Carta de lectores: Periodista infame

Como argentino me siento agraviado por los dichos de Alfredo Leuco expresados en una vil columna del diario Clarín, al sostener que “debe haber nuevos Organismos de Derechos Humanos”; en el marco de una feroz crítica y agresión a Madres y Abuelas de Plaza de Mayo.

Leuco que tanta tinta y saliva gastó en criticar al modelo de gobierno de los ex presidentes Néstor y Cristina Kirchner por colocar a su entender amigos en el poder, practicó obscenamente un nepotismo privado con su propio hijo, Diego Leuco, joven devenido en periodista que en menos de dos años logró trabajar en el multimedio de Clarín en: radio mitre (por la mañana en el programa Lanata sin filtro), en canal 13 (a la siesta como panelista en el programa El Diario de Mariana), otra vez en radio mitre (a la tarde-noche donde el pase lo hace con su padre) y como si esto fuera poco para el novel periodista, por la señal de TN (con su padre también conduce un programa político llamado “Los Leuco”); maratónica carrera periodística la del jovencito ¿no?

Madres y Abuelas de Plaza de Mayo fueron, son y serán mujeres valientes que en plena dictadura militar reclamaban por la aparición de sus hijos, el paradero de sus nietos y denunciaban los delitos de lesa humanidad que el terrorismo de Estado estaba cometiendo; en cambio Leuco lejos de ser un periodista, se convirtió en un apóstata de un multimedio obscuro, que en su momento fue cómplice de la dictadura cívico-militar y hoy, es funcional a la restauración neoliberal macrista. El vocero de Clarín bien podría investigar periodísticamente qué pasó con papel prensa en épocas de los militares en el poder, o cómo intenta Clarín eliminar la Ley de Medios y poder seguir con la concentración mediática que tanto poder le genera.

Respecto a la venganza, ira y revanchismo de los dichos de Leuco no me queda más que expresar que esos pañuelos blancos que llevan hace 40 años Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, representan aquellos pañales de esos hijos desaparecidos y nietos apropiados. Esos pañuelos blancos son el símbolo de aquellos pañales que alguna vez cambiaron las Madres de sus hijos paridos con dolor y que se los arrebató un Estado terrorista ya en jóvenes; esos pañuelos blancos son el símbolo de esos nietos nacidos en cautiverio que fueron dados ilegalmente en adopción para que un extraño cambie sus pañales. Esos pañuelos son grandes para poder secar las lágrimas de aquellas mujeres heroicas que no obstante haber sufrido tan dolorosas pérdidas, jamás claudicaron en su lucha.

La frase de Leuco “hacen falta nuevos Organismos de DD.HH.”, se suma al diccionario genocida que contienen otras tantas frases infames; a saber: “los argentinos somos derechos y humanos”, “no existen 30.000 desaparecidos”, “algo habrán hecho”, “las locas de Plaza de Mayo”…

Leuco, esas mujeres, merecen nuestro mayor respeto y admiración; y a diferencia de tus envenenados dichos ELLAS forman parte importante de la historia argentina reciente en pos de una Democracia cada vez más fuerte y un Estado de Bienestar, no para unos pocos sino para todos.