Cómo manejar la depresión

Todos tenemos un familiar o un conocido que ha sufrido depresión. ¿Cómo se instala la depresión? Cuando enfrentamos un problema, tratamos de resolverlo. Entonces probamos con A, con B y con C. A medida que vamos gastando las alternativas y vemos que no hay mejoras, empezamos a sentir más ansiedad y a preocuparnos.

La ansiedad no nos permite pensar con tranquilidad ni probar nuevas alternativas, por lo que volvemos a repetir lo mismo y lentamente aparece la tristeza. Luego se instala la culpa por no haber sido capaz de hallar una solución, la idea de “me merezco lo que me está pasando”. Así uno comienza a buscar el castigo. Muchos proyectan la culpa hacia los demás. Otros eligen quitarse la vida, lo cual es otra manera de castigarse.

¿Qué hacer si sentimos que estamos cayendo en depresión?

En primer lugar, no desanimarnos. Nuestro exterior se va desgastando pero nuestro interior se renueva cada día. Renová tu mundo interior. ¿Qué quiere decir eso? Aprender que las circunstancias se pueden ver de muchas maneras distintas. Algunos expresan: “Mi mamá se sacrificó por mí toda la vida”, pero en realidad no se sacrificó, se esforzó. Eso cambia la forma de ver a la madre, porque el sacrificio genera culpa pero el esfuerzo brinda fortaleza.

¿Por qué nos sentimos mal si nos critican? Porque lo vemos de una única manera: “Me criticaron y me duele”. Sin embargo, podemos considerar la crítica de otra forma: “Si esto es mentira, es mentira; pero si es verdad, me ayuda a crecer”. Entonces ya no nos duele tanto.

Tenemos que permitirnos sentirnos mal. No tiene nada de malo sentirse mal alguna vez. No es necesario esconderlo. Y, cuando alguien te diga: “Estoy mal”, no le respondas: “¡No tenés que estar mal!”, sino dejalo que exprese sus emociones negativas. Así se agotan y desaparecen.

Hay que aprender también a soportar la incertidumbre, es decir, no saber cuándo, cómo y quién. “No sabré cuándo se terminará esto pero sé que mi dificultad tiene fecha de vencimiento”, es un excelente pensamiento. Aunque no entendamos por qué nos pasa lo que nos pasa y tengamos preguntas sin respuesta, podemos elegir confiar que todo saldrá bien.

La mayoría de la gente agranda el problema y achica la recompensa. Casi todos tendemos a tirarnos abajo y no logramos ver que lo obtenido, al superar una situación difícil, será grande. Por ejemplo cuando estamos estudiando nos quejamos de las muchas horas de lectura y las noches sin dormir, pero no vemos que la recompensa (aprobar) vale la pena.

Todos tenemos problemas pero algunos caen en depresión y abandonan la vida; mientras que otros los superan y los utilizan como una fuente de crecimiento.

Si estás atravesando un período de depresión, además de buscar la ayuda profesional correspondiente, sabé que no estás solo. Hay muchas otras personas pasando por lo mismo; pero si querés crecer siempre tendrás que saltar obstáculos en el camino. Tenés capacidad y potencial para lograrlo.

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