Time Warp, algo pasó y la noticia no llegó al juez que intervenía.
Columnas y Opinión22/04/2016Mariela AlderetePor @CatadeElia para VOCES EXCLUIDAS
El tráfico de drogas en las fiestas electrónicas
Todo empezó en España. Se sabe que desde allí venía la droga. Luego, entre los meses de agosto y septiembre de 2015, en Uruguay se secuestraron 54 mil pastillas de éxtasis cuyo fin era la Creamfields del 14 de noviembre de 2015 en Argentina. Por el destino de la droga las autoridades uruguayas le dieron intervención a las argentinas. Así es como comienza una investigación sobre la ramificación de nuestro país de una banda internacional dedicada a la venta de drogas. La justicia en lo penal económico se concentró en los contactos de los narcos argentinos. Hubo intervenciones telefónicas, seguimientos y otras tareas que permitieron descubrir la dinámica de un grupo de personas que vendía drogas sintéticas. Ese trabajo logró que detectaran que el 15 de abril Lautaro Crespo estaba vendiendo pastillas en el predio de Costa Salguero en el marco de la fiesta Time Warp en la que murieron 5 jóvenes. Lautaro tenía en su poder unas pastillas llamadas “Superman” y otras de baja calidad llamadas “Gold”.
La alerta que nadie escuchó
La Prefectura Naval por decisión judicial llevaba adelante lo que en la jerga se conoce como “escucha directa”. Esto significa que una persona permanentemente oye las conversaciones que el juez quiere conocer. Y debe dar aviso inmediato al juez acerca de cualquier novedad. Sin embargo, ese día, el día de la tragedia de Time Warp, algo pasó y la noticia no llegó al juez que intervenía. Según el prefecto Rubén Darío Morel, Lautaro Crespo se encontraba: “en Av. Costanera, Rafael Obligado y Jerónimo Salguero, es decir, donde se realizó la fiesta Time Warp”. Continúa Morel: “que el citado LAUTARO mantuvo diversas conversaciones siempre con el mismo individuo llamado Martín…donde surge claramente que dichas conversaciones se efectuaron dentro de la fiesta en cuestión”. Concluye el prefecto que Lautaro Crespo estaba vendiendo drogas en la fiesta. ¿Y por qué entonces no pasó nada? El prefecto respondió: “que…debido a la imposibilidad de efectuar escucha directa con motivo de un procedimiento realizado en la provincia de Corrientes por personal de la Prefectura, la información fue recibida con posterioridad a la fiesta y puesta en el día de hoy en conocimiento al fiscal”. Esta declaración se produjo el 19 de abril de este año ante el fiscal Miguel Schamun.
¿Qué hubiese pasado entonces si alguien escuchaba como debía la conversación de Lautaro Crespo? ¿Se hubiese evitado la tragedia de Time Warp? ¿Es solo responsabilidad del prefecto que no escuchó o hay cadena de complicidades e impericias? ¿Por qué en la Argentina el Estado recolecta la información y no la puede usar para prevenir? Este blog Voces Excluidas no tiene respuestas para estos interrogantes pero puede llamar la atención sobre algunos de ellos.
La banda narco: quién es quién
Este relato fragmenta un hecho más complejo. Que esta ramificación de una banda internacional vendiendo drogas en la Time Warp no agota ni explica es evidente. Ella atraviesa autoridades públicas, a empresarios y a una sociedad civil que insistentemente recurre a la heteronomía para encontrarle sentido a la existencia. De todas formas, no podemos dejar de llamar la atención sobre una voz que quiso ser oída pero nadie escuchó en el preciso momento en que la muerte empezaba a habitar la Time Warp: la voz de Lautaro Crespo alertando al Estado que vendía drogas.
Detrás de Lautaro hay una banda. Veamos quién es quién.Para resultar más claros vamos a mostrar esta red de conexiones presuntamente delictivas a través de este gráfico: