Bicentenario: una sangría millonaria para ocultar al verdadero Tucumán

El Ente que organiza los festejos ya ha desembolsado casi $ 38 millones para que empresas porteñas llenen de brillos y lentejuelas a una provincia que los necesita para subsistir. El caso de la niña en la basura

Columnas y Opinión27/05/2016Mariela AldereteMariela Alderete
Foto: Andrés Figueroa
Foto: Andrés Figueroa

El Ente para el Bicentenario tiene ahora la facultad legal de realizar contrataciones sin llamados a licitación y sin siquiera realizar un cotejo de precios. El beneficio le fue otorgado por la mayoría oficialista en la Legislatura este jueves, ante la inminencia de los festejos del aniversario de la Declaración de la Independencia. 

Sin embargo, el organismo creado para organizar los eventos ya se ha tomado esas licencias antes de contar con el instrumento jurídico que lo habilite. Por ejemplo, se ha dado el lujo de pagar $ 1,3 millón para que le elaboren un proyecto de dos spots. La cifra puede parecer abusiva, pero no lo es si se la compara con otros gastos que ya fueron autorizados por el Tribunal de Cuentas para concretar las dos producciones audiovisuales que durarán un puñado de minutos.

La dirección artística y técnica de los tráilers costó $ 3,1 millones. Ahora, la realización de los cortos insumió a la Provincia nada menos que $ 12,4 millones más. En total, Tucumán pagó por los videos $ 15,8 millones. Y a empresas de Buenos Aires. 

Las beneficiadas fueron dos firmas radicadas en Buenos Aires. Proyecto Experience SRL se alzó con $ 4,4 millones por elaborar el proyecto y proveer la dirección artística y técnica. Los otros $ 12,4 millones, por la concreción de los videos, quedaron en manos de The Action Design Company SRL, radicada también en Capital Federal pero que ni siquiera tiene página web. 


Mucha merde

La tierra del genial Víctor García (director teatral tucumano que revolucionó las artes escénicas a nivel mundial) también brindará un Espectáculo del Bicentenario el 9 de Julio. Aunque se desconocen los detalles del proyecto  sí se conoce cuánto nos costará a los tucumanos. 

La elaboración del proyecto inicial solamente costó $ 5 millones. A ese monto, se deben agregar otros $ 15,8 millones para la dirección técnica y artística, además de la producción. La empresa beneficiada fue, nuevamente, Proyecto Experience SRL. 


Siga el baile

De lo que se conoce hasta el momento, el Ente para el Bicentenario lleva gastados $ 37,8 millones sin licitación sólo para la producción de dos spots y un espectáculo.

Un espectáculo o dos, si también se considera digno de aplausos al genial show que brindaron los legisladores tucumanos cuando difirieron una semana la aprobación de la ley que habilitaba al organismo a realizar contrataciones directas (sin siquiera cotejo de precios) para los festejos. La semana pasada, los oficialistas se levantaron de la sesión a almorzar y los opositores aprovecharon la ocasión para votar en contra del proyecto. Sólo lo enviaron de nuevo a comisión y la norma fue aprobada siete días después.

El oficialismo no mostró demasiada preocupación por el descuido. No sólo porque sabían que aprobarlo iba a ser sencillo sino porque el Ente ya estaba gastando sin licitación. Lo que sigue es el resto de las contrataciones, que alcanzarán un monto de $ 300 millones hasta fines de este año, de acuerdo a lo presupuestado en el Presupuesto 2016, aprobado antes del fin del mandato de José Alperovich.


Las penas son de nosotros

Tucumán, polo cultural del norte argentino, tierra de grandes realizadores artísticos y experimentados técnicos, se convierte gracias al Bicentenario en un foco expulsor de capitales. El dinero se va afuera de la provincia. 

Nuestros pagos tienen una de las pocas carreras universitarias de Cine del país. De la Escuela de Cine, Video y Televisión de la UNT egresan licenciados y técnicos expertos, justamente, en la realización de audiovisuales. Además, existen productoras independientes que realizan trabajos locales y para clientes de todo el mundo, además de proyectos artísticos propios. La mayoría, por precios muy por debajo de los honorarios recomendados, sobreviven a fuerza de filmar casamientos y fiestas de 15 para solventar los gastos de un oficio costosísimo. 

Ninguno de ellos pudo competir por el puesto porque, sencillamente, el Ente Para el Bicentenario ni siquiera llamó a Licitación. Realizó las contrataciones directas que fueron aprobadas, sin más, por el Tribunal de Cuentas. 

Desde hace 32 años, nuestra Universidad también tiene una carrera de Teatro. Sus egresados, además de docentes e intérpretes, también son licenciados. Ello significa que comprenden y manejan las técnicas escénicas de manera integral. La carrera de Letras forma anualmente a cientos de escritores que se convierten en grandes guionistas. Tucumán se caracteriza, además, por tener un activo circuito artístico alternativo, integrado por directores, actores, acróbatas, clowns, malabaristas y otros profesionales del espectáculo. 

Pero ninguno de ellos pudo competir por los más de $ 20 millones disponibles para el show. Ese dinero, muy bien pagado y sin chistar, no quedará como capital para que los artistas y técnicos refaccionen sus salas, adquieran equipos técnicos, escenografía y vestuario para el futuro artístico de Tucumán. Tampoco los realizadores audiovisuales actualizarán su equipamiento ni se capacitarán, no podrán solventar viajes para que la producción fílmica brille en las pantallas de los festivales internacionales. Esos millones saldrán directamente del Ente, a través del Tribunal de Cuentas, a empresas porteñas. Los tucumanos no volveremos a ver nunca más ese dinero.


Escondidos

Así como los profesionales locales quedarán escondidos durante el Bicentenario tras los millonarios brillos que aportarán empresas de Buenos Aires, otros tucumanos deberán esperar una mejor ocasión (algún año en el que no haya festejos, por ejemplo) para ser visibles. 

Por ejemplo, los habitantes de Sud de Lazarte, no tendrán su comitiva en el desfile oficial como el pueblo que, en el año del Bicentenario, ha quedado para siempre sumergido bajo el agua del río Medinas. Repartidos en pueblos cercanos o refugiados en el Centro Integrador Comunitario de Niogasta no serán siquiera nombrados en los discursos. 

Juampi, Juan Pablo, el último pibe de 17 años que murió por los efectos del paco en la Costanera tampoco tendrá su representante. Su muerte y la de los otros no será siquiera un número de los geniales que se repetirán en esos días, porque la Provincia no tiene siquiera contabilizadas las muertes que el narcotráfico produce en Tucumán. Activistas barriales y periodistas especializados calculan que, por semana, la pasta base se lleva la vida de al menos tres jóvenes. En nuestra provincia, sólo existen 60 camas para internación de adictos


La foto del Bicentenario

Si se hubiera llamado a un concurso de fotógrafos para definir cuál sería la imagen del Bicentenario (la real imagen), quizás hubiera ganado una placa tomada esta semana en plena city tucumana por el fotógrafo tucumano Andrés Figueroa. 

En la imagen, se puede ver en primer plano un contenedor de basura y, detrás, un camión de caudales. De fondo, gente caminando apurada y finalmente un cartel rojo con la cotización del dólar del día. Pero si se mira bien, del borde del gigante recipiente de basura, asoma una cabellera castaña, con una colita de caballo. Alguien está metido en la basura. 

Es una nena, de no más de 10 años. Con naturalidad, revuelve los desechos en busca de algo para comer. No se esconde, no le hace falta: nadie la mira

El año del Bicentenario, sin dudas, será el del espectáculo a todo color que desviará la mirada de lo que nos falta para considerarnos, todavía, independientes. 






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